La visión de Musk para Twitter se enfrenta a la realidad de Asia

El multimillonario se encontrará con una plétora de regulaciones desconcertantes en ese continente, que posiblemente se convierta en su dolor de cabeza

Elon Musk, CEO de Tesla, en foto de 2020.
Por Vlad Savov
03 de mayo, 2022 | 01:05 PM
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Bloomberg — A pesar de todo el furor sobre la forma en que Elon Musk podría inclinar el discurso político en los Estados Unidos luego de obtener las llaves de Twitter Inc (TWTR), sus mayores desafíos podrían surgir en el Pacífico.

Asia, que alberga a más de la mitad de la población mundial, es la mayor oportunidad de crecimiento de Twitter y posiblemente un reto mucho más espinoso. Si el multimillonario de Tesla Inc. (TSLA) y SpaceX cumple sus promesas de eliminar la censura, se encontrará con una plétora de regulaciones desconcertantes, esgrimidas por gobiernos a veces autoritarios, y llevadas al límite por una horda de nuevos internautas.

Sólo las cifras sugieren que los mayores dolores de cabeza de Musk se encuentran en el extranjero. El número de usuarios activos diarios monetizables de Twitter ascendió a 179 millones a nivel internacional, superando los 38 millones de Estados Unidos en 2021, según su último informe anual.

Como empresa pública, Twitter ha insistido en repetidas ocasiones en que debe cumplir la normativa local. Una vez que se convierta en una empresa privada controlada por el hombre más rico del mundo, Musk asumirá personalmente la responsabilidad de navegar por esa espesura, y las consecuencias si fracasa.

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“Asia tiene el potencial de hacer o deshacer el nuevo Twitter”, dijo JJ Rose, colaborador del Instituto Lowy, un centro de estudios no partidista de Australia. “Dependerá de cómo lo aborde si puede aprovecharlo para sus objetivos de libertad de expresión”.

Los representantes de Twitter y Musk no respondieron a las solicitudes de comentarios.

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China

Twitter está oficialmente prohibido en China, pero el país seguirá reclamando mucha atención de Musk. El fundador de Amazon.com Inc. (AMZN), Jeff Bezos, aludió a los posibles conflictos en un tuit poco después del acuerdo de compra de Musk, en el que se preguntaba: “¿Acaba de ganar el gobierno chino un poco de influencia sobre la plaza del pueblo?”

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Un punto obvio es que China es tremendamente importante para Tesla, la fuente clave de la riqueza de Musk. El multimillonario se enfrentará sin duda a presiones (implícitas o explícitas) para afinar las políticas de Twitter para complacer a Pekín.

Como mayor mercado de vehículos eléctricos del mundo y proveedor de baterías de Tesla, China es esencial para el crecimiento saludable de la pieza central del imperio empresarial de Musk. Tesla también se ha beneficiado de importantes exenciones fiscales al establecer su enorme planta de Shanghái (su primera planta en el extranjero) y se le ha permitido ser propietaria por completo de sus operaciones locales, una rareza para una empresa estadounidense.

Una cuestión apremiante es cómo Twitter maneja los esfuerzos de China para difundir propaganda a nivel mundial en la plataforma. En 2020, la compañía instituyó etiquetas para funcionarios del gobierno y “medios de comunicación afiliados al Estado” para publicaciones como Xinhua y Global Times, y los lectores reciben un recordatorio de este respaldo gubernamental cada vez que les gusta o retuitean historias. Los medios de comunicación chinos han calificado esta práctica de “intimidación” y ya han empezado a presionar al multimillonario para que la revierta.

Chen Weihua: Elon Musk debería quitarme la etiqueta. Además, cuando la gente quiere dar un “me gusta” o hacer un “RT” de mis tuits, ahora Twitter les recuerda que “este es un medio de comunicación afiliado al Estado”. Esto es totalmente discriminatorio y suprime la libertad de expresión. Twitter debe cambiar esta política.

Chen Weihua, periodista del China Daily, apeló directamente a Musk con el argumento de que tales etiquetas suprimen la libertad de expresión y contradicen los principios declarados por Musk. El multimillonario no ha dado una indicación clara de cómo decidiría tales asuntos.

“Por ‘libertad de expresión’, me refiero simplemente a la que coincide con la ley”, escribió Musk en Twitter. “Estoy en contra de la censura que va más allá de la ley”.

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Los bots son otro asunto. China también ha utilizado cuentas automatizadas y anónimas para distribuir los mensajes del gobierno, lo que llevó a Twitter a eliminar más de 170.000 cuentas en 2020 por “difundir narrativas geopolíticas favorables al Partido Comunista”. Musk ha prometido “¡derrotar a los bots de spam o morir en el intento!” y parece decidido a seguir enfrentándose a las cuentas falsas.

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Elon Musk (@elonmusk): Si nuestra oferta en Twitter tiene éxito, ¡venceremos a los bots de spam o moriremos en el intento!

Pekín se ha mostrado dispuesto a castigar a los multimillonarios que no cumplen sus deseos. Los reguladores han castigado a los gigantes tecnológicos del país y han desterrado al cofundador de Alibaba Group Holding Ltd. (BABA), Jack Ma, de la vista del público.

