Ciudad de México — Más gasolina y diésel hecho en México sin compras en el extranjero: ese es el plan del presidente Andrés Manuel López Obrador para justificar la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, su estado natal. Para construirla, sin embargo, su administración eligió un camino envuelto en sobrecostos y opacidad en el presupuesto.
AMLO, como se le conoce al presidente, inaugura parte de la refinería Olmeca este 1 de julio. Es una de las tres megaobras de infraestructura que prometió realizar en su sexenio en materia turística, aérea y energética.
La obra, a tres años del inicio de su construcción, no ha podido despejar dudas respecto al costo real pese a que semanalmente en la conferencia matutina del presidente se han transmitido videos, cada lunes, con los avances del proyecto ubicado en el puerto de Paraíso, Tabasco.
Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía (Sener), fue designada por el presidente como la directora de orquesta que no ha terminado de convencer a la opinión pública sobre el gasto austero que se ejecuta en la megaobra, pese a que Pemex pudo dirigir directamente a través de una subsidiaria que opera las otras seis refinerías existentes en el país.
La Sener usualmente tiene como mandato el solo conducir la política energética de México.
El Gobierno de AMLO ha enarbolado como bandera política el combate a la corrupción, sin embargo el financiamiento de Dos Bocas utiliza un esquema de transferencias que complica dar seguimiento, peso por peso, al presupuesto que el presidente suele llamar “el dinero del pueblo”.
Las transferencias inician con la Secretaría de Hacienda, que pasa el dinero público a la Secretaría de Energía, la cual transfiere los recursos a la subsidiaria Pemex Transformación Industrial, conocida como Pemex TRI.
El dinero termina en la filial indirecta Pemex Transformación Industrial Infraestructura de Desarrollo S.A. de C.V. (PTI-ID), anteriormente denominada PMI Infraestructura y Desarrollo, mediante una aportación de capital.
Esta filial indirecta es la encargada de construir la refinería, pero no está obligada a reportar públicamente sus resultados, como Pemex TRI, a pesar de que ésta se encarga de operar las seis refinerías del país.
Esta ruta diluye la naturaleza de los recursos que son presupuestales y facilita a Pemex y actores involucrados en la obra a omitir explicaciones sobre las modificaciones y aumentos en el gasto de inversión.
En mayo de 2019, el Consejo de Administración de Pemex, presidido por Nahle, instruyó a Pemex TRI para que presente un mecanismo de evaluación físico, financiero, así como de revisión permanente del proyecto mediante informes trimestrales, pero no es público.
La secretaria Nahle, al presentar un informe semanal cada lunes durante la conferencia presidencial, lo hace sin un porcentaje del gasto presupuestal ni avance físico de la obra.
Bloomberg Línea consultó a Sener y Pemex sobre el tema presupuestal, pero hasta la publicación no obtuvo respuesta.
Dos Bocas: la historia del sobrecosto
En 2017, un año antes de la elección presidencial que le dio el triunfo, aún como aspirante a la presidencia, AMLO y su equipo energético prometieron construir dos refinerías de US$6.000 millones cada una. Al ganar la elección, el 1 de julio de 2018, la cifra se elevó a US$8.000 millones, aunque solo para una refinería, la de Dos Bocas.
En octubre de 2020, Pemex reveló que la obra costaría US$900 millones más, pero la cifra siguió subiendo.
La empresa petrolera, actualmente dirigida por el ingeniero agrónomo, Octavio Romero Oropeza, reconoció un aumento de 13% nominal que supera los US$9.100 millones (MXN$182.000 millones) al mes de abril de 2022, de acuerdo con información de Pemex obtenida vía transparencia y verificada por Bloomberg Línea.
Bloomberg News publicó que la obra costaría hasta US$18.000 millones. AMLO calificó ese dato como una exageración, aunque reconoció un incremento de 30% o US$4.000 millones durante una conferencia mañanera.
AMLO y la secretaria Nahle afirmaron en días recientes que el techo de inversión para Dos Bocas es el que aprobó el Consejo de Administración de Pemex, de US$12.000 millones, equivalentes a MXN$247.000 millones. No obstante, la refinería ya se enfila hacia los US$13.600 millones, por encima del tope acordado.
Dos Bocas: cuatro alertas de opacidad
AMLO suele decir que su Gobierno no tiene nada que esconder cuando se habla del destino del presupuesto para todos los programas prioritarios de su sexenio, sin embargo, en el caso de Dos Bocas, la falta de transparencia ha marcado el avance de esta obra pública.
El ejercicio del gasto en la refinería ha sido discrecional desde el inicio del sexenio. Tres años después, la situación no ha cambiado mucho. La información pública disponible es insuficiente para que cualquier ciudadano que quiera saber en qué se invierten sus impuestos corrobore los montos de las transferencias a Pemex y el costo acumulado.
1. La ruta del dinero
Una vez que el Congreso aprueba el Presupuesto de Egresos, la Secretaría de Hacienda es la encargada de transferir el presupuesto avalado para Dos Bocas a la Secretaría de Energía (Sener). Después, la dependencia que encabeza Nahle transfiere los recursos a Pemex, vía su subsidiaria PTI, para concluir con una transferencia a la filial PTI-ID.
