Frente a retos históricos como la plaga de la escoba de bruja y la caída de los precios, los productores están reactivando la actividad con un enfoque en la calidad, la trazabilidad y el chocolate de origen.
El propietario de las marcas Oreo, Ritz y Cadbury anunció el martes que las ventas totalizaron US$8.980 millones, superando los US$8.840 millones previstos por los analistas.
El furor detrás de este producto generó un estrés en la provisión y repercutió en un fuerte aumento del precio. Argentina está entre los productores. El caso de Luccianos, Havanna y la petrolera
Ejecutivos de la gigante italiana explicaron a Bloomberg Línea cómo el cultivo de avellanas en distintas regiones y el cuidado en el diseño y la seguridad de juguetes y envases tienen como objetivo mantener el nivel de marcas como Ferrero Rocher, Nutella y Kinder.
La adquisición de Kellogg por US$3.100 millones por parte del fabricante de Nutella supondría la mayor compra del gigante italiano en sus 79 años de historia.
Un recorrido por franjas del cinturón de cultivo de África Occidental muestra a los agricultores luchando contra las enfermedades de los cultivos y la sequía.
En medio de los problemas en África, los principales productores de América Latina han logrado aumentar su producción, a excepción de Brasil. Sin embargo, el alza en los precios afecta a la industria del chocolate.
El mercado sigue de cerca las perspectivas de las cosechas después de que las malas cosechas en África Occidental provocaran un enorme déficit mundial.
El mercado había estado operando bajo el supuesto de que la demanda de chocolate se mantenía, pero ahora ha surgido la preocupación por los altos precios.
La fijación de precios del chocolate contrasta con la de otros bienes de consumo, donde los consumidores han llevado a las empresas a frenar en gran medida las subidas de precios.
El lunes, los futuros subieron hasta un 4,8%, hasta US$11.839 la tonelada. Casi se han triplicado este año, obligando a fabricantes de dulces como Hershey Co. a subir los precios