Bloomberg — La actividad manufacturera de China se recuperó en marzo, poniendo fin a una caída de cinco meses y sumándose a la evidencia de que el sector industrial del país está ganando impulso para una recuperación económica.
El índice oficial de gestores de compras del sector manufacturero aumentó hasta 50,8, la cifra más alta en un año, lo que supone un estímulo para los responsables políticos que tratan de restablecer la confianza en la segunda economía mundial. Ello se debe a que la producción industrial de enero y febrero fue la más rápida de los dos últimos años, y a que las exportaciones aumentaron en el bimestre.
“El sector industrial parece resistente, en parte ayudado por las fuertes exportaciones”, dijo Zhang Zhiwei, economista jefe de Pinpoint Asset Management. “Si el gasto fiscal aumenta y las exportaciones se mantienen fuertes, el impulso económico puede mejorar”.
Las últimas cifras muestran que el motor industrial del país puede ser el motor que ayude al gobierno a alcanzar su objetivo de crecimiento anual de alrededor del 5% este año, incluso cuando Beijing enfrenta muchos otros desafíos, incluida una crisis del mercado inmobiliario, una caída de la confianza de los consumidores y tensiones geopolíticas. .
Un indicador de la actividad no manufacturera subió a 53 en marzo, en comparación con una estimación de 51,5. Una lectura superior a 50 sugiere una expansión con respecto al mes anterior, mientras que una cifra inferior denota una contracción.
El PMI no manufacturero también muestra que “las empresas tienen una confianza y expectativas relativamente fuertes para los negocios futuros”, dijo Bruce Pang, economista jefe para la Gran China de Jones Lang LaSalle Inc.
Esperanzas reavivadas
Las exportaciones en el período enero-febrero habían reavivado las esperanzas de una recuperación económica más amplia, aumentando un 7,1% respecto al año anterior. La débil demanda de los principales socios económicos y las crecientes sanciones y restricciones a sus productos habían hecho que el comercio de China se resintiera durante el último año.
El otrora pilar clave de la economía se enfrenta ahora a un nivel “desconcertante” de restricciones comerciales, dijo el mes pasado el ministro de Asuntos Exteriores, Wang Yi.
China ha tratado de impulsar el gasto interno y se comprometió a proporcionar fondos gubernamentales para alentar a los consumidores y las empresas a reemplazar bienes viejos, incluidos automóviles, electrodomésticos y otros equipos, lo que debería ser una bendición para las empresas industriales. Sin embargo, aún no se han revelado detalles como el valor de la ayuda fiscal.
Los precios al consumidor aumentaron en febrero por primera vez en cinco meses, mientras que la tasa de desempleo urbano aumentó a 5,3% desde 5,1% en diciembre, lo que refleja un mercado laboral sombrío que está pesando sobre la demanda interna.
El sector inmobiliario siguió siendo un lastre importante para la economía, con la inversión cayendo un 9% y las ventas de viviendas cayendo un 33% en valor en el período enero-febrero respecto al año anterior.
China Vanke Co., que en algún momento fue el mayor promotor inmobiliario cotizado del país, dijo que el beneficio neto cayó un 46% el año pasado, la mayor caída desde su salida a bolsa en 1991. Country Garden Holdings Co., que alguna vez fue el principal constructor residencial del país por ventas, anunció el mes pasado que no cumplirá con la fecha límite para informar los resultados anuales, diciendo que necesita más información.
Los problemas de los antiguos gigantes inmobiliarios ofrecen un vistazo a la peor temporada de ganancias del sector en su historia, mientras la caída del sector inmobiliario entra en su cuarto año, erosionando los balances de los bancos estatales más grandes a medida que aumentan los préstamos incobrables.
El gobierno ha intensificado sus esfuerzos para atraer inversores extranjeros. El presidente Xi Jinping dijo la semana pasada a un grupo de líderes empresariales estadounidenses en Beijing que la economía del país todavía tiene espacio para crecer, según una persona con conocimiento del asunto, que pidió no ser identificada. Xi se reunió con Stephen Schwarzman de Blackstone Inc. (BX), Cristiano Amon de Qualcomm Inc. (QCOM) y otros representantes de las comunidades empresarial, estratégica y académica de Estados Unidos.
Xi reconoció que había problemas con la economía nacional, pero dijo que los funcionarios pueden manejarlos, dijo la persona, describiendo las conversaciones como abiertas y francas.
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