Esta misma ruta se sigue en el caso de las aportaciones patrimoniales del Gobierno federal con cargo al presupuesto para apoyar la construcción de la refinería.
La cadena de transferencias hace que se diluya la posibilidad de rendición de cuentas de los recursos, ya que, si bien se trata de dinero del presupuesto, cuando el dinero llega a PTI se clasifica como inversión financiera en lugar de gasto de capital.
Manuel Guadarrama, coordinador de Finanzas Públicas para el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), explicó que debido a que los recursos del presupuesto se etiquetan como inversión financiera y no como obra pública, resulta más complicado seguir la ruta de los recursos que son transferidos a Pemex.
Añadió que al estar catalogados como inversión financiera, no es una inversión detectable para obra pública pese a que el Gobierno mexicano identifica el proyecto como obra pública con recursos del presupuesto.
2. Omisiones en Cuenta Pública
La Cuenta Pública es el informe anual de los resultados del año, clave para la rendición de cuentas en México. Es el documento que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) utiliza para revisar y fiscalizar el presupuesto de las dependencias, sin embargo, Sener ha omitido información sobre el detalle de gasto del proyecto y avance físico.
Sener, como la dependencia encargada de capitalizar a Pemex, informó de forma global el gasto de las inversiones financieras de 2019 a 2021 sin hacer detalle en Dos Bocas. En ese periodo, el gasto aprobado en inversiones financieras sumó MXN$116.256 millones, mientras que el gasto pagado ascendió a MXN$484.741 millones.
Como Sener y Pemex no ofrecen detalles de la cifra, se suele asociar todo ese monto a la construcción de la refinería, sin embargo, en esa partida también están incluidas las aportaciones patrimoniales del Gobierno federal a Pemex para el pago de deuda.
Otra omisión está relacionada con que Pemex registra en la Cuenta Pública 2021 que entre enero de 2019 y diciembre de 2021 no ha gastado un solo peso en la construcción de la nueva refinería.
Además, Sener reportó en la Cuenta Pública de los años 2019, 2020 y 2021 hojas en blanco con la leyenda “No aplica” cuando se quiere consultar el detalle de los programas y proyectos de inversión a su cargo.
“Cuando uno quiere ver específicamente los programas presupuestarios de inversión no encontramos información desagregada, literalmente viene en blanco la hoja de inversión de la Secretaría de Energía y esto obviamente ya tiene toda la intención de ocultar cuántos recursos y qué programas están involucrados en la obra”, afirmó Manuel Guadarrama.
3. Inexistencia en Cartera de Inversión
La Secretaría de Hacienda cuenta con un registro de los programas y proyectos de inversión con recursos presupuestales que se denomina Cartera de Inversión, sin embargo, el caso de Dos Bocas no existe en este registro.
La refinería ha aparecido de forma intermitente en la Cartera desde 2019, pero en 2021 -el año en que hubo mayor avance en la construcción ante la proximidad de la fecha de inauguración- se eliminó el proyecto de la Cartera de Inversión.
Estar listado en la Cartera implica transparentar estudios de factibilidad técnica, legal, económica y ambiental, así como calendarios de financiamiento, evaluaciones diversas e indicadores de rentabilidad, georreferenciación, entre otros, sin embargo, toda esta información no existe en la plataforma para Dos Bocas.
Hacienda cuenta con el sitio Transparencia Presupuestaria en el que se pueden geolocalizar las obras públicas con recursos presupuestales en marcha, sin embargo, Dos Bocas no está visible en el mapa con datos abiertos.
4. Auditoría halla inconsistencias
La ASF detectó en octubre de 2021 múltiples inconsistencias en el desarrollo de Dos Bocas por parte de Pemex TRI y PTI-ID.
“Carece de los elementos para la evaluación del ejercicio del gasto así como para medir el grado de avance de la obra, los objetivos y las metas específicas del proyecto estratégico”, suscribió la auditoría.
El organismo auditor también cuestionó la existencia de facturas sin sello, la recuperación de impuestos, la falta de un comisario que vigile la obra y la falta de información por parte de Pemex TRI.
Operación, la gran incógnita
El presidente López Obrador y su mano derecha en materia energética, Rocío Nahle, han dicho que la refinería comenzará a partir del 1 de julio una etapa de pruebas operativas de los equipos que durará seis meses. Pemex, días antes del anuncio del mandatario, confirmó a Bloomberg Línea vía transparencia que el complejo refinador iniciará operaciones hasta 2023.
Las autoridades aseguraron que la séptima refinería del gigante estatal estaría lista en tres años y refinería 340.000 barriles diarios de crudo pesado. Este viernes se inaugurará la obra sin procesar un solo barril.
El Gobierno mexicano tampoco ha aclarado si la refinería Olmeca, una de las grandes obras del Gobierno mexicano, operará cercana a su capacidad total durante este sexenio.
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