Bonos argentinos en dólares por el subsuelo: ¿Oportunidad o peligro? Así lo ven los expertos

Invertir en renta fija soberana de Argentina es un riesgo para estómagos resistentes. Bloomberg Línea dialogó con analistas para saber si les resultan atractivas las valuaciones

Fotógrafo: Michael Nagle
24 de octubre, 2022 | 05:00 AM

Allá por 2020, cuando el exministro de Economía, Martín Guzmán, negociaba con los acreedores privados externos la reestructuración de la deuda soberana argentina, las autoridades confiaban en que la tasa de salida que iban a tener los bonos argentinos una vez que empezaran a cotizar iba a estar en torno al 11%. Pero la realidad fue otra: hoy los instrumentos emitidos por el Gobierno argentino en dólares tienen una tasa interna de retorno (TIR) que en el caso de los ley local supera el 50%.

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Partiendo de la base de que los bonos se encuentran cerca de sus pisos históricos y que muy probablemente haya una nueva reestructuración de deuda, los expertos en renta fija creen que los precios actuales de los soberanos argentinos pueden ser un buen punto de entrada para inversores agresivos: es decir, para aquellos que soporten volatilidad y estiramiento de plazos.

Fuente: Bonistas.com

Bloomberg Línea dialogó con seis analistas para preguntarles qué métricas debería observar un inversor a la hora de saber si los bonos argentinos son apetecibles para sus carteras y para conocer qué tramos de la curva son más atractivos. En lo que coincidieron todos los consultados es en la preferencia por bonos argentinos emitidos bajo ley extranjera (los GD) por encima de los emitidos bajo normas domésticas (los AL).

Escenario de reestructuración

Muchas de las sociedades de Bolsa evalúan los bonos pensando en cuál sería el valor de recupero en un escenario de default y renegociación de deuda. En ese marco, el bróker Portfolio Personal Inversiones (PPI) desarrolló un escenario base que asume un default en diciembre 2024 (un año después de las elecciones de 2023), una exit yield del 15% y un período de negociación de cinco meses antes de recibir los nuevos instrumentos.

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Fuente: Portfolio Personal Inversiones

“Dados estos supuestos, el inversor tendría un rendimiento anual neutro ante una quita de capital de 68% y una extensión de maturity de 5 años en un Global 2035 (GD35). Incluso, agregando un costo de oportunidad del dinero cercano al 10%, la quita de capital en este mismo instrumento para que el inversor quede indiferente entre ambas alternativas ronda el 54%”, desarrolló Pedro Siaba Serrate, head of Research & Strategy en PPI.

A partir de esta introducción, el ejecutivo de PPI explicó que los títulos soberanos en dólares ya tienen incluido en el precio una quita de capital muy agresiva, similar a la del canje de deuda del 2005 en términos de pérdida de valor presente neto. “Si pensamos que los bonistas, en especial, los tenedores del exterior, no serán tan amigables a la hora de aceptar una restructuración tan agresiva tan solo unos años después de la anterior”.

En este contexto, Siaba Serrate concluyó: “Agregando el condimento de un cambio de Gobierno, la estrategia de comprar bonos en dólares para un inversor agresivo a estos precios luce atractiva. Cabe destacar que el deterioro macroeconómico, la lejanía de las primeras señales políticas relevantes y la debilidad del escenario emergente no deja exentos a los bonos de exhibir nuevos tropiezos. En definitiva, esperamos una gran volatilidad por delante”.

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Bonos en dólares, para inversores agresivos

“Consideramos que estas paridades son atractivas para entrar a los bonos, aunque siempre remarcando que son opciones para perfiles con apetito por el riesgo”, detalló Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS. Asimismo, el ejecutivo de SBS reconoció: “Incluso, ya veíamos valor en estos bonos post rally de julio, dadas las castigadas paridades”.

Fuente: FMyA

Por su parte, el estratega del equipo de Research de Banco Mariva, Lucas Longo, la curva de bonos Globales (es decir, los de legislación extranjera) “muestra un buen punto de entrada” para “un inversor agresivo y con una mirada de mediano plazo”.

