Zuckerberg
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Bloomberg Opinión — Durante años, Wall Street mantuvo la fe en la poderosa máquina publicitaria de Facebook. Los inversionistas le dieron a Mark Zuckerberg el beneficio de la duda cuando apostó el futuro de la empresa en el metaverso y perdonaron en gran medida las crueles prácticas comerciales reveladas por una denunciante. En su momento, lo que importaba era el crecimiento constante de usuarios que mantenía a la máquina imprimiendo dinero, una máquina que representa un notable 98% de los ingresos totales.

Es por eso que, por mucho tiempo, los “usuarios activos diarios” se convirtieron en la misión principal de Zuckerberg y sus ejecutivos. Ahora, por primera vez, ese número ha disminuido. Si bien la mayoría de los analistas encuestados por Bloomberg todavía recomiendan comprar la acción, la calificación de Facebook fue rebajada por cuatro bancos, incluido JP Morgan Chase & Co (JPM).

Facebook informó que sus usuarios diarios cayeron a 1.929 millones en el cuarto trimestre desde 1.930 millones. Podemos imaginar que los “2.000 millones de usuarios diarios” estaban firmemente en la mente de Zuckerberg como el próximo gran objetivo, pero ahora, podría ser complicado lograrlo. Con su incapacidad a largo plazo para crear nuevos servicios atractivos frente a la creciente competencia, Facebook se hunde en una nueva realidad: la de ser percibida como una empresa en declive.

El miércoles por la noche, en una llamada con inversionistas, Meta (FB) mencionó todos los obstáculos a los que se enfrenta, incluido un impacto de US$10.000 millones en su negocio de publicidad este año debido a los cambios de privacidad de Apple (AAPL) para sus usuarios móviles. Además, anunció que su segmento Reality Labs, donde se gestan sus planes para el metaverso, perdió US$10.200 millones en 2021.

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Sin embargo, la mayor debilidad de Meta ha sido evidente. Durante años ha intentado construir un servicio de internet para el consumidor con el mismo atractivo que tuvieron Facebook o Instagram en su momento, y cada uno, desde Facebook Watch hasta su versión rival de los videos de TikTok, Reels, se ha esfumado o ha tenido problemas para hacer dinero. La criptomoneda de la compañía, Diem, fue descartada recientemente, a pesar de haber sido anunciada con bombos y platillos hace más de dos años.

A lo largo de los años, esa parte de los ingresos se redujo a casi nada, a medida que crecía la adicción de Facebook por el negocio de la publicidad. Eso ha dejado a Facebook, la empresa tecnológica menos diversificada, vulnerable a cualquier caída en el número de usuarios y sus importantes métricas de participación con los anunciantes.

Este último desplome, el del último trimestre, se veía venir desde hacía tiempo. En los últimos años, el personal de Facebook se había mostrado preocupado por un éxodo de usuarios jóvenes, en gran parte invisibles para las personas ajenas a la empresa. Eso formó la base de la denuncia de Frances Haugen, la denunciante de la empresa ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) el año pasado.

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Zuckerberg ya no puede comprar su camino hacia un nuevo negocio de la misma manera que su compra de Instagram por US$1.000 millones engrasó las ruedas para un giro exitoso a los dispositivos móviles en 2012. Hoy, Meta puede permitirse la compra de una empresa de metaverso ya exitosa como Roblox Corp., pero es casi seguro que los reguladores no lo permitirían. Las autoridades han prometido un mayor escrutinio de los acuerdos de las grandes tecnológicas, al tiempo que bloquean el acuerdo de US$315 millones que Facebook hizo el año pasado con Giphy.

¿Qué sigue? Zuckerberg podría apaciguar a los inversionistas con una recompra de acciones. En tanto que, a medida que sus ejecutivos se deciden a continuar con los negocios, como siempre lo han hecho frente a los reveses y escándalos anteriores, es posible que Zuckerberg quiera ser visto “haciendo algo” para manejar los problemas de crecimiento de Facebook. Una táctica tradicional es hacer cambios organizacionales. Es posible en los próximos días lo veamos reemplazar a Sheryl Sandberg, directora de operaciones de la compañía y mano derecha de Zuckerberg durante 14 años, como la mejor alternativa para reemplazarse a sí mismo.

Zuckerberg no puede ser movido. Posee la mayoría de las acciones con derecho a voto de Meta y controla en gran parte la junta; el multimillonario espera seguir siendo el CEO de Meta durante los próximos cinco años. Eso significa que inversionistas no deberían esperar un cambio de tendencia como el de Microsoft Corp. (MSFT), provocado por el reemplazo de Steve Ballmer por Satya Nadella en 2014.

Por ahora, deben seguir a Zuckerberg hacia el metaverso con la esperanza de que los usuarios activos diarios se recuperen en el camino, o al menos dejen de disminuir. Ambas tareas no suenan fáciles.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.