Tras tocar máximos, el precio del cobre retrocedería en 2026, según Goldman Sachs

El banco de inversión estadounidense espera que el metal rojo no sostenga los máximos alcanzados recientemente, pero tiene una mirada constructiva de largo plazo.

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El precio del cobre descendería levemente en 2026 respecto de los máximos alcanzados este año, según proyecciones de Goldman Sachs Research, que vincula ese movimiento al superávit global de oferta. Lo que sucede con el metal rojo es clave para las economías de Chile (primer productor mundial) y Perú (tercer productor mundial, detrás de la República Democrática del Congo).

Según Eoin Dinsmore, analista del banco de inversión, la demanda asociada con la red eléctrica y la infraestructura energética actuará como sostén del mercado y mantendrá el precio en la Bolsa de Metales de Londres (LME) en un rango de entre US$10.000 y US$11.000 por tonelada. Recientemente, el metal rojo llegó a superar los US$11.800 por tonelada.

En su informe, Goldman Sachs Research señala que el repunte del cobre y de otros metales industriales como el aluminio y el litio durante 2025 respondió a menores tasas de interés, a la debilidad del dólar y a mejores expectativas para la economía china. Frente a este escenario, Dinsmore indica que interrupciones en la oferta, cambios regulatorios y un aumento del gasto vinculado con inteligencia artificial (IA) dieron un impulso adicional a los precios.

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Aun con ese nivel, Goldman Sachs Research estima que el superávit global evitará que el precio supere de forma sostenida los US$11.000 durante 2026. Dinsmore señala que la demanda china de cobre refinado habría caído -8% interanual en el cuarto trimestre de 2025 tras diluirse el efecto de los estímulos y del adelantamiento de compras motivado por cuestiones arancelarias.

Proyecciones para 2026

El equipo de Goldman Sachs Research proyecta un precio promedio de US$10.710 por tonelada en la Bolsa de Metales de Londres (LME) durante el primer semestre de 2026, según el informe de Dinsmore.

El banco calcula que 2025 cerrará con un superávit global de 500.000 toneladas, una revisión al alza desde 215.000 toneladas. Para 2026, el superávit esperado se reduce a 160.000 toneladas, lo que, de acuerdo con Dinsmore, acerca al mercado a un equilibrio, aunque sin anunciar una escasez inminente.

En el largo plazo, Goldman Sachs Research prevé un precio de US$15.000 por tonelada para 2035, una estimación superior al consenso de analistas del sector.

Factores que podrían influir en el precio en 2026

Goldman Sachs Research identifica como un posible factor de incidencia la aplicación de un arancel a las importaciones de cobre refinado en Estados Unidos. Según Dinsmore, el Departamento de Comercio deberá recomendar una medida a la Casa Blanca antes de junio de 2026, aunque la decisión podría adelantarse. El escenario base del banco prevé un arancel de al menos 25%.

Dinsmore plantea que, si el arancel se implementa, los importadores estadounidenses podrían acelerar compras para acumular inventarios antes de su entrada en vigor. Esa dinámica permitiría sostener un flujo estable de metal hacia Estados Unidos durante buena parte de 2026. Tras la implementación del arancel, Goldman Sachs Research espera un leve retroceso del precio, seguido por una reanudación de la tendencia ascendente.

Perspectivas más allá de 2026

En su análisis, Dinsmore sostiene que la demanda global superará a la oferta a partir de 2029, lo que impulsaría los precios e incentivaría nueva producción —principalmente mediante la extensión de la vida útil de las minas y un mayor uso de chatarra— y moderaría el consumo.

Según el informe, las inversiones en redes eléctricas y otros proyectos energéticos representarían más del 60% del crecimiento de la demanda de cobre hasta 2030, “sumando el equivalente al consumo total de Estados Unidos”. Goldman Sachs Research considera que China seguirá siendo el mayor impulsor, mientras que Estados Unidos y Europa incrementarán su participación en la expansión de la demanda.

Dinsmore advierte que parte de este crecimiento estructural se verá compensado por la sustitución del cobre por aluminio en distintos sectores industriales y de consumo. El banco proyecta que la relación entre los precios del cobre y del aluminio alcanzará 4,5 a 1 en 2026, frente al promedio de 3,8 a 1 de los últimos años.

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En su escenario de largo plazo, Goldman Sachs Research estima que el precio del cobre alcanzará los US$15.000 por tonelada en 2035, equivalente a US$11.500 en términos reales de 2025.