Longo advirtió que puede haber volatilidad en el corto plazo, ya que los bonos están afectados por la creciente aversión al riesgo de parte del mercado internacional. Sin embargo, aclaró: “Ante este alto riesgo que presentan los bonos, también vemos un alto retorno potencial, ya que los precios hoy en día están incorporando escenarios muy extremos”.

También Ezequiel Zambaglione, head of Research en Balanz Capital, habló de un punto de entrada interesante para perfiles arriesgados.

Por su parte, Tobías Pejkovich Balbiani, economista de Facimex Valores S.A., indicó que, desde un punto de vista técnico, las paridades de los Globales se encuentran en mínimos desde la reestructuración de 2020, “lo que agrega cierto atractivo en estos instrumentos”. Y detalló: “Si el escenario internacional se tranquiliza, creo que puede haber cierto valor en ganar exposición a Globales”.

Si bien considero que las posiciones de renta fija en dólares deben mantenerse concentradas en créditos corporativos y bonos sub-soberanos de alta calidad, creo que hay cierto espacio para apuestas tácticas en los bonos soberanos en dólares para aquellos inversores dispuestos a tolerar algo más de riesgo y/o volatilidad”, sentenció Pejkovich Balbiani.

El bear market más largo de la historia reciente

El economista Fernando Marull, director de FMyA, destacó que los bonos soberanos de Argentina se encuentran inmersos en el bear market (mercado bajista) más largo de la historia reciente. “Los bonos valen 70% que los US$100 que valían en el pico de 2017, hace cinco años que caen sin parar y se ubican cerca de mínimos históricos”.

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Ante la pregunta de si vale la pena darles otra oportunidad como inversores, Marull afirmó: “Mirando el largo plazo, sí. Obviamente, perfiles adversos al riesgo deberían abstenerse”.

Qué bonos prefieren los especialistas

Ante la consulta de qué bonos presentan mejores oportunidades, los analistas indicaron:

  • Nos gustan los bonos con legislación extranjera y con identure viejo, como por ejemplo el GD38″, Ezequiel Zambaglione.
  • Preferimos la legislación internacional con old-indenture, particularmente el Global 2038″, Lucas Longo.
  • Pedro Siaba Serrate respondió: “Nosotros pensamos que el Global 2035 (GD35) es buena alternativa para el jugador agresivo que quiera llevar a cabo esta estrategia. El GD35 ostenta el título de cheapest to deliver (más barato para entregar) por ser el instrumento de legislación extranjera de menor precio a la hora de entrar a una potencial restructuración, y, en definitiva, es el bono que tiene implícito la restructuración más agresiva. Además, también exhibirá la mayor tasa corriente a partir de julio 2023. Incluso, si el inversor no alcanza a cobrar el siguiente cupón a esa tasa, el interés devengado no cobrado más alto entraría en juego en la negociación”.
  • Preferimos estructuralmente GD35 y GD41, que según nuestros análisis ofrecerían buenos retornos incluso en escenarios de stress, para el mediano plazo. A corto plazo, creemos que GD30 podría experimentar una mejor performance dados los ratios de precios históricos con los otros Globales”, indicó Juan Manuel Franco.

En tanto, Fernando Marull dividió la respuesta según el tipo de inversor:

  • “Un perfil agresivo y optimista con el escenario sin canje debería optar por el GD30″.
  • “Un perfil conservador debiera optar por el GD35. Es un bono de baja paridad y cae menos si todo llega a ir mal y sube más si todo va bien. Es más defensivo y, seguramente, no entraría en un canje”.
  • “Un perfil que busca cupones altos debiera optar por el GD38. No solo tiene un prospecto más seguro, como es el de 2005, sino que, además, desde 2024 empieza a pagar cupones de 4,25% anuales y de 5% anual desde 2025″.
  • “Un perfil con aversión al riesgo debería mantenerse al margen de bonos argentinos”.