Gobierno corporativo, uno de los puntos flacos de empresas en América Latina

Las mayores quiebras y los grandes líos empresariales en la región han tenido como protagonistas los cuestionamientos en el manejo de las compañías.

Gobierno corporativo, uno de los puntos flacos de empresas en América Latina
25 de octubre, 2021 | 07:00 AM

Bogotá — América Latina está llena de grandes empresas. Algunas bajo control estatal y otras privadas. Sin embargo, la transparencia en su relacionamiento con el mercado y los inversionistas es un tema, que aunque mejora, sigue siendo el lunar.

A lo largo de Latinoamérica hay sendos ejemplos de empresas que pese a su altísimo potencial y sus momentos de gloria, se han reducido a nada por cuenta de las falencias en sus gobiernos corporativos.

Otras, a pesar de las dudas que generan sus administradores, siguen en pie, con sólidos números y enfrenando a quienes critican la manera cómo se llevan a cabo los negocios y sobre todo de cómo se toman las decisiones.

En Colombia hay dos grandes ejemplos hoy por hoy. Si bien no los únicos, sí los más relevantes. En primer lugar está Avianca Holdings, empresa que desde hace más de un año está en Capítulo 11 en los Estados Unidos y que este martes podría tener más luces de hacia dónde apunta su futuro.

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Pero la situación de Avianca no es derivada de la pandemia como lo han querido mostrar. Si bien el Covid-19 fue la gota que rebozó la copa, la compañía arrastra problemas de tiempo atrás. Nada más hay que ver que en 2019 tras incumplir un crédito con United Airlines por US$456 millones, sus directivos perdieron el control, fue así como se dio la salida de Germán y José Efromovich de la aerolínea.

Pero las dudas sobre Avianca son a todos los niveles. En 2020 las autoridades de Estados Unidos iniciaron una investigación a algunos ejecutivos y directivos de la empresa para determinar si dieron beneficios a funcionarios de gobiernos a cambio de coimas.

En 2019 la propia Avianca Holdings descubrió una práctica comercial por la cual los empleados de la compañía, entre los cuales se podrían incluir miembros de la alta Gerencia, así como ciertos miembros de la Junta Directiva, proporcionaron cosas de valor a empleados del Gobierno en ciertos países. Por dichas actuaciones la SEC en Estados Unidos no tomó medidas contra la empresa.

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Ver más: Los accionistas de Avianca lo perdieron todo hace rato, dicen expertos

Pero no es el único escándalo del que ha hecho parte Avianca. También figuró en el escándalo de sobornos que se ventiló en inicios del 2020 por parte de Airbus.

Airbus, el segundo mayor fabricante de aviones del mundo, confesó en enero de 2020 que acordó pagar 4 millones de euros en sobornos a un gerente sénior de Avianca Holding S.A. (empresa matriz de Avianca S.A.).

La difícil situación financiera de Avianca motivó gran parte de su caída en Bolsa de Valores de Colombia, donde el valor de sus acciones es un 99% inferior al precio de emisión de 2010, pero las dudas sobre el gobierno corporativo en la empresa ayudaron a acelerar el desplome de los títulos, que desde mañana si se aprueba la salida de Capítulo 11, podrían valer $0.

Colombia 2.0

Otra empresa sobre la que en Colombia se ha debatido mucho es Empresas Públicas de Medellín. La compañía ha sido considerada por décadas la “joya de la corona” en Antioquia, sin embargo, las diferencias políticas entre el actual alcalde de Medellín, Daniel Quintero Calle, y parte del empresariado paisa ha sembrado un manto de dudas sobre la empresa.

Pero más allá de las dudas que genera la compañía, que es sólida financieramente con ingresos superiores a los $9 billones en 2020, la manera cómo se han tomado las decisiones resultó ser la manzana de la discordia.

En agosto del 2020, cuando la Alcaldía de Quintero decidió demandar por más de $9,9 billones a los constructores de Hidroituango por los retrasos del proyecto, la Junta Directiva en pleno presentó su renuncia pues fue una decisión que no se discutió al interior de la misma.

