El “fenómeno del trabajador pobre” puede seguir creciendo en Latinoamérica: OIT

La OIT recomendó “fortalecer las instituciones laborales, especialmente el salario mínimo y los mecanismos de negociación colectiva”. LatAm y Caribe tiene recuperación insuficiente en tasa de participación en la fuerza laboral

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Bloomberg Línea — En un contexto de alta inflación, la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos laborales hace que el “fenómeno del trabajador pobre” -que significa que las personas pueden vivir en situación de pobreza aun teniendo un empleo- puede seguir creciendo en Latinoamérica y el Caribe, advirtió la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en un informe divulgado este martes.

El fenómeno del trabajador pobre aumentaría considerando que, si bien los niveles de empleo en varios países han retornado a los valores prepandemia o están cercanos a ellos, “el agregado de ingresos laborales y familiares reales aún es inferior que en aquel momento”, dijo la OIT en el reporte Panorama Laboral 2023 de América Latina y el Caribe.

El desempeño de los indicadores de oferta, demanda y desocupación regionales en lo que va de 2023 muestra que a casi cuatro años de la irrupción de la pandemia por Covid-19, la región en su conjunto exhibe una recuperación plena de la tasa de ocupación y desocupación, aunque una recuperación insuficiente de la tasa de participación.

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La OIT indicó que la evolución de los ingresos reales del trabajo se ha visto impactada por cuenta de la aceleración inflacionaria y sus efectos negativos sobre el poder adquisitivo de los salarios.

La pérdida de poder adquisitivo en algunos mercados de Latinoamérica y el Caribe asciende al 5% o 6% e incluso en otros llega a entre el 9% al 16%.

De hecho, “en la mayoría de los nueve países con información actualizada, los salarios horarios reales promedio son inferiores a los registrados antes del comienzo de la pandemia, cuatro años atrás”, advirtió la entidad.

Recuperación insuficiente de la tasa de participación

Aunque Latinoamérica y el Caribe ha logrado una recuperación plena de la tasa de ocupación y desocupación tras casi cuatro años de la pandemia, aún presenta una recuperación insuficiente de la tasa de participación en la fuerza laboral en los tres primeros trimestres de 2023, en comparación con el mismo período del año pasado.

Latinoamérica y el Caribe exhibieron en ese período una reducción de la tasa de desocupación del 7,4% a 6,5%, acompañada de un incremento de la tasa de ocupación del 57,9% al 58,2%.

No obstante, la tasa de participación, que es la relación entre la fuerza de trabajo y población en edad de trabajar, expresada como porcentaje, cayó del 62,5% al 62,3%.

“Como resultado de la recuperación completa del empleo y de la recuperación parcial de la oferta laboral, la tasa de desocupación es significativamente más baja que en 2019″, dice el reporte.

Y si bien el empleo urbano retornó a los valores de 2019, aún hay rezagos en el empleo rural, con lo que se amplifica la brecha existente previo a la pandemia.

Por sectores, se tiene que salvo el empleo en el agro y la construcción, el resto de los sectores exhibieron variaciones positivas entre 2022 y 2023.

“Destaca en esta dinámica el aumento del empleo en el sector de transporte, los servicios financieros y los de salud”, dice el reporte.

Las proyecciones de la OIT apuntan a que la tasa de desocupación promedio para 2023 en la región se ubicará en torno al 6,3%, con un rango de entre 6,2% y 6,4%, y en un rango de entre 6,5% y 6,8% para 2024.

El dilema de la informalidad laboral

Uno de los principales asuntos por resolver en Latinoamérica y el Caribe tiene que ver con la tasa de informalidad laboral, que a mediados de 2023 se ubicó en el 48% (promedio de 11 países), levemente inferior al registro de 2019 (49%).

La OIT explica que la recuperación de los puestos de trabajo “ha seguido estando traccionada por el crecimiento del empleo informal en la mayoría de los países”.

Según el reporte, “las ocupaciones de tipo informal han dado cuenta de entre el 40% y 95% del aumento neto de trabajo entre el tercer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2023″.

