Exclusiva: Sidersa anticipa salida a la bolsa argentina tras histórica inversión metalúrgica

En diálogo con Bloomberg Línea, el CEO de la empresa, Hernán Spoto, explicó por qué construyen la primera planta siderúrgica en Argentina en medio siglo. La inversión fue anunciada en el marco del RIGI del Gobierno de Javier Milei.

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Buenos Aires — Sidersa contempla salir a cotizar en la Bolsa de Buenos Aires mientras avanza con la construcción de la primera planta siderúrgica en Argentina en medio siglo, una inversión de US$300 millones que le permitirá producir a precios chinos con calidad superior, según argumentó su CEO, Hernán Spoto, durante una entrevista con Bloomberg Línea.

“Yo no descarto que en algún momento salgamos a la Bolsa ... en algún momento lo tenemos que hacer, así que diría que sí ... es parte de un proceso de profesionalización de la empresa”, afirmó el ejecutivo.

La metalúrgica familiar fundada hace siete décadas implementará la tecnología italiana “MIDA QLP-DUE minimill”, que solo poseen unas 20 plantas en el mundo, permitiendo una reducción sustancial del consumo energético. Además, producirá productos de acero con chatarra reciclada, en lugar del más costoso mineral de hierro.

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Anunciada en el marco del Régimen de Incentivos para las Grandes Inversiones (RIGI) —ofrece estabilidad fiscal y jurídica por 30 años, reducción del impuesto a las ganancias, amortización acelerada, exención de derechos de importación y facilidades para exportar, entre otros beneficios—, la construcción de la planta en San Nicolás de los Arroyos, provincia de Buenos Aires, comenzó el 31 de julio, día nacional de la siderurgia.

“El RIGI nos dio las herramientas necesarias para poder tener la estabilidad y previsibilidad que se necesitan en inversiones a largo plazo como estas”, dijo Spoto, al tiempo que aclaró que la nueva planta estará operativa para el 2028.

Vientos en contra para el sector metalúrgico

El timing de la inversión llega en medio de un entorno desafiante para el sector industrial y metalúrgico argentino. Acindar suspendió en las últimas dos semanas a trabajadores y redujo la producción, mientras que el EBITDA de Ternium Argentina, principal proveedor de Sidersa, se redujo a la mitad en términos interanuales durante el primer semestre de 2025.

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Las importaciones de “metales comunes y sus manufacturas” desde China, en tanto, crecieron 61% interanual en el primer semestre de 2025, según el Indec.

A esto se sumaron los nuevos aranceles al acero y aluminio impuestos por Estados Unidos con la llegada a la presidencia de Donald Trump. Y desde más atrás en el tiempo, la producción industrial argentina prácticamente no crece desde 2007-08, de acuerdo a un estudio reciente de la consultora económica OJF & Asociados.

“Siempre hay una excusa, ¿por qué sí, por qué no? En 70 años de historia pasamos no sé cuántos presidentes y ministros de Economía por cada presidente”, explicó Spoto sobre el timing de la inversión. “Pero teníamos un sueño y encontramos un momento para hacerlo realidad”.

La expansión representa un giro estratégico para Sidersa. Actualmente la empresa compra bobinas de acero a Ternium para transformarlas en chapas y hojas para sus 2.000 clientes.

Con la nueva planta, pasará a producir acero reciclando chatarra —prácticamente 100% material reciclado—. Esto elimina la dependencia del mineral de hierro y la posiciona para competir con precios chinos en mercados internacionales.

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Es un crecimiento diagonal”, explicó Spoto, “porque pasamos a hacer algo que hoy no hacemos”.

La apuesta de Sidersa contrasta con el pesimismo del sector y refleja una visión de largo plazo poco común en la volátil economía argentina. “No trabajamos para un trimestre, un semestre o un año. Hacemos un proyecto por décadas”, filosofó Spoto.

“No puedo tomar una decisión de inversión respecto a lo que ocurre hoy. Tengo que pensar en un futuro”, agregó.

Tecnología disruptiva: la “palanquilla infinita”

La nueva planta de Sidersa producirá “acero verde” con emisiones de 370 kg de CO2 por tonelada, tres veces menos que el promedio mundial de 1.000 kg, dijo el ejecutivo, y subrayó que para el 2035 la meta de Europa es que el 100% de su abastecimiento de acero sea verde.

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“Cuando alguien de Latinoamérica quiera ver una MIDA, Danieli va a decir: ‘Te llevo a Sidersa, te llevo a Argentina’”, destacó con orgullo.

La tecnología permite producir hierro de construcción en apenas dos horas desde que se procesa la chatarra, frente a las 24 horas de los sistemas tradicionales con hornos eléctricos.

