Shell sigue viendo una mina de oro en aguas profundas de México

La transición energética hacia fuentes renovables no frena la apuesta petrolera de Shell.

Plataforma marina en el proyecto Perdido de Shell, la más profunda del mundo, ubicada en el Golfo de México en la zona estadounidense.
01 de octubre, 2021 | 05:05 AM

Ciudad de México — Aunque la transición energética hacia las energías renovables es un futuro inevitable, Shell mantiene altas expectativas sobre sus áreas petroleras en aguas profundas de México.

“Creemos que en aguas profundas, lo que tenemos en el Golfo de México, todavía es competitivo aún en ese escenario”, dijo el presidente de la compañía en México, Alberto de la Fuente, durante un foro organizado por la Universidad Anáhuac.

En México, Shell tiene participación en nueve bloques de aguas profundas y una más en aguas superficiales, las cuales están evaluando mediante perforación de pozos exploratorios. En noviembre de 2020, la empresa europea compró 30% de participación en un bloque de aguas profundas a la petrolera China National Offshore Oil Corporation (CNOOC).

Consideradas una de las áreas frontera de la industria petrolera, las aguas profundas son zonas costa afuera donde la profundidad del agua es de al menos 500 hasta 3.000 metros, y los tiempos de exploración y producción oscilan de siete a 15 años.

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Un pozo en estas profundidades cuesta entre 60 y 90 millones de dólares y al empresa prevé perforar hasta 12.

El Golfo de México es la principal área de producción de Shell en Estados Unidos, la cual concentra 55% de la producción total de gas y petróleo en el país que gobierna Joe Biden. Su proyecto Perdido contiene la plataforma marina más profunda del mundo con 2.450 metros.

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El gobierno de Andrés Manuel López Obrador desdeñó la exploración en aguas profundas para la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), la cual enfocó su estrategia en aguas someras y áreas terrestres para frenar el declive de su producción.

De la Fuente dijo que habrá un componente en la matriz energética con fuentes fósiles como el carbón y el petróleo, aunque la proporción será menor.

“Los proyectos que terminarán siendo exitosos serán aquellos barriles que se puedan producir al costo más barato y con las menores emisiones de carbono o menor impacto al medio ambiente”

El empresario dijo que México va quedándose atrás en materia de transición energética.

Mientras Shell vende refinerías como parte de su estrategia ambiental, López Obrador y su equipo energético apuestan por recuperar e incrementar la capacidad de refinación de la petrolera estatal. En mayo, Pemex compró la totalidad de la refinería Deer Park en sociedad con Shell por US$600 millones.

“México va a quedándose un poco atrás en estos temas, la ventana es ahora, pero no va a estar siempre abierta a este tipo de proyectos en el futuro”, comentó.

En 2019, el gobierno mexicano canceló más subastas petroleras para exploración y producción al inicio de su administración. El mandatario dijo en septiembre que algunos contratos se pueden cancelar por incumplimientos, pero no reveló cuáles ni el tipo de rezagos contractuales.

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