El presidente Donald Trump está liderando su último impulso para lograr la paz en Ucrania tras casi cuatro años de invasión a gran escala por parte de Rusia.
Washington impuso esta semana un bloqueo a los petroleros sancionados procedentes de Venezuela, y Trump acusó a Caracas de arrebatar a EE.UU. “derechos energéticos”.
Rusia ha exigido que Ucrania ceda zonas del Donbás, que incluye las regiones de Donetsk y Luhansk, y que las tropas de Putin y sus apoderados han intentado ocupar sin éxito desde 2014.
Zelenskiy dijo que espera que EE.UU. consulte a continuación con Rusia, mientras que los negociadores ucranianos podrían volver a EE.UU. para mantener conversaciones durante el fin de semana.
La delegación estadounidense afirmó en un comunicado que se había avanzado mucho, con discusiones en profundidad sobre el plan de paz de 20 puntos, las agendas económicas y otros asuntos.
El temor, principal punto de fricción en las recientes conversaciones, es que el plan estadounidense para una zona desmilitarizada dé cobertura al Kremlin para desplegar fuerzas encubiertas en la zona en disputa.