El cannabis legal despega en Colombia con miras a exportar flor seca

El país comienza el desarrollo para el uso de producción industrial, de alimentos y medicinal del cannabis, así como la exportación de flor seca de este producto.

El decreto amplía las vigencias de licencias de 5 a 10 años reconociendo las dinámicas de la industria y el proceso de elaborar productos de valor agregado. Además, elimina la prohibición de realizar publicidad con el componente vegetal, las plantas de cannabis, el cannabis, derivados y productos terminados.
27 de julio, 2021 | 02:00 AM

Bogotá — Colombia vive un ‘boom’ de los productos derivados del cannabis con fines medicinales, terapéuticos o estéticos, y ahora apunta a expandir su oferta tras aprobar un decreto que elimina la prohibición de exportar flor seca y fortalece la industria nacional farmacéutica.

Aprobar la exportación de flor seca se traducirá en “mayor inversión, más empleos, dinamizar la cadena de valor, mayores divisas y aportar en la diversificación de la matriz exportadora”, destacó a Bloomberg Línea la Cámara Colombiana de Cannabis Medicinal e Industrial (C3) antes de conocerse el decreto.

Y es que si bien las inversiones se estiman en más de US$250 millones, las ventas “aún no reflejan” la capacidad productora y exportadora de esta industria, “la cual se espera que se dinamice con una normatividad más ajustada a la realidad del mercado nacional e internacional”, afirma el director ejecutivo de C3, César Díaz.

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El nuevo decreto, que modifica el 613 de 2017 sobre acceso seguro e informado al uso médico y científico del cannabis, introduce en el marco normativo el concepto de cáñamo para impulsar el desarrollo de este segmento de la industria, precisa las actividades que se pueden desarrollar en el mercado de productos alimenticios y permite la dispensación de preparaciones magistrales a base de cannabis en droguerías.

Con esta medida “se permitirá el traslado del cannabis a zonas francas para que pueda ser transformado y, a partir de ese lugar, exportado, creando un ‘hub’ de desarrollo industrial, alimentario y medicinal para el país”, detalló el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Victor Muñoz.

Estas acciones le abrirían la puerta a una ola de negocios que están esperando producir masivamente harinas o hasta cerveza a base de semilla de cáñamo.

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El senador Luis Fernando Velasco también había radicado en marzo un proyecto de ley para permitir “todo tipo de uso industrial del cáñamo de distintas variedades del cannabis para alimentos humanos, de animales y de mascotas”, así como el “uso industrial del cáñamo para construcción o textiles”.

Esto al considerar que el cannabis de uso medicinal y alimentario “puede ser un buen producto para sustituir los cultivos que tienen uso ilícito” en zonas donde “hay una profunda violencia en Colombia, como el norte del Cauca, el sur del Valle y algunas zonas de la Sierra Nevada de Santa Marta”.

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Mientras tanto cursa un acto legislativo que modifica el artículo 49 de la Constitución y un proyecto de Ley que buscan reglamentar el uso adulto y responsable del cannabis; no obstante, ninguno de ellos ha logrado surtir todos los tramites que se requieren para la aprobación de estas iniciativas. Aunque también se presentó otro proyecto de ley en la Cámara de Representantes que propone crear la Comisión Nacional de Cannabis Medicinal y establecer su marco regulatorio.

Según la organización sin ánimo de lucro Procannacol, al 30 de agosto de 2020 el Ministerio de Justicia y del Derecho colombiano había otorgado 1.131 licencias, de las que 171 fueron para el uso de semillas para siembra; 311 para el cultivo de plantas de cannabis psicoactivo y 649 para el cultivo de cannabis no psicoactivo.

En cuanto a productos relacionados con cannabis, dos direcciones misionales del Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) emiten registros y/o autorizaciones sanitarias. De acuerdo a cifras entregadas a Bloomberg Línea por el Invima, para cosméticos se contabilizan 1.598 productos de cannabis entre registros y autorizaciones sanitarias vigentes a la fecha, y en medicamentos se reportan dos registros sanitarios vigentes y 25 licencias de fabricación.

