Bogotá — La salud financiera de las empresas del sector energético en Colombia es clave de cara al éxito que tenga el país en la transición energética que el Gobierno Petro quiere impulsar.
Los resultados financieros de las empresas del sector energético en Colombia para el 2023 muestran resiliencia frente al entorno macroeconómico, aunque también revelan un deterioro con respecto al año anterior, con decrecimientos en ventas para la cuarta parte de las empresas analizadas y en utilidades para tres cuartas partes, según detalla un informe de Corficolombiana.
Los resultados de empresas energéticas
A pesar de las grandes diferencias, las empresas del sector energético demostraron resiliencia durante un año de ajuste económico.
Explica Corficolombiana que las compañías generadoras y distribuidoras de electricidad experimentaron un incremento en sus ingresos en línea con los precios, volúmenes e inversiones previas, como se observa en el caso de Celsia (11,6%), Enel Colombia (38,3%) e Isagen (9,7%).
Por otro lado, detalla el informe que, tanto Grupo Energía Bogotá (GEB) como Empresas Públicas de Medellín (EPM) continuaron demostrando la solidez de sus portafolios, con presencia en toda la cadena de energía eléctrica y gas (a excepción de la producción de gas) reflejada el crecimiento de sus ingresos de 15,2% y 14,2%, con crecimientos en el EBITDA similares de 8,3% y 8,8%.
Así mismo, Ecopetrol logró recuperar su producción de petróleo equivalente, alcanzando 758 kbped (miles de barriles de petróleo equivalente diario) en el cuarto trimestre y 736 kbped en el año 2023, su máximo nivel desde 2015, lo que compensó en parte la caída del precio promedio del petróleo.
¿Qué impactó el desempeño de las empresas?
Corficolombiana explica el comportamiento de las empresas del sector energético colombiano en nueve puntos fundamentales:
- El persistente incremento de las tasas de interés por segundo año consecutivo, lo que aumentó el costo de la deuda;
- El deterioro del mercado accionario local, que se convirtió en una fuente de recursos de largo plazo muy costosa para las empresas;
- La reducción de los escaladores contractuales en diversos países, con un retraso particular en Colombia;
- La desaceleración del crecimiento del PIB colombiano;
- La caída en el precio del petróleo;
- La incertidumbre regulatoria;
- El impacto adverso del fenómeno del Niño en los costos;
- Las dificultades para avanzar en proyectos, incluyendo la obtención de licencias ambientales y procesos de consultas previas;
- El aumento en la carga tributaria luego de la última reforma. Estos elementos incidieron en los márgenes de las compañías, afectando tanto su EBITDA como su utilidad neta.
El impacto en la transición energética
Uno de los aspectos más críticos al analizar los resultados de las empresas energéticas es su avance hacia la meta de transición energética a largo plazo.
Lamentablemente, dice Corficolombiana, las noticias en este sentido no son alentadoras. Destaca el caso de Ecopetrol, la principal productora de petróleo del país. Aunque los resultados de producción fueron positivos, la empresa experimentó una reducción del 6,4% en sus reservas probadas de petróleo equivalente, con la vida media de estas reservas disminuyendo de 8,4 a 7,6 años.
Esta situación, junto con el aumento en los costos de producción y la reducción del plan de inversiones en exploración y producción en cerca del 20% en comparación con el plan anterior, entre otros factores, genera preocupaciones sobre el futuro aporte de la compañía al país en términos de exportaciones, autosuficiencia de petróleo y gas, y transferencias a la nación (dividendos, impuestos y regalías).
Limitándonos al impuesto de renta, dividendos y regalías, estimamos que estas transferencias disminuirán más del 20% en 2024 en comparación con 2023.
Este panorama es inquietante, especialmente considerando que en el contexto de la transición energética se busca promover la autosuficiencia y la seguridad energética.
Además, destacó la firma, el país depende de los recursos proporcionados por esta empresa para invertir en la transformación de la matriz energética nacional, en consonancia con los principios de una “transición energética justa”.
Malas noticias para el sector
Es relevante mencionar noticias desfavorables que involucran a otras empresas del sector, evidenciando un retroceso en los proyectos de generación de energía renovable.
En octubre, Canacol anunció la ruptura del contrato de suministro de gas para EPM, generando un déficit adicional de 75 Mpcd (millones de pies cúbicos diarios) de gas en el balance de 2026, cuando el contrato alcanzaba su máximo nivel de despacho.
Enel Colombia decidió abandonar el proyecto de generación eólica Windepeshi en La Guajira, lo que impactó sus resultados del año en COP$746 mil millones debido a pérdidas por deterioro, con un efecto indirecto en GEB por el método de participación, razón por la cual estima que la utilidad de GEB no creció en 2023.
Asimismo, durante la teleconferencia de resultados del cuarto trimestre de 2023 de Celsia, la compañía anunció su disposición de vender los proyectos de generación no convencional en La Guajira, debido a demoras en licencias ambientales.
Por otro lado, el proyecto de Hidroituango por parte de EPM, que inicialmente estaba programado para 2018, continúa avanzando, ahora con cuatro turbinas disponibles (1.200 de 2.400 MW en total). Además, persiste la incertidumbre sobre la modificación de las tarifas de la electricidad y la intervención del mercado eléctrico en Colombia, lo que añade preocupaciones adicionales para todas las empresas del sector.