El secretario de Defensa de EE.UU. elogió la política de hundir barcos y matar a presuntos narcotraficantes a los que la administración Trump considera combatientes enemigos y no criminales.
La interrogación al comandante de la operación refleja la inquietud en el Congreso ante las acusaciones de que se podría haber cometido un crimen de guerra con el segundo ataque.
El exmandatario permanecía privado de la libertad en una prisión federal de alta seguridad en Pensilvania, Estados Unidos, pero su esposa confirmó su excarcelación.
Una docena de estructuras latinoamericanas han sido designadas como “organizaciones terroristas extranjeras” durante el segundo mandato de Donald Trump en Estados Unidos.
El gobierno estadounidense acusa explícitamente al grupo, cuyo nombre se traduce como Cartel de los Soles, de estar dirigido por el propio presidente venezolano Nicolás Maduro.
Las medidas financieras se dan tras las sanciones emitidas por OFAC contra Ryan Wedding, el exatleta olímpico canadiense acusado de liderar actividades criminales.
Trump dijo que estaría “orgulloso” de ampliar los ataques que han tenido como objetivo presuntos barcos de tráfico de drogas en el mar Caribe y el Pacífico oriental a objetivos terrestres en Venezuela, Colombia y México.
El anuncio del secretario de Defensa, Pete Hegseth, se produce tras un importante despliegue militar en la región, que culminó esta semana con la llegada de un grupo de ataque de portaaviones.
La dolarización de su economía, la infraestructura portuaria y la desmovilización de las FARC en Colombia influyeron en el proceso, según un informe del International Crisis Group (ICG).