La fuerza laboral se debilita en la región, sobre todo en Cuba y Venezuela, y esto es un problema

Un aumento de la fuerza laboral en comparación con los grupos dependientes como niños, adolescentes y personas mayores, genera una oportunidad para el crecimiento económico llamada bono demográfico, pero se está agotando

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Bloomberg Línea — Países en Latinoamérica y el Caribe como Cuba o Venezuela tienen dificultades para aumentar su fuerza de trabajo en los próximos años y aprovechar el bono demográfico, a medida que la tasa de crecimiento de la población total de la región se desacelera y se generan más desafíos para absorber estas personas en el mercado laboral, sumado al profundo fenómeno migratorio.

El débil crecimiento de la fuerza de trabajo es un reto compartido por los países de Latinoamérica en medio de los cambios demográficos, pero la realidad económica de ciertos mercados agrava el panorama hacia el futuro ante factores como los altos niveles de migración.

El decrecimiento de la fuerza de trabajo en Cuba ha comenzado en el quinquenio 2020-2025 y se proyecta que será aun mayor que la caída de la población total como resultado de la baja fecundidad y el saldo migratorio negativo, dijo en entrevista con Bloomberg Línea el director del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade)- División de Población de la CEPAL, Simone Cecchini.

Ya en el quinquenio 2015-2020, la tasa de crecimiento de la población en Cuba había sido negativa (-0,07%) y se proyecta que este decrecimiento se fortalecerá en años futuros.

Desde la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) esperan que la fuerza de trabajo de la isla se contraerá un -0,64% entre 2025- 2030.

En Cuba, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) ya ha advertido sobre la caída de la fuerza laboral de la isla “en un período relativamente corto” y que el descenso de las personas en edad laboral “dificultará la posibilidad de reemplazo de aquellas que salen de la población económicamente activa”.

También se considera un caso especial a Venezuela, en donde en el quinquenio 2015-2020 la población decreció en promedio un 1,38% anual, y la tasa de decrecimiento de la fuerza de trabajo fue aun mayor, un -1,47% anual, como consecuencia de la emigración de muchas personas en edad de trabajar.

La diáspora venezolana se refleja en más de 7,7 millones de ciudadanos fuera de su país, de los que más de 6,5 millones residen en la región.

No obstante, para el período 2025-2030 la fuerza de trabajo aumentará un leve 2,26% en Venezuela y la población total un 1,36%. Este crecimiento se irá moderando hasta el quinquenio 2045-2050.

De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), citada por la Cepal, la fuerza de trabajo “se refiere a la oferta de trabajo disponible en un momento dado para la producción de bienes y servicios a cambio de remuneración o beneficios”.

Las personas que integran la fuerza de trabajo pueden estar en situación de ocupación o desocupación, según ese concepto.

El caso de economías regionales más ricas en LatAm

Hay otros casos como el de Uruguay, en donde se proyecta que en 2024 la tasa global de fecundidad (1,48 hijos nacidos vivos por mujer) es solo levemente superior respecto a Cuba (1,46 hijos).

No obstante, la diferencia radica en que en el país sudamericano el saldo migratorio es positivo.

El director de Celade manifiesta que hacia el futuro se proyecta una población estable (0% de crecimiento en el quinquenio 2025-2030) o solo levemente decreciente para Uruguay.

Y la previsión es que la fuerza de trabajo seguirá creciendo por lo menos hasta el quinquenio 2030-2035. A partir del quinquenio 2040-2045 se proyecta un decrecimiento de la fuerza de trabajo en Uruguay (-0,24%).

¿Por qué el crecimiento de la fuerza laboral es importante?

Un aumento de la fuerza laboral en comparación con los grupos dependientes como niños, adolescentes y personas mayores, genera una oportunidad para el crecimiento económico llamada “bono demográfico”.

Esto implica un aumento en los ingresos, la acumulación de capital y la reducción del gasto en dependientes.

Sin embargo, en América Latina y el Caribe este bono está llegando a su fin, proyectado para terminar en 2029, según Celade.

Aprovechar este bono o no depende de diversas políticas y estrategias en áreas como la producción, el empleo, la protección social y la educación.

“El tamaño de la población en edad de trabajar y el crecimiento de la fuerza laboral son elementos potencialmente positivos para el crecimiento del PIB, pero ese potencial hay que realizarlo”, dijo Cecchini.

Para hacerlo, desde la Cepal han instado a promover una gran transformación productiva de las economías, elevando tasas de inversión y escalando las políticas de desarrollo productivo incluyendo sectores impulsores o dinamizadores de ese crecimiento, y la urgencia complementaria de mejorar los sistemas educativos y de formación profesional.

Las acciones por el lado de la demanda de trabajo deben ir de la mano con las acciones por el lado de la mejora de la calidad del capital humano. Solo una sin la otra no podrán crear un mercado de trabajo dinámico con inclusión laboral y trabajo decente.

Director de Celade, Simone Cecchini

El reto de crear más y mejores empleos

En la actualidad, se estima que la región tiene unos 652 millones de habitantes, de los que un 50,8% forma parte de la fuerza de trabajo.

Un aspecto importante es que parte de esta dinámica frente a la fuerza laboral se explica en gran parte por el crecimiento de la participación laboral femenina.

No obstante, la fuerza de trabajo en la región está envejeciendo, tal como lo hace la población.

Por lo anterior, se considera clave combatir la discriminación por edad (“edadismo”) en el mercado de trabajo y aprovechar a todos los recursos y talentos humanos de los cuales disponen los países.

“Para el período 2022-2050 se proyecta una disminución en términos absolutos de la fuerza de trabajo entre 15 y 34 años de edad, conectado al mayor tiempo transcurrido en la enseñanza media y superior. Mientras tanto, seguirá aumentando la fuerza de trabajo mayor de 65 años de edad”, señaló Simone Cecchini.

Para el quinquenio 2025-2030, se espera que la población de Latinoamérica crezca apenas un 0,67%, mientras que la fuerza de trabajo lo hará en un 1,11%. Entre tanto, la población en edad de trabajar crecerá un 1,08% en ese período.

En el período 2000-2010, la fuerza de trabajo de Latinoamérica creció en unas 5,6 millones de personas por año, pero en el decenio 2010-2022 el promedio cayó a 4,5 millones. Entre 2022-2032 se espera que la media caiga a 3,9 millones y entre 2040-2050 a 1,5 millones.

También es importante tomar en cuenta que el crecimiento de la fuerza laboral en la región es un fenómeno principalmente urbano. La fuerza de trabajo de la región se concentra en ciudades y es allí donde ocurre principalmente el crecimiento de la fuerza laboral.

Director de Celade, Simone Cecchini

En general, la absorción de la fuerza de trabajo adicional se constituye como uno de los principales desafíos del mercado laboral de Latinoamérica y el Caribe en medio de los cambios demográficos a los que se enfrenta la región, según Cepal.

En el informe Observatorio Demográfico 2023, la Cepal insta a “crear más y mejores empleos para absorber una fuerza de trabajo más numerosa y con una estructura por edades distinta”.

El aumento de la fuerza laboral obliga a las economías a crear más empleo para absorber a más trabajadores, lo que supone un desafío ente el bajo crecimiento y alta informalidad laboral.

El reto no solo es crear empleos, sino asegurar que sean formales, con salarios justos y protección social, lo que ayudaría a reducir la pobreza.

En 2023, la Cepal estimó que la pobreza afectaba al 29% de la población latinoamericana.