Una imagen satelital muestra el peligro del cambiante clima europeo

El año pasado fue uno de los tres más cálidos jamás registrados en Europa y cierra el período de seis años más caluroso de la historia, según científicos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus.

El calentamiento climático también está generando cambios potencialmente más destructivos en los sistemas de la Tierra.
Por Jonathan Tirone
23 de abril, 2021 | 05:09 PM

Bloomberg — El cambio climático azotó a Europa el año pasado, a veces asando a las economías en cuarentena bajo un calor récord y, otras, ahogándolas con inundaciones sin precedentes, lo que pone de relieve los crecientes niveles de incertidumbre que enfrentan los 500 millones de habitantes del continente a medida que el planeta se calienta.

El año pasado fue uno de los tres más cálidos jamás registrados en Europa y cierra el período de seis años más caluroso de la historia, según científicos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus. Si bien los cierres económicos inducidos por la pandemia redujeron las emisiones de la Unión Europea casi en 10%, no impidieron un aumento general de los gases de efecto invernadero provocados por el hombre. El extremo norte es el que está sintiendo los cambios de manera más aguda.

“La región que se destaca es el Ártico”, dijo Freja Vamborg, una de las científicas que escribió el informe anual sobre el Estado del Clima Europeo publicado el jueves. “El Ártico se está calentando a un ritmo más rápido que el resto del mundo, al igual que Europa”.

Los ecosistemas congelados del Ártico comienzan a descongelarse. El año pasado, las temperaturas del Ártico siberiano superaron en 4,3 grados Celsius los promedios históricos, lo que provocó el derretimiento del hielo y el permafrost. Los megaincendios que consumieron ancestrales bosques boreales se podían ver desde el espacio.

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“Parte de este proceso es irreversible”, dijo Mark Parrington, un científico de Copernicus que estudia las emisiones de incendios. “Esos incendios liberaron carbono que ha estado capturado durante miles de años en la atmósfera”.

La tasa de emisiones es monitoreada atentamente en Copernicus, que utiliza miles de millones de mediciones de satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas de todo el mundo para realizar pronósticos mensuales y estacionales. Detener la acumulación de dióxido de carbono y metano en la atmósfera es clave para evitar que las temperaturas mundiales promedio suban más de 1,5 grados Celsius y se ha convertido en una característica clave del Pacto Verde Europeo y el Plan de Recuperación para Europa tras la pandemia.

Copernicus estima que las emisiones globales cayeron 8% el año pasado debido a las contracciones económicas y habrían disminuido aún más si las personas que trabajan en casa no dependieran de la combustión de gas natural y petróleo para mantenerse en calor, según Vincent-Henri Peuch, quien dirige el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus.

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Las temperaturas anormalmente altas y el clima extremo han aumentado la carga sobre algunos de los sectores económicos más importantes de Europa. Esos períodos de clima cálido y seco han estado intercalados con inundaciones tres veces superiores a los promedios mensuales que han causado devastadores anegamientos en algunas regiones.

El calentamiento climático también está generando cambios potencialmente más destructivos en los sistemas de la Tierra. El derretimiento de los glaciares y las plataformas de hielo está causando el aumento del nivel del mar y amenazando economías costeras en todo el mundo. Los océanos están avanzando hacia algunas costas europeas a un ritmo de casi medio centímetro al año, lo que llevó al bloque a lanzar un nuevo satélite en 2020 que monitoreará el avance de las aguas.

“Es más importante que nunca que usemos la información disponible para actuar, mitigar y adaptarnos al cambio climático y acelerar nuestros esfuerzos para reducir riesgos futuros”, dijo el director de Copernicus, Carlo Buontempo.

--Con la colaboración de Laura Millan Lombrana.