Bloomberg — México planea imponer aranceles de hasta el 50% a automóviles y otros productos fabricados por China y varios exportadores asiáticos, lo que acerca al país al proteccionismo estadounidense mientras la presidenta Claudia Sheinbaum se prepara para las negociaciones TMEC.
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Se aplicarían aranceles más altos a una lista de más de 1.400 categorías de productos provenientes de países con los que México no tiene acuerdo comercial, declaró el miércoles el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, describiéndolos como parte de los esfuerzos para proteger a la industria mexicana.
China, Corea del Sur e India se encuentran entre los exportadores afectados por los gravámenes propuestos, que deben ser aprobados por el Congreso.
Los impuestos a la importación también afectarían a artículos como autopartes, acero, juguetes y muebles, con tasas del 10% al 50%, según la categoría.
“Vamos a aumentarlo hasta el 50%, lo cual nos permite la Organización Mundial del Comercio. ¿Por qué? Porque los precios a los que llegan a México están por debajo de lo que llamamos precios de referencia”, dijo Ebrard en el marco de un evento en el Estado de México, refiriéndose al impuesto automotriz.
“El objetivo principal es proteger empleos”.
México se ha convertido en el principal destino de automóviles procedentes de China, para gran disgusto de su vecino del norte, ya que el presidente Donald Trump libra una guerra comercial contra el país asiático.
Esta medida busca apaciguar al principal socio comercial de México, pero también plantea el peligro de un conflicto económico cada vez mayor a medida que los productores chinos buscan mercados más allá de Estados Unidos.
Estados Unidos y Canadá tienen un tratado de libre comercio con México, conocido como el T-MEC, lo que significa que no se verían afectados por los aranceles. Ambos países también han tomado medidas en los últimos años para impedir la entrada de vehículos chinos a sus mercados.
“Es una medida proteccionista, muy al estilo de Trump, que sugiere crear un bloque común contra China. Es de esperarse antes de la revisión del T-MEC”, declaró Gabriela Siller, directora de análisis económico del banco mexicano Banco Base.
“Le permite a México apaciguar a Trump y, en el proceso, recaudar más dinero. Pero tiene un costo, y lo sentirán tanto los consumidores como los productores”.
Los términos del T-MEC prevén una revisión en 2026, lo que podría abrir la puerta a una renegociación entre los tres países.
Otros países que se verían afectados por los aranceles, al no tener acuerdos comerciales con México, son Tailandia, Indonesia, Rusia y Turquía.
La medida podría disuadir a las empresas chinas de enviar exportaciones a través de esos países para evadir los aranceles. La Unión Europea, Japón, Malasia, Vietnam y Singapur están exentos de los gravámenes.
La propuesta se incluyó en el plan presupuestario para 2026 que el gobierno envió al Congreso esta semana, un plan que Bloomberg informó por primera vez en agosto.
Es probable que el proyecto de ley se apruebe, ya que el partido gobernante cuenta con amplios márgenes en ambas cámaras. Los aranceles entrarían en vigor 30 días después de su publicación en el Diario Oficial de la Federación, afirmó Ebrard.
Los legisladores están evaluando el arancel propuesto para cada producto antes de discutirlo en las comisiones correspondientes del Congreso, según Alfonso Ramírez Cuéllar, miembro de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados.
El plan, según declaró Ramírez Cuéllar en una entrevista telefónica, contribuirá a fortalecer las relaciones comerciales en América del Norte en medio de las negociaciones con la administración Trump.
México ya ha aumentado los aranceles a textiles, calzado y pequeñas importaciones de tiendas en línea como Shein y Temu, añadió.
México ha reemplazado a Rusia como el principal destino de las exportaciones de autos chinos, las cuales aumentaron casi una cuarta parte en el primer semestre de 2025 en comparación con el mismo período del año anterior, según la Asociación de Autos de Pasajeros de China.
General Motors, Ford Motor y Stellanti, propietaria de las marcas Chrysler, Jeep y Ram, envían sus propios autos fabricados en China a México y otras partes de Latinoamérica. Otros autos de compañías chinas, como BYD, se han convertido en una opción popular para los conductores de Uber.
Guillermo Rosales, director general de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), afirmó que es probable que los precios de los autos en México aumenten debido al aumento de aranceles.
“Esta decisión del gobierno mexicano representa un cambio drástico para el comercio de vehículos”, declaró. “A medida que se agoten los inventarios disponibles, los precios tendrán que ajustarse. La competencia en el mercado interno será limitada y los consumidores tendrán menos opciones”.
Rosales afirmó que el aumento arancelario afectaría la inversión de las distribuidoras nacionales que han instalado más de 800 puntos de venta de vehículos de marcas chinas. Esta red representa más de MXN$60.000 millones de pesos (US$3.200 millones) en inversión y más de 32.000 empleos directos, afirmó.
“El costo de comprar vehículos electrificados, enchufables, híbridos y totalmente eléctricos también aumentará”, afirmó Rosales.
Otros sectores podrían enfrentar riesgos similares. China mantiene un gran superávit comercial con México, que alcanzó los US$71.000 millones el año pasado. Las autoridades mexicanas han instado a las empresas a buscar más proveedores locales, pero los analistas del sector advierten que es difícil lograr un cambio rápido.
“Lo ideal sería asegurarse primero de contar con suficiente capital y capacidad industrial para empezar a producir más de esos insumos”, afirmó Diego Marroquín, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington. “Ese es un proceso que lleva años, no unos pocos meses”.
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Esta historia fue actualizada a las 16:56 con información a lo largo del texto.