El secreto está en la “palanquilla infinita”, una innovación que elimina la necesidad de cortar, enfriar y recalentar el acero. Esto reduce drásticamente el consumo energético —el segundo insumo más caro después de la chatarra— y los desperdicios.

Sidersa adelanta que la nueva planta podrá conectarse 100% a fuentes de energía renovable como la eólica o solar.

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La tecnología no permite adaptaciones parciales. “Estamos trayendo una tecnología que no se puede adaptar a lo que ya tenías. Es una tecnología única: es un modelo o el otro”, enfatizó el CEO.

Objetivo: triplicar la producción

La planta, que producirá desde el primer semestre de 2028, creará más de 300 empleos directos y 3.500 indirectos. Procesará 360.000 toneladas anuales de acero de construcción y alambrón, incrementando la producción actual de 250.000 toneladas anuales a un total de más de 600.000 toneladas. El potencial exportador alcanza los US$360 millones anuales, pero dependerá de si el mercado interno no absorbe toda la producción.

“La prioridad es Argentina. Nunca dejaríamos sin abastecer Argentina para exportar al mundo”, enfatizó Spoto. “Si falta acero en Argentina, queda en Argentina. Si sobra acero en Argentina, tenemos algo que quiere el mundo y que lo producimos en Argentina”.

Financiamiento, dentro del RIGI

El financiamiento de los US$300 millones provendrá en más del 50% de recursos propios. Al menos un tercio será deuda externa para cumplir con los requisitos del RIGI, que exige compensar importaciones con ingreso de divisas.

De la inversión total, US$200 millones se ejecutarán en pesos con proveedores locales. Los US$100 millones restantes corresponden a la tecnología importada de Danieli.

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“Cuando te sentás con alguien que va a financiar un proyecto, la estabilidad y la previsibilidad son fundamentales”, agregó. El ejecutivo destacó también los beneficios impositivos del RIGI, el acceso libre al mercado de divisas y la eliminación de retenciones a las exportaciones.

“Hemos tenido demasiadas propuestas de financiamiento de distintos bancos, más de las que pensábamos”, reveló Spoto. La empresa ya demostró su acceso al mercado de capitales con la sobredemanda de su reciente emisión de obligaciones negociables.

Estamos evaluando por qué no apalancarnos un poquito más”, agregó el ejecutivo, sugiriendo que la inversión podría ser “solo el comienzo de muchas más cosas que van a venir”.

De todas formas, Spoto asegura que la compañía cuenta con capital suficiente para encarar esta inversión. “Tenemos capital para no necesitar emitir de nuevo, pero probablemente emitamos. Todo va a depender de las tasas de ese momento”, afirmó Spoto.

La empresa colocó US$27,6 millones en obligaciones negociables en diciembre de 2024. La emisión, con calificación A+ de Fix SCR, atrajo ofertas totales por US$39,4 millones a través de más de 2.500 órdenes y logró fijar una tasa de corte del 6,5%, significativamente más baja que las tasas actuales del mercado.

Los bonos, con interés semestral y un monto mínimo de inversión de US$100, se han apreciado más de 2% en lo que va de 2025.

El camino hacia la Bolsa

Sobre la salida a Bolsa, Spoto fue categórico: “Hace dos años atrás, si vos me preguntabas, no íbamos a salir ni a emitir obligaciones negociables”. “Yo no descarto que en algún momento salgamos. Creo que en algún momento lo tenemos que hacer”.

La “profesionalización” de la empresa familiar se aceleró con la emisión de deuda de diciembre. La operación se realizó “no por necesidad de fondos, sino para seguir profesionalizándonos”, y ahora el mercado de capitales aparece como el siguiente paso natural, enfatizó.

Desafíos del presente, visión de futuro

Pese al optimismo por el proyecto, Sidersa no escapa a las dificultades del sector. La empresa reconoce que la rentabilidad “ha bajado” en línea con toda la industria.

La pérdida de competitividad se debió en parte a un peso argentino que se apreció en términos reales, sin una reducción sustancial de la carga impositiva, redundando en mayores costos operativos. Los precios del acero que compran a Ternium vienen bajando respecto al año pasado.

Las importaciones de productos terminados representan “una luz amarilla” que amenaza el empleo local. “Están entrando productos terminados, que es una gran amenaza del sector porque ahí sí empieza a dejar sin trabajo a todos los sectores”, advirtió Spoto.

El CEO confía en que el diálogo entre la Unión Industrial Argentina —de la cual Sidersa aún no es miembro— y el gobierno pueda generar propuestas para proteger la industria nacional.

Sobre la gestión de Milei, Spoto fue cauteloso pero optimista. “Indiscutiblemente están trabajando en la baja de inflación, la baja de inflación se está materializando, estamos teniendo ya una libertad cambiaria”.

“Ahora vendrá otra época donde sí necesitamos competitividad, reglas claras para poder competir hacia el mundo”, proyectó.