¿Qué tan buenos ahorradores son los colombianos?

Estudios recientes muestran que en el último año la mayoría los colombianos no ahorró y una fracción significativa lo hizo en medios informales.

El 10% de los de los colombianos dijo haber ahorrado, pero en medios informales Photographer: Susana Gonzalez/Bloomberg
03 de octubre, 2021 | 09:00 AM

Bogotá — ¿Los colombianos son buenos ahorradores?, ¿conocen y usan el sistema financiero formal?, ¿consideran que acceder al sistema financiero es fácil? Según información de diferentes entidades orientadas a medir este tipo de aspectos, la respuesta general a estos interrogantes parecería ser que no.

Por ejemplo, en términos de conocimientos para la toma de decisiones que impactan la vida financiera, los resultados de las más recientes pruebas del Programa Internacional de Evaluación de los Alumnos (PISA) arrojaron que los jóvenes colombianos no cuentan con las bases suficientes en educación financiera, de manera que en la última medición realizada Colombia ocupó uno de los últimos lugares en este componente de evaluación.

Ver más: Campo colombiano: menos del 64% de adultos tiene acceso a servicios financieros

Asimismo, reportes hechos por The Failure Institute, entidad independiente orientada al análisis e identificación de drivers para el fracaso de emprendedores en más de 300 países y 90 ciudades, indican que el componente financiero y de ejecución de la planeación financiera están entre los principales factores que influyen o condicionan negativamente el despegue de nuevos proyectos o negocios en Colombia.

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De igual forma, según el Índice de Inclusión Financiera del Grupo Credicorp, el 79% de los colombianos no ahorró durante el último año y un 10% emplea medios informales como alcancías o lugares dentro de la casa para hacerlo.

Dicho estudio confirma que el conocimiento no se traduce en uso ya que, aunque el 85% de los colombianos está familiarizado con productos formales de ahorro y crédito, el 43% no emplea los primeros y el 68% no usa los segundos. También, otro dato relevante indica que un 30% expresa que no le interesa y/o no necesita del sistema financiero.

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Cada una de las cifras señaladas da cuenta de una realidad, y es la necesidad de fortalecer la educación financiera no sólo para impulsar finanzas saludables y buenos hábitos a nivel personal, familiar o corporativo, sino también para llenar vacíos que posiblemente están limitando el ingreso, uso e interacción habitual de los colombianos con el sistema financiero.

Si muchos colombianos ahorran “debajo del colchón”, evitan usar una cuenta de ahorro o consideran que la administración del dinero está más segura fuera del sistema financiero, es una invitación a buscar alternativas que promuevan el uso y confianza del público en el sistema financiero.

La educación financiera es un habilitador de la inclusión financiera en el país. En esa línea, la educación financiera debe ir más allá de la enseñanza de conceptos y catálogos de la oferta disponible, sino que también aborde herramientas prácticas que ayuden a los colombianos a usarlos adecuada y oportunamente.

Por ejemplo, qué utilidad tiene el saber qué es una tasa de interés si no se sabe cómo aplicarla a la selección de un préstamo (formal vs informal), conocer la importancia de un presupuesto sin aprender metodologías básicas para realizarlo o tener claridad sobre cómo pedir una tarjeta de crédito de manera virtual sin tener nociones básicas de cómo administrarla.

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Estos son algunos retos tangibles que enfrentan miles de colombianos a diario y para superarlos es necesario centrar esfuerzos en la educación financiera integral, lo que exige el involucramiento tanto de las autoridades como del sector privado (bancos, fintechs, insurtechs), así como un apoyo permanente en instrumentos de la digitalización como catalizadores de la curiosidad, el conocimiento e interiorización de los beneficios, ventajas y oportunidades disponibles dentro del sistema financiero.