De acuerdo a la OIT, “en la medida en que no se genere una cantidad suficiente de ocupaciones formales en relación con el potencial aumento en la oferta laboral, el riesgo de aumentos persistentes en la tasa de informalidad laboral continúa”.

“Ello se vuelve más crítico en el contexto actual de fuerte incertidumbre y de ralentización del crecimiento económico. De allí, la importancia de implementar o escalar políticas no solo para sostener el empleo formal, sino para apuntalar la creación de nuevas ocupaciones de este tipo en la región”, advirtió.

En la comparación regional entre el promedio de los dos primeros trimestres de 2023 e igual período de 2022 destaca el mayor dinamismo del empleo asalariado, con un aumento promedio del 3,5 por ciento frente al incremento de solo 0,3 del empleo no asalariado.

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El empleo evoluciona en los jóvenes, pero llama la atención la informalidad

Uno de los aspectos que llama la atención tiene que ver con el hecho de que si bien desde mediados de 2020 la evolución más intensa del empleo se da entre las personas jóvenes, hay una persistencia elevada de informalidad.

La tasa de informalidad regional entre las personas jóvenes (10 países) se ubica en el 58%.

Los jóvenes se enfrentan a “una mayor intermitencia laboral por las intensas entradas y salidas de la fuerza de trabajo. La mayor inestabilidad ocupacional, a su vez, se asocia a su mayor prevalencia en actividades informales, precarias, de baja calificación”.

La tasa de ocupación regional de las personas jóvenes en el segundo trimestre de este año era de 3,4%, lo que significó un aumento de 1,3 puntos porcentuales frente a la del mismo período de 2019.

Y aunque la tasa de desocupación promedio de las personas jóvenes continuó descendiendo, esta sigue siendo muy elevada y se ubica en el 14,4%, según la OIT.

La situación laboral de mujeres

La OIT destaca que en el segundo trimestre de 2023 la tasa de ocupación de las mujeres superó en 1,6% a la del mismo período del 2019, antes de la pandemia de Covid-19.

Entre tanto, la tasa de ocupación de los hombres fue virtualmente la misma en ambos trimestres.

De otra parte, la recuperación de la oferta laboral de las mujeres fue del 16,2%, más fuerte que la de los hombres (10,8%).

Y la mayor recuperación del empleo femenino se concentró entre las mujeres jóvenes, aunque aún se observa una diferencia de más de 40 puntos porcentuales en el indicador de tasa de ocupación entre ese grupo y la de los hombres de 25 años y más.

De hecho, la OIT advierte que “las brechas laborales por género son persistentes y continúan siendo muy elevadas”.

La tasa de participación laboral femenina regional en el segundo trimestre de este año fue del 51%, muy inferior a la de los hombres que fue del 74%.

La tasa de ocupación de las mujeres fue 47%, también por debajo de la de los hombres (69,6%).

Y la tasa de desocupación fue mayor en las mujeres y se ubicó en el 7,6%, mientras que la de los hombres en 5,6%.

Las recomendaciones de la OIT

Ante los persistentes retos del empleo en Latinoamérica, la OIT dice que se requieren políticas que impulsen la generación de empleo, con especial atención en formalizar el trabajo.

Además, ante la presión inflacionaria, considera que es esencial “fortalecer las instituciones laborales, especialmente el salario mínimo y los mecanismos de negociación colectiva”.

Para la entidad, el diálogo social juega un papel crucial en este proceso, considerando las necesidades y posibilidades tanto de los trabajadores como de los empleadores, lo que adquiere mayor relevancia en un entorno laboral dinámico, en el que cerrar las brechas persistentes se vuelve fundamental para maximizar los beneficios de las transiciones digital, demográfica y equitativa.

Por último, recalcó que es imperativo avanzar de manera decidida en asegurar ingresos para aquellos más afectados por la pérdida del poder adquisitivo, al mismo tiempo que se implementan políticas activas en el mercado laboral, recomendó la OIT.