Bloomberg Línea — La polarización, un equivalente de conceptos valorativos como “radicalización” o “extremismo”, es ahora un fenómeno que avanza con rapidez en el debate público y que por cuenta de las redes sociales alcanza cada vez a más personas.
El informe The Hidden Drug. Un estudio sobre el poder adictivo de la polarización del debate público, publicado por Más Democracia y la consultora Llorente y Cuenca, destaca que el nivel de polarización en Iberoamérica ha crecido un 39% en los últimos cinco años.
Por ejemplo, desde que comenzó la pandemia del Covid-19 a nivel mundial, el nivel de involucramiento en este tipo de conversaciones polarizantes a través de redes sociales crece por lo menos un 8% al año en Iberoamérica y hasta 15% en Estados Unidos.
“Este fenómeno, a su vez, tiene que ver con la tendencia a que cada vez más personas consideren que sus juicios morales tienen el valor de un conocimiento objetivo que, por tanto, no puede ser sujeto de discusión”, dicen los autores del estudio.
El ránking de la polarización en Iberoamérica
Para llegar a estos resultados y medir la polarización, los autores consideraron la conversación de los últimos cinco años en Iberoamérica y Estados Unidos, a través de redes sociales, procesando más de 601 millones de mensajes en plataformas, recogidos entre el 1 de septiembre de 2017 y el 31 de agosto de 2022.
Ante los resultados, los expertos señalan que la adicción a las redes sociales y a la polarización alcanza en determinados casos “el rango de droga”, una droga escondida tras la aparente normalidad del uso de estas plataformas digitales. “La literatura sobre este tipo de adicción hace referencia a efectos tales como la pérdida de control, la absorción a nivel mental o la alteración grave del funcionamiento diario de la persona”, según Mariano Sigman, neurocientífico; Patricia Fernández, psicóloga Clínica del Hospital Ramón y Cajal; y Belén Carrasco, investigadora senior y directora adjunta de Eyes on Russia.
Estos son los resultados de polarización en los países de Iberoamérica y otros países relevantes:
Para Cristina Monge, presidenta de Más Democracia, “una democracia de calidad exige tener un espacio público seguro de deliberación. En la medida en que la polarización en los círculos políticos y mediáticos lo impide, están comprometiendo la calidad de las democracias hasta puntos que aún no podemos precisar”.
En los países de Iberoamérica los temas más polarizados son: aborto, libertad de expresión, derechos humanos, feminismo y racismo.
La polarización en Brasil
La libertad de expresión y el aborto son los temas de mayor polaridad en Brasil, mientras el país tiene el índice más alto de este fenómeno entre los países analizados.
“Racismo, aunque con una polarización más reducida que libertad de expresión (-9%), es el territorio que más conversación produce. A pesar de contener la mayor selva tropical del mundo, el cambio climático produce un 80% menos de volumen de conversación en Brasil que en el global de países”, dice el informe.
El estudio también señala que en Brasil la libertad de expresión, partiendo de una posición moderada, es el territorio que más crecimiento relativo ha tenido polarizándose 2,3 veces más. Inmigración, un territorio polar pero con poco volumen, el único que retrocede en el análisis.
“Es difícil medir el riesgo exacto de una adicción; en algunos casos es bien conocido pero en otros, como la polarización, no. Las grandes tragedias humanas y las matanzas resultan de momentos de incomprensión, de la exacerbación de este mecanismo mediante el cual un grupo no puede entender las ideas del otro. Ese no comprender hace que lo odie hasta tal extremo que decide que la única forma de resolverlo es matándolos a todos en una guerra. Este puede ser el verdadero riesgo de una droga como la polarización”, dijo Mariano Sigman, neurocientífico y autor de ‘El poder de las palabras’.