Bloomberg — Los principales donadores del Partido Republicano advertían hace meses que la clave para impedir el regreso del candidato Donald Trump era alinearse alrededor de uno de sus rivales.
Pero eso jamás sucedió.
Hasta ahora, gran parte de los donantes que financian con su chequera las aspiraciones presidenciales, Ken Griffin, de Citadel; Stephen Schwarzman, de Blackstone Inc (BX); y Paul Singer, de Elliott Investment Management, han permanecido al margen.
Es posible que en este momento ya sea muy tarde. Trump ha marcado claramente su rumbo a la nominación del Partido Republicano a la presidencia del país por una tercera vez sin tener un contrincante fuerte entre sus filas. Cuando faltan menos de seis semanas para los caucus (asamblea de representantes de un partido político) de Iowa, el margen favorable del expresidente en los sondeos no hace, sino aumentar, y entre los donantes reina el pánico ante la perspectiva de que, al permanecer tanto tiempo fuera de la contienda, ninguno de ellos sea capaz de remontar a tiempo para derrotar a Trump.
Los principales donantes republicanos han donado hasta ahora menos de US$ 1,5 millones a las campañas presidenciales, según un análisis de Bloomberg de los registros de la Comisión Federal Electoral. Eso es menos que alrededor de los US$5 millones en donaciones reportadas en el mismo punto del ciclo de 2016.
Algunos de los que hasta ahora mantenían sus carteras cerradas empiezan a expresar preferencias, mientras que otros llegan incluso a realizar donaciones directas. Pero puede que sea demasiado tarde.
Griffin dijo que está interesado en Nikki Haley, y el CEO de JPMorgan Chase & Co (JPM)., Jamie Dimon, ha alentado a los demócratas a unirse a los republicanos para respaldar al ex gobernador de Carolina del Sur.
El multimillonario Reid Hoffman, que al igual que Dimon ha apoyado históricamente a los demócratas, fue un paso más allá y donó US$250.000 a un súper comité de acción política que apoyaba a Haley. Tiene la oportunidad de celebrar otro debate fuerte el miércoles por la noche cuando los candidatos suban al escenario en Tuscaloosa, Alabama.
El ascenso de Haley
Haley, ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, llamó la atención de Wall Street después de sus buenos desempeños en los primeros tres debates primarios. La guerra entre Israel y Hamas y la actual invasión rusa de Ucrania le permitieron mostrar sus credenciales en política exterior, lo que provocó un aumento en las encuestas que la ha dejado desafiando al gobernador de Florida, Ron DeSantis, por el segundo puesto en la carrera detrás de Trump.
La posición de Haley en las encuestas ha aumentado más que la de cualquier otro candidato en los últimos meses, según una encuesta del miércoles de la Universidad de Monmouth. Haley ha aumentado al 12% el apoyo desde el 3% en julio, pero todavía está por detrás de Trump con un 58%, según la encuesta.
La atención de Haley y su creciente popularidad no se han traducido en un impulso de recaudación de fondos por parte de los mayores donantes, al menos no todavía. Los principales donantes todavía quieren tener más garantías de que ella realmente pueda ganar, dijo un donante de Trump.
Tanto Singer como Jeff Yass de Susquehanna International Group han expresado interés en donar a la operación política de Haley, pero ninguno lo ha hecho todavía, según una persona familiarizada con su recaudación de fondos.
El apoyo de Griffin, quien la ha llamado “estrella de rock”, podría poner a Haley en igualdad de condiciones financieras que Trump.
Si bien la red Americans for Prosperity, respaldada por el multimillonario Charles Koch, anunció a finales de noviembre que apoyaría a Haley, es probable que eso sólo proporcione un impulso marginal. Haley está detrás de Trump por aproximadamente 30 puntos porcentuales en los estados con votación anticipada.
Singer, que nunca ha sido fanático de Trump, ha coqueteado con algunos de los otros candidatos en la carrera. En 2016, fue coanfitrión de un almuerzo para el exgobernador de Nueva Jersey, Chris Christie. También hizo donaciones a Haley en el pasado. Singer habla regularmente con varias campañas republicanas, pero aún no ha decidido si donará a algún candidato presidencial, según una persona familiarizada con su pensamiento.
Schwarzman favorece a candidatos que encarnan el espíritu “conservador de Reagan”, priorizando la estabilidad geopolítica y el crecimiento económico, según una persona familiarizada con su pensamiento.
Algunos donantes, completamente insatisfechos con las opciones, han optado por no participar por completo en las elecciones de 2024. Entre ellos se encuentra el ex megadonante republicano Peter Thiel, dijo a Bloomberg una persona familiarizada con su pensamiento. A pesar de apoyar públicamente a Trump y haber hablado anteriormente en la Convención Nacional Republicana, Thiel ahora cree que el Partido Republicano se centra en los temas equivocados, es decir, las guerras culturales, dijo la persona.
El remordimiento del comprador
Los donantes también están siguiendo el ejemplo de otros que se lanzaron a la carrera y ahora se arrepienten. El magnate inmobiliario Robert Bigelow donó US$20 millones al súper PAC aliado de DeSantis, pero desde entonces ha expresado su descontento con la posición del gobernador de Florida sobre el aborto y sus malos resultados en las encuestas y ha dicho que podría cambiar su lealtad hacia Trump.
En un partido donde la fidelidad al ex presidente sigue siendo alta, la clase donante no tiene mucha influencia sobre los votantes. Pero un candidato bien financiado podría usar ese dinero para comprar publicidad, contratar personal y financiar una campaña que podría rivalizar con el alcance de Trump.
De los 10 principales donantes republicanos en el ciclo presidencial de 2020, solo dos han dicho que apoyarán la tercera candidatura de Trump a la Casa Blanca, según OpenSecrets.
Uno de esos donantes, el cofundador de Home Depot Inc. (HD), Bernie Marcus, dijo que decidió respaldar a Trump después de que quedó claro que era el único candidato que podía ganar la nominación republicana.
En un artículo de opinión explicando su razonamiento para lanzarse a la carrera, escribió: “Entiendo la frustración de algunos de mis amigos republicanos a quienes no les gustan o se sienten ofendidos por las cosas que hace y dice Donald Trump. Yo también me he sentido frustrado en ocasiones, pero no podemos permitir que su estilo descarado sea la razón por la que nos marchamos”.
Trump, particularmente a diferencia del presidente Joe Biden, tiene algunas posiciones políticas que resultan intrigantes para los donantes. Se ha comprometido a hacer permanentes los recortes de impuestos que promulgó en 2017, muchos de los cuales expirarán en dos años.
Sin embargo, mantener los recortes de impuestos probablemente sea una prioridad para cualquier republicano en la Casa Blanca y, para muchos donantes, las políticas comerciales poco ortodoxas y el caos geopolítico que probablemente acompañarían a un segundo mandato de Trump superan cualquier aspecto positivo.
Pero podría ser demasiado tarde para que los donantes cambien la tendencia que va en dirección a Trump.
“Cuando estás 50 puntos por delante, la clase de donantes no va a importar”, dijo Larry Kawa, un recaudador de fondos de Florida que aún no ha respaldado a ningún candidato.
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