Bloomberg — La última crisis del 737 Max de Boeing Co. ha agravado la escasez de los populares aviones de fuselaje estrecho, lo que ha disparado el precio del alquiler de aviones usados a su nivel más alto en años.
El fabricante estadounidense de aviones ha ralentizado la producción de su modelo más vendido para corregir las fallas de calidad relacionados con el casi desastroso accidente en un 737 Max 9 el pasado enero. Airbus SE también tiene dificultades para aumentar su producción, por lo que los aviones disponibles aún son escasos. Por ello, las aerolíneas buscan aviones alquilados, sobre todo los más grandes con pasillo único, ya que transportan más pasajeros.
Según datos de Ishka Global, que hace un seguimiento de los precios de los aviones, un 737 Max 9 de 3 años, el avión estrecho más grande que se fabrica en Boeing, ahora tiene una renta mensual más alta que antes de la pandemia. El precio de un 737-900ER anterior se acerca a los niveles de enero de 2020. Una tendencia similar ha aumentado las tarifas del Airbus A321neo y de la variante A321-200 anterior.
Según las cifras de Ishka, la tasa mensual para el modelo Max 9 se situó en US$315.000 en marzo, en comparación con los US$305,000 de inicios de 2020. El arriendo mensual del Airbus A321-200 cuesta US$335.000, lo que lo sitúa en el nivel de enero de 2020.
Los arrendadores han ganado ventaja y ahora es más probable que trasladen aviones de aerolíneas en dificultades a aquellas que estén dispuestas a pagar un precio más alto, según Eddy Pieniazek, jefe de asesoría en Ishka Global. Las aerolíneas “compiten con una disminución de activos disponibles”, dijo.
Los precios de alquiler de aviones de segunda mano ya habían aumentado considerablemente en 2023, a raíz de la escasez que ocurrió durante la pandemia. Mientras las aerolíneas hicieron pedidos de aviones en números récord, Airbus y Boeing (BA) tardaron más en reconstruir la producción.
Aunque las entregas de Airbus están aumentando, las restricciones de los proveedores han frenado su progreso hacia la superación de la producción pre-Covid. Las aerolíneas también están lidiando con problemas de motores que han dejado en tierra a cientos de aviones de la serie A320, lo que reduce aún más la disponibilidad.
Las interrupciones en Boeing se remontan a la paralización mundial del 737 Max en 2019, después de dos accidentes mortales. Su intento de aumentar las entregas se vio obstaculizado por una serie de fallas de producción antes de la explosión de un panel del fuselaje en un vuelo de Alaska Air Group Inc. el 5 de enero.
La escrutinio regulatorio desde entonces ha retrasado la certificación del que se convertirá en el 737 más grande, el Max 10. La fecha incierta de su debut ha obligado a United Airlines Holdings Inc. (UAL) y a otras compañías a reducir sus planes de crecimiento, buscar modelos alternativos, o ambas cosas.
Los reguladores estadounidenses también han limitado las entregas de Boeing 737 a 38 unidades mensuales para asegurarse de que la empresa se centre lo suficiente en mejorar su seguridad y procesos de fabricación.
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