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De los 9 miembros, entre los que está Quintero Calle, 8 decidieron separarse del cargo en lo que consideraron un falencia del gobierno corporativo en EPM. Incluso, varios de los sucesores de la Junta, anunciados por el alcalde, a última hora decidieron rechazar la invitación a integrarla.

Ver más: Colombia: ¿Por qué y quién quiere anular nombramiento del gerente de EPM?

Durante el mandato de Quintero, quien además del empresariado paisa sostiene continuas confrontaciones con el expresidente Álvaro Uribe, ha habido varios cambios en la Gerencia, algunos de ellos, por diferencias con el burgomaestre de los medellinenses.

No son casos excepcionales

Si bien estos dos son los casos más rimbombantes del momento, no son los únicos. No hay que ir muy atrás para recordar dos compañías cuyos gobiernos corporativos fueron muy cuestionados. La primera, Corficolombiana, cuyo expresidente, José Elías Melo, resultó envuelto en los líos de corrupción de la multinacional brasileña Odebrecht, acusada en más de 11 países de entregar sobornos a cambios de resultar ganadora de jugosas licitaciones.

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La otra es Pacific Rubiales, una empresa de origen canadiense cuyos directivos fueron muy cuestionados por el manejo que le dieron a la compañía. Las acciones de la empresa que cotizaban en BVC pasaron de valer más de $50 mil a menos de $1.000. La compañía, que inundó de publicidad los medios de comunicación en Colombia, tuvo entre sus directivos a Germán Efromovich, quien cuestionado por el manejo de Avianca, tuvo que salir de la Junta de la aerolínea.

Un problema diagnosticado

Clara Inés Pardo, profesora de la Escuela de Administración de la Universidad del Rosario sostiene que “los aspectos de gobiernos corporativo que se pueden mejorar son: fomentar y generar procesos de gestión que integren la estrategia, operación y resultados generando una armonización en el actuar de la compañía y el relacionamiento de los diferentes grupos de interés; ver las herramientas de gobierno corporativo como una buena práctica para reducir riesgos, fortalecer la misión de la empresa y garantizar una gestión eficiente y de calidad de acuerdo a las expectativas de los grupos de interés; nejorar las capacidades y objetividad  para definir y formalizar reglas de participación de accionistas en los procesos; lograr formalizar acuerdos para tomar decisiones con enfoque al negocio (eliminando preferencias personales y/o familiares) promoviendo un entorno de transparencia; que la formulación de reglas se alineen con la operación y ejecución de forma que se respeten y se logren los acuerdos y objetivos estratégicos del negocio que permitan su perdurabilidad; y garantizar consistencia y disciplina en la ejecución de los procesos que implica el gobierno corporativo de forma eficiente y controlada”.

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Si bien todos son temas pendientes Pardo también reconoce avances. “La compresión y aplicación de buenas prácticas de gobierno corporativo especialmente en empresas de familia o pequeñas y medianas empresas, mejores distribuciones de poder y toma de decisiones en las compañías, en muchos casos se excede en cumplimiento y evidencias de gestión de la compañía facilitando en dialogo entre reguladores, accionistas, entes de control y otros grupos de interés, políticas que fomentan mayor protección tanto al empresario y sus accionistas, reglas de juego claras que fomentan la facilidad de hacer negocios reduciendo corrupción y/o malas prácticas empresariales, mayores posibilidades de la internacionalización de las compañías debido a sus buenas prácticas corporativas, entre otros”.

Problema de muchos, consuelo…

Las fallas de gobierno corporativo no son exclusivas de empresas colombianas. En Brasil está como ejemplo el imperio de Eike Batista, quien vio desmoronar su imperio en medio de cuestionamientos sobre cómo actuaban sus compañías.

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Batista fue condenado a 30 años de prisión por escándalos de corrupción. Fue por años el ícono de la industria minera y petrolera en Brasil y a través de varias de sus compañías tuvo presencia en Colombia. Al igual que su natal Brasil, pasó del boom a la quiebra pues hace apenas una década el país era considerado la mayor potencia económica de la región.

A comienzos de los años 2000 fue considerada la séptima persona más rica del mundo y su fortuna, se decía, era superior a los US$35 mil millones.