Para incentivar la industria farmacéutica, Colombia permitirá el ingreso de flor seca, semillas, grano, plantas, componente vegetal y derivados a zonas francas, para que las empresas puedan realizar actividades de transformación, empaque y reempaque a menores precios, teniendo en cuenta los beneficios tributarios de estas zonas.dfd

Del estigma al nuevo ‘boom’

El cannabis es considerado un producto de uso ancestral en varios países andinos; no obstante, el violento flagelo del narcotráfico en Colombia desfiguró esta percepción y creó un estigma sobre la planta que de a poco empieza a despejarse.

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Un factor determinante para el cambio de visión fue la aprobación en 2016 de la ley que regula el uso y la comercialización del cannabis medicinal en Colombia, que en una primera instancia protegió a los pacientes que tratan sus afecciones con la planta.

Pero además “abrió la oportunidad investigativa al país frente al tema, creando así innovación y ciencia para la región”, dijo a Bloomberg Línea Muisca Capital Group, una firma de gestión de inversiones que busca apoyar iniciativas latinas en la industria legal del cannabis.

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Definitivamente, hemos evidenciado que la mejor manera de acabar con prácticas ilícitas y violentas relativas al uso del cannabis es por medio de la educación, legalización y regulación. En la mayoría de países y Estados en donde el uso y cultivo de cannabis medicinal se ha regulado y controlado se ha disminuido en casi un 80 % su consumo en la población menor de edad y así mismo, los casos ilícitos de cultivo y compra de la flor seca y sus derivados.

Directora ejecutiva de Muisca Capital Group, Carol Ortega

El director corporativo de Procannacol, Rafael Amador, manifestó a Bloomberg Línea que ha sido “una lucha titánica que no finalizó el día en que se aprobó la ley” y hoy “existen muchos enemigos que se oponen a la legalidad, porque la ilegalidad les ha creado un sistema de vida, que los beneficia, que los hace más fuertes, incluso en la arena política”.

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Amador destaca que hoy los territorios que más participan en este mercado en Colombia son aquellos con una “mejor infraestructura y mejor desarrollo comercial” como Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca.

“Hasta el 13 de octubre de 2020, el Ministerio de Justicia había inscrito a 4.225 pequeños y medianos cultivadores y a diferencia de los licenciatarios para cultivo y fabricación de derivados del cannabis, el 61,3 % se encuentran ubicados en el departamento del Cauca, y el 8,4 % en el de Antioquia”, destacó.

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La firma del decreto es un hito y el reconocimiento a la importancia estratégica de esta industria y permitirá la posibilidad de conquistar nuevos mercados con nuevos productos. Los mercados internacionales tienen una demanda gigantesca en la cual nuestro país va a poder competir con lujo de posibilidades.

Director corporativo de Procannacol, Rafael Amador

La visión de los jugadores

El nuevo decreto exigirá compromiso anticorrupción por parte de los solicitantes de licencia, así como certificado de composición accionaria de quienes tengan el 20 % o más de las acciones, para que las licencias sean otorgadas bajo el principio de transparencia.
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El cofundador y presidente de Clever Leaves, Andrés Fajardo, consideró antes de aprobarse el decreto que era “frustrante” ver que la regulación de Colombia, que “si bien fue una de las primeras y eso le dio una ventaja competitiva al país”, de alguna manera se estaba “poniendo un autoembargo”.

Agregó que Colombia al “excluir la flor” básicamente se estaba perdiendo la chance “de servir al 50 % o 60 % del mercado mundial de cannabis”, a diferencia de Perú o en México, donde además a finales de junio la Suprema Corte de Justicia mexicana despenalizó el consumo lúdico de marihuana.

Consultado sobre el tema, el presidente de Avicanna Latam, Lucas Nosiglia, dijo a Bloomberg Línea que Colombia tiene “la oportunidad de crear del cannabis una marca país, como lo es en otros sectores, y generar vínculos regionales y bilaterales para promover la industria”.

