Cinco medidas que Colombia debería evitar en su intento por frenar la inflación

Desde varios meses atrás el país viene enfrentándose a aumentos históricos en los precios, ya ha tomado algunas medidas, pero debería evitar otras, ¿cuáles son?

Cinco medidas que Colombia debería evitar en su intento por frenar la inflación
09 de septiembre, 2022 | 04:00 AM

Bogotá — El 2022 arrancó con toda, con los precios subiendo a gran ritmo, quitándole mes a mes poder adquisitivo a la gente. Desde inicios de año hasta agosto la inflación ha venido repuntando de manera significativa y en los últimos meses la palabra histórica se ha convertido en fiel acompañante del crecimiento del indicador.

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En agosto, la cifra más reciente que se conoce, la inflación -impulsada por alimentos y servicios públicos- tocó el 10,84% anual, cifra no vista desde 1999.

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El Banco de la República ha estado subiendo las tasas de interés para intentar contener el consumo y el Gobierno en su intento por frenar la inflación ya ha adoptado algunas medidas como reducir algunos aranceles de productos importados usados para producir alimentos, por ejemplo. Sin embargo, el país debería evitar al menos cinco medidas si no quiere ponerle más trabas a la reducción del indicador.

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Cinco medidas que deberían evitarse...

Congelar la subida de los precios de los combustibles, dar subsidios a los servicios públicos y aumentar el salario mínimo de 2023 más allá de la inflación esperada para cierre de año, son algunas de las cinco cosas que debería evitar hacer Colombia en su intento por frenar la inflación.

Dejar de subir los precios de los combustibles

Durante un buen tiempo el Gobierno ha mantenido grandes subsidios a los combustibles en Colombia para evitar que la estabilización de estos precios termine haciendo que la inflación suba mucho más. Sin embargo, que los precios de la gasolina y ACPM no suban como deberían hacerlo tras el repunte de los precios internacionales del crudo, le está pasando una factura importante al país, la cual podría superar los $60 billones a 2023, según el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.

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El tema de los precios de los combustibles no da espera por el alto costo fiscal. Hoy en día los subsidios al precio de la gasolina y ACPM está implicando un esfuerzo muy grande por parte del Gobierno, así que esos recursos los podría usar en inversiones más productivas o para proteger a los hogares de menores ingresos. Pese a la coyuntura, es necesario seguir aumentando los precios de forma progresiva”, dijo Gabriel Angarita, economista experto.

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Complementando lo anterior, David Cubides, gerente de investigaciones económicas de Alianza Valores, comentó que estiman que “la gasolina debería estar casi $3.500 más costosa y un alza de esta magnitud tendría impactos inflacionarios considerables. Probablemente se optará por una solución intermedia” para evitar mayores impactos en las finanzas públicas y en los bolsillos de la gente.

“El Gobierno está buscando una ventana de inflación para poder acomodar ajustes parciales de combustibles para ir cerrando las brechas sin crear un impacto inflacionario tan marcado”, explicó Laura Peña, economista de BBVA Research. Sin embargo agregó que “el vice técnico de Hacienda comentó recientemente que la alta inflación reduce la capacidad de hacer el ajuste de precios, y por lo que resta del año la inflación permanecerá alta”.

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Subsidiar los servicios públicos

Hay que recordar que el aumento de las tarifas de los servicios públicos en Colombia han impulsado la inflación, sin embargo, “las discusiones en torno a los subsidios vuelven a poner sobre la mesa el escenario fiscal complejo que atraviesa el país y la realidad deficitaria del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), que sumaría este año un monto más elevado incluso que el que se planea recaudar con la reforma tributaria que cursa trámite en el Congreso”, comentó Cubides, de Alianza Valores.

No hay que olvidar que los servicios públicos tienen precios regulados en Colombia y las tarifas se definen según algunas fórmulas. Para el caso del servicio de energía eléctrica se tienen en cuenta varios indicadores entre los cuales están el índice de precios al consumidor (IPC) y el índice de precios del productor (IPP), dos que han subido mucho recientemente, impactando el precio de las facturas, algo que el Gobierno ha dicho que entrará a revisar.

Además, luego de que se congelaran las tarifas por la crisis del Covid-19, los precios de los servicios públicos se han estado estabilizando, viendo así aumentos en las facturas. En la Costa la energía ha repuntado más que a nivel nacional porque además de los indicadores generales que tienen las fórmulas, en estas se incluyen las pérdidas de las empresas que tomaron las actividades de Electricaribe, descuidadas durante muchos años, tras riesgo de apagones permanentes.

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Para Gabriel Angarita, en lugar de pensar en subsidiar los servicios públicos, “una forma más efectiva para proteger a los hogares es por medio de los canales de transferencias monetarias. Este mecanismo es más efectivo y focaliza mucho mejor que los estratos, que es la forma como se entregan los subsidios en los servicios públicos. El Gobierno podría ajustar el monto de las transferencias para corregir el efecto de la inflación”.

En palabras de Laura Peña, “se puede también buscar un mecanismo para dilatar el impacto de los ajustes por Covid-19 y se va a enfrentar, creemos prontamente, un escenario de moderación del IPP que ayudará a que bajen las tarifas. La solución puede ser un acuerdo entre las diferentes partes para suavizar el impacto tarifario. Esto también puede estar acompañado de medidas del Gobierno (apoyos a segmentos más vulnerables, pero no pueden ser muy extendidos) y mecanismos de cobertura que permitan suavizar el mercado energético”.

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Subir mucho el salario mínimo de 2023

Cada vez más cerca de que comiencen las negociaciones del salario mínimo de 2023, las inflaciones históricas que harían que el indicador cierre en doble dígito este año, tienen pensando a más de uno y alertando que ojalá el mínimo no suba más allá de la inflación vista en 2022, porque podría terminar siendo perjudicial para los precios y familias más vulnerables.

En palabras de Gabriel Angarita, “lo importante en el corto plazo va a estar en la discusión del salario mínimo, factor que determina muchos precios en la economía. Una decisión que se desvíe de la inflación esperada llevará a que difícilmente puedan bajar los precios en el corto plazo”.

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En línea con lo anterior Laura Peña comentó que “ser ponderados con el ajuste del salario mínimo dará una señal muy fuerte en esta oportunidad de posible indexación y en este orden de ideas, un ajuste muy alto podría llevar a un espiral inflacionario nocivo, en especial para los más vulnerables (quienes ni siquiera ganan el salario mínimo)”.

Las otras dos medidas

Complementando lo expuesto, según Peña, “un potencial error de las autoridades es buscar mecanismos en este momento de fijación de precios, pues pueden acotar el ciclo bajista que está por iniciar. También el cambiar indexadores, si estos están a punto de cambiar de tendencia y pueden presentar una corrección mayor que las alternativas”.