En 2017 ya había vendido gran parte de sus empresas tras varios fracasos petrolíferos y mineros, en negocio de infraestructura tampoco andaba en buen ritmo, y además, se destapó la operación “lava Jato”, que terminó por enviar al piso su “imperio X”.

“Sus crímenes causaron profundas cicatrices en la confianza de inversionistas y empresarios que, en un pasado reciente, vieron a Brasil como una buena opción de inversión”, decía su sentencia.

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Un tren al sur…

En Chile Álvaro Saieh, un empresario de origen colombiano y codueño por años del Itaú Corpbanca a través de Corp Group, una sociedad muy cuestionada desde la que terminó acusado de sacar recursos antes de entrar en un proceso de reorganización empresarial.

Medios chilenos reseñaron el 28 de junio que Álvaro Saieh declaró la quiebra de CorpGroup Banking (CGB), la sociedad que estaba en default por una deuda de US$ 500 millones. Se acogió al Capítulo 11 en Estados Unidos para evitar las demandas de acreedores chilenos. La deuda es con Itaú Brasil y bonistas.

CGB era dueño del 26,2% de Itaú Corpbanca y tiene deudas por US$ 843 millones con el banco brasileño y US$ 500 millones con tenedores de bonos. Y a eso hay que sumar las deudas de su negocio inmobiliario (VIVO Corp) y la de sus sociedades aguas arribas a través de las cuales controla SMU y el Grupo Copesa (medios).

México lindo y querido

Las dudas del gobierno corporativo también han tocado a empresas en México. Una de las más recientes Alphacredit que se acogió a Capítulo 11 en Estados Unidos.

El 30 de abril de este año Fitch Ratings aseguró “se espera que la creciente preocupación de los inversionistas con respecto a las divulgaciones financieras y la transparencia de las compañías financieras y de leasing de América Latina (fincos Latam) limite el acceso al financiamiento en 2021″.

Ver más: AlphaCredit solicita insolvencia para su negocio colombiano; planea venderlo

Estas preocupaciones del mercado aumentaron aún más y se expandieron a una gama más amplia de fincos en Latam después de que Alpha Holding S.A. de C.V. anunció que encontró errores contables relevantes (un posible deterioro de alrededor de 1.5 veces el capital de la compañía).

En opinión de Fitch, la incertidumbre del mercado aumenta el riesgo de financiamiento en términos de acceso al mercado a corto plazo y / o costo de financiamiento.

De hecho el 22 de julio pasado, antes de que Alpha Latam Management, LLC (ALM) y algunas de sus afiliadas que operan su negocio en Colombia (en donde es conocida como AlphaCredit y explota la marca Bontu) presentaran peticiones voluntarias de reparación en virtud del capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos en el Tribunal de Quiebras del Distrito de Delaware, la calificadora había nota de la compañía ante el incumplimiento de obligaciones.

No son todas...

Si bien hay casos muy sonados que han calado por el impacto en sus inversionistas, no todas las empresas latinoamericanas carecen de los mismos problemas.

De hecho desde los gobiernos se vienen impulsando iniciativas para fortalecer los gobiernos corporativos de las empresas. Por ejemplo en Colombia, como parte del proceso de ingreso a la OCDE se decidió que los ministros no harán parte de las juntas directivas en las que la Nación tiene participación.

Es así como los ministros de Hacienda, Minas y Energía y el Director de Planeación Nacional salieron de compañías como Ecopetrol.

Así mismo, la Bolsa de Valores de Colombia lleva años certificando empresas con lo que denomina Sello IR, de relación con inversionistas.

A la fecha la BVC les entregó dicho sello IR a 33 empresas que participan del mercado de capitales colombiano de sectores como el energético, financiero, de infraestructura, telecomunicaciones y alimentos, entre otros.

La profesora Pardo del Rosario sostiene que hay relación entre los gobiernos corporativos de las empresas y sus acciones o sus tasas de interés en créditos. “Si existe una relación porque se garantizan buenas prácticas de la gestión que permiten transparencia y efectividad en el manejo de los recursos de las compañías y los resultados esperados lo cual garantiza confianza y seguridad en el inversionista, lo cual se traduce en mayor demanda y mejores precios en las acciones”.