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A propósito, manifestó que también “debe darse el debate sobre el uso adulto”, pues Colombia, “a diferencia de otros países de la región, ya tiene un camino recorrido, con cadenas de valor trazadas y establecidas, que le permitirían regularlo responsablemente”.

Desde Avicanna celebramos y acompañamos la firma del decreto, creemos que la exportación de flor seca a partir de ahora va a ser un factor importante para dinamizar y oxigenar la industria colombiana. Creemos que las capacidades ya están generadas en Colombia para poder exportar flor de calidad con estándares medicinales a otros países.

Presidente de Avicanna Latam, Lucas Nosiglia

A la par, existe una ola de emprendimientos colombianos que están atentos al futuro de estas iniciativas para expandir su oferta. Este es el caso de Hemp Full, cuya gerente de Producción, Yeny Jiménez, señaló que únicamente con fines de visibilizar el potencial que existe han realizado diferentes muestras, como una de cerveza a base de semilla de cáñamo.

Además, contó a este medio que tienen un proyecto que han denominado Hiladores de Sueños, en el marco del cual, y gracias a convenios realizados con empresas licenciadas y reconocidas del sector del cannabis no psicoactivo, han obtenido material con el cual se han realizado ensayos de extracción.

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“Arrojándonos una materia prima óptima para desarrollar papel y hemp concrete (material biocompuesto utilizado para la construcción y el aislamiento), de los cuales ya se han realizado muestras, lo mismo que se han afianzado algunos acuerdos para la edificación de casas con hemp concrete”, relató.

Los retos

Colombia fortalecerá los requisitos para el otorgamiento de licencias, las obligaciones y prohibiciones de los licenciatarios, y establecerá medidas más severas para cancelar licencias, sobre todo con aquellas no operativas, para lograr tener una industria con actores que "verdaderamente le aporten al país".dfd

Pese a los avances, aún persiste la idea entre los diferentes actores del negocio de que Colombia no ha logrado mostrar todo su potencial competitivo en el mercado mundial del cannabis medicinal, pues el país requiere “una normatividad ajustada a la realidad del mercado y que permita aprovechar las grandes ventajas competitivas y comparativas”, tal y como lo afirma César Díaz, de C3.

“El problema más grave del sector es su gradualismo y la lentitud para la toma de decisiones”, sintetiza Rafael Amador, de Procannacol, quien a su vez apunta al exceso de trámites que deben sortear los empresarios ante entidades como los Ministerios de Justicia y Salud, el ICA y el Invima.

A esto suma la “falta claridad en los conceptos tributarios aplicables” y el hecho de que la banca nacional “ha sido muy cautelosa” en abrirle las puertas a la industria.

El vicepresidente de Asuntos Regulatorios de Khiron Life Sciences Corp., Juan Diego Álvarez, considera que “la verdadera oportunidad en términos de comercio exterior del país es la exportación de productos terminados, y esta aún tiene trabas regulatorias puesto que el país aún no cuenta con un medicamento botánico aprobado para poder acceder a otros mercados”.

Y a nivel local, hay “retos en el acceso, lugares, tiempos y tipos de productos a los que tienen acceso los pacientes (…). Estas modificaciones regulatorias que garanticen el acceso de los pacientes a los productos deben ser el eje principal de los esfuerzos regulatorios a futuro”.

Un futuro prometedor

Carol Ortega, directora ejecutiva de Muisca Capital Group, visualiza un futuro prometedor ya que considera que la industria emergente del cannabis medicinal eventualmente será más grande que las industrias del café, las flores y el banano juntas.

“Solo en Latinoamérica, que cuenta con una población de más de 600 millones de habitantes, se espera que su consumo de cannabis legal ascienda a US$13 billones para 2028, siendo Colombia y México sus principales proveedores de materias primas”, proyecta sobre este prometedor sector.

Por ello, “la industria del cannabis debe seguir consolidándose para seguir posicionando a Colombia como un líder global en este mercado, separándose de lo meramente agroindustrial y buscando la innovación médica y científica”, comentó Álvarez.