Qué gana y qué arriesga Argentina acercándose a Estados Unidos y tomando distancia de China

El Gobierno de Javier Milei dio un paso clave en su política exterior. Qué puede obtener de su alineamiento con EE.UU. y los riesgos de alejarse de uno de sus principales socios comerciales. Negociación con el FMI y la lupa en reservas

Javier Milei habla en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) en National Harbor, Maryland, el 24 de febrero.
12 de abril, 2024 | 05:32 AM

Buenos Aires — El Gobierno de Javier Milei viene mostrando un marcado alineamiento con Estados Unidos. Desde el cambio de gestión, se acercó a la mayor economía del mundo y tomó distancia de China, uno de sus principales socios comerciales, producto de una mayor afinidad ideológica con Washington que no solo evidenció con palabras o gestos: en las últimas horas pisó suelo norteamericano por tercera vez en menos de cinco meses.

Mientras la mayoría de los países del mundo evitan tomar posición por una de las dos potencias globales en momentos en los que crecen las tensiones entre una y otra, Argentina da un paso atrás de otro para acercarse a Estados Unidos. El mencionado viaje de Milei a territorio estadounidense se dio apenas unos días después de que el propio presidente viajara a Ushuaia para recibir en persona a la General del Ejército de los Estados Unidos, Laura Richardson, comandante del Comando Sur.

Durante el encuentro, en el que se anunció la construcción de una Base Naval Integrada, el jefe de Estado argentino incluso expresó que los países comparten “un ADN culturalque tiene en su base “las ideas de la libertad, la defensa de la vida y la propiedad privada”.

Se trató apenas del último guiño de una zaga de gestos de alineamiento que vienen llevando adelante las nuevas autoridades de la Argentina, que se contraponen con la cercanía que mostró con China la gestión anterior. Este golpe de timón de la política exterior, no obstante, cobra especial relevancia dada la alta dependencia comercial y económica que tiene el país con el gigante asiático.

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Ante ese panorama y con la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en puerta, surge el interrogante de qué podría –y que espera– obtener Argentina con este marcado alineamiento en su política exterior.

¿Qué gana Argentina acercándose a Estados Unidos?

Para el analista político y director del Observatorio Sino-Argentino, Patricio Giusto, “no es claro cuáles serían las ganancias de este alineamiento tan tajante y total con los Estados Unidos”.

“Cuando Milei da su discurso y anuncia esta supuesta nueva doctrina de política exterior, él claramente asocia alineamiento con Estados Unidos a defensa de la soberanía y estrategia de inserción inteligente en el mundo. No es lo que la mayor parte de los países hacen, sobre todo países medianos como la Argentina, que tienden a balancear, a llevarse bien con las dos potencias”, expresó.

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Para Giusto, la decisión es aún más llamativa en el caso particular de la Argentina, dado que China “es un socio comercial estratégico” y los países tienen una “complementariedad natural única”.

Estados Unidos no sólo que no puede reemplazar a China, especialmente en aspectos económicos, sino que tampoco tiene la intención de hacerlo”, analizó.

Si bien es cierto que Estados Unidos cerró 2023 como el segundo principal destino de las exportaciones argentinas, eso ocurrió porque las exportaciones a China se hundieron 34,2% en el año, frente a una merma de 15,7% en los envíos a EE.UU. Pero en cuatro de los últimos cinco años, China fue el segundo país al que más le exportó Argentina, detrás de Brasil.

En términos de Inversión Extranjera Directa, China fue el noveno país que más divisas ingresó en los últimos siete años. Según datos del Banco Central, entre el primer trimestre de 2017 y el tercero de 2023, aportó US$2.617 millones netos, lejos de los más de US$13.713 millones de Estados Unidos.

Acercándose a Estados Unidos y distanciándose de China, el Gobierno de Milei “gana acceso a créditos y apoyo en el FMI, pero pierde inversiones en las represas y el swap de renminbi”, resume el politólogo e investigador en la Universidad de Lisboa, Andrés Malamud.

Acercamiento a EE.UU. en el marco del acuerdo con el FMI

No estoy seguro de que el alineamiento con EE.UU. sea parte de un quid-pro-quo, ni que Estados Unidos nos vaya a ‘compensar’ haciendo que el FMI nos provea de financiamiento adicional”, analizó Héctor Torres, ex representante argentino ante el FMI. En esa línea, recordó queMilei siempre dijo que su política exterior sería de alineamiento con EE.UU.”.

Pero consultado respecto de si cree que este acercamiento puede tener algún peso en la negociación, dijo que “tener buenas relaciones con Estados Unidos facilita la relación con el FMI”, aunque agregó: “No soy favorable a los alineamientos automáticos. EE.UU. no tiene necesidad de ‘pagarnos’ por ese alineamiento, justamente porque es automático”.

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Qué arriesga Argentina alejándose de China

Días atrás, Torres escribió en redes sociales un mensaje alertando que la ideología parece estar cegando el análisis de Milei ya que China es un país capitalista que poco tiene que ver con el socialismo.

Eso cobra especial relevancia en este contexto porque, además del peso del gigante asiático en términos de comercio exterior, más de un 60% de las reservas internacionales del Banco Central están explicadas por un swap de divisas por unos US$18.000 millones. En junio vence un tramo de ese swap -por un monto no revelado- y de momento se desconoce si la República Popular China tendrá intenciones de renovarlo o exigir su cancelación.

“En China hay una suerte de ‘capitalismo centralmente planificado’. En un contexto de fractura geoeconómica creo se abren oportunidades de arbitraje para potencias intermedias como Argentina”, dijo. Pero advirtió que “hay ‘líneas rojas’ que deben evitarse”, y que a los intereses del país sería conveniente “mantener las mejores relaciones posibles con los interesados en comprar nuestros productos y confiarnos sus ahorros”.

Para Giusto, Estados Unidos “aprovecha esta oportunidad que le da Milei para desplegar la agenda anti-China en el hemisferio”, y recordó que la región históricamente ha sido considerada por EE.UU. como su patio trasero.

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Lo que Milei puede ganar con Estados Unidos es que te donen un avión Hércules viejo, que te ayuden con el financiamiento de los aviones caza de 40 años de antigüedad de F-16 que se van a comprar a Dinamarca…”, marcó. Pero acto seguido, consideró que con esta estrategia adoptada por el país “son más los condicionamientos que los beneficios al complicar la relación con China”.

Pero esa complicación de la relación con China, añadió, “tiene más que ver con provocaciones del propio Milei que decide abiertamente confrontar y alinearse al discurso de Estados Unidos, poniendo sobre la mesa cosas como la transparencia o los fines de la base aeroespacial de Neuquén”.

Por todo ello, consideró que “pierde mucho más” con este alineamiento porque “todavía no está claro cuáles serían los beneficios”.