Hay incentivos que se ofrecen más allá del mercado de los vehículos eléctricos. SpaceX, de Musk, podría buscar clientes chinos, mientras que su Boring Co. podría beneficiarse de lucrativos contratos de infraestructuras en el país.

¿Y qué hay de Twitter? Una parte de la población china emplea redes privadas virtuales para eludir el control de Pekín y utilizar el servicio. ¿Podría Pekín ofrecer también acceso a sus 1.400 millones de habitantes? Tal vez con las condiciones adecuadas. Desde luego, no incluirían la libertad de expresión.

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India

India es otro mercado de alto riesgo para Twitter: hay 500 millones de usuarios de Internet en el país y otros 500 millones que se están conectando.

Twitter desempeña un papel en el discurso de la India similar al de Estados Unidos: los líderes políticos del país lo utilizan para difundir sus mensajes, que luego se retransmiten por la televisión y las cadenas de noticias. El Primer Ministro indio, Narendra Modi, fue uno de los primeros en adoptarlo y tiene 78 millones de seguidores en el servicio, más de los que Twitter tiene registrados en el país.

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Pero el gobierno de Nueva Delhi ha insistido en un control mucho mayor del que Washington ha podido ejercer. Las tensiones en la relación se dispararon durante las protestas de los agricultores del país en 2020 y 2021, cuando Twitter y el gobierno se enfrentaron sobre el tipo de discurso que se toleraría en la plataforma.

Cuando los grupos de agricultores exigieron la derogación de ciertas leyes que, según ellos, favorecían a las explotaciones agrícolas gestionadas por empresas, salieron a la calle y a las redes sociales para exponer sus argumentos, incluido Twitter. El gobierno de Modi insistió en que la empresa con sede en San Francisco retirara las publicaciones que criticaban sus acciones, y Twitter se negó en un primer momento a hacerlo. Las autoridades indias amenazaron entonces con encarcelar a los ejecutivos de la empresa, lo que llevó a Twitter a suspender permanentemente más de 500 cuentas y a bloquear el acceso a cientos más.

Fue un ejemplo directo de cómo el apoyo a la “libertad de expresión” puede chocar con los edictos gubernamentales y el cumplimiento de la ley. Más tarde, en 2021, Nueva Delhi reforzó su control sobre las redes sociales como Twitter y Facebook: El gobierno insistió en que las empresas identificaran a personas concretas como responsables de las quejas, que se encargarán de gestionar las solicitudes oficiales de eliminación y que podrían enfrentarse a penas de prisión por incumplimiento. Twitter accedió, aunque con retraso.

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No está claro cómo conciliaría Musk su apoyo a una mayor libertad de expresión con unos controles gubernamentales tan estrictos.

“Twitter debe ajustarse a las leyes del país”, dijo el futuro propietario en una entrevista.

El problema no se limita a la India. La vecina Sri Lanka restringió el acceso a las redes sociales en previsión de las protestas de abril, mientras que la junta militar de Myanmar interrumpió el año pasado el acceso a Internet en su afán por reprimir a la oposición. Los investigadores descubrieron que Twitter era la plataforma de redes sociales más bloqueada a nivel mundial, con un total de 12.379 horas de cortes en 2021.

Sudeste de Asia

El sudeste asiático se ha convertido en uno de los mercados de Internet de más rápido crecimiento, impulsado por países como Indonesia e India, que están conectando a sus enormes poblaciones.

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Pero los mercados en desarrollo tienen sus propios problemas. Meta Platforms Inc. (FB) menciona a Filipinas, Vietnam e Indonesia como fuentes prominentes de cuentas falsas y duplicadas. Meta, cuyos servicios de Facebook e Instagram se enfrentan a retos similares a los de Twitter, lleva años informando en sus informes anuales de que aproximadamente el 11% de sus usuarios en todo el mundo son cuentas duplicadas y otro 5% son falsas. Al igual que en el caso de China, Twitter tendrá que esforzarse por erradicar los usuarios sintéticos.

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La libertad de expresión también choca con las leyes locales en esta región. Singapur aprobó el año pasado una polémica ley de “injerencia extranjera” que le otorga poderes para exigir información de los usuarios a las redes sociales, en un esfuerzo por evitar que personas ajenas a ellas influyan en la política nacional. ¿Coincide esto con la ambición de Musk de expresarse libremente?

Vietnam ha planteado retos similares a proveedores de servicios en línea como Facebook y Google, de Alphabet Inc. (GOOGL)

La pregunta que habrá que responder en los próximos años es hasta qué punto Musk cumplirá sus promesas de liberar Twitter, no sólo en Estados Unidos, sino en el resto del mundo.

“Asia no es Norteamérica y no es Europa”, dijo Rose, del Instituto Lowy. “Musk tiene una visión globalista y sus intereses empresariales hasta la fecha han tendido a ser bastante universales. Pero algo como los medios de comunicación requiere un enfoque más matizado cuando se aplica globalmente”.

Este artículo fue traducido por Andrea González