La región lidera el nuevo boom petrolero no-OPEP, pero el exceso de oferta global pondrá presión a los precios. Bank of America alerta sobre riesgos geopolíticos.
Los datos del mercado laboral en EE.UU. confirman una economía aún resiliente, pero sin cambiar las apuestas de un inminente recorte de tasas por parte de la Fed.
El petróleo se extendió después de la mayor pérdida semanal desde principios de octubre, ya que los operadores sopesaron la perspectiva de un acuerdo de paz entre Ucrania y Rusia que podría aumentar los flujos de crudo en un mercado ya bien abastecido.
Mientras el Brent y el WTI retroceden por temores de sobreoferta, los grandes bancos ajustan sus previsiones: se esperan precios más bajos, superávits persistentes y una demanda presionada por el débil crecimiento global.
Las acciones pierden impulso ante dudas sobre la sostenibilidad del rally y señales de sobrevaloración en el S&P 500. El petróleo sube a máximos de tres semanas.
La caída del WTI y el aumento de inventarios refuerzan la presión bajista sobre el mercado, mientras UBS, Goldman Sachs y Citi discrepan sobre el rumbo del Brent ante una posible sobreoferta global.
El grupo petrolero acordó en principio elevar en septiembre su oferta diaria en 548.000 barriles, completando así la reversión de los recortes implementados en 2023.