Bloomberg — Padres de familia se reunieron en el exterior de una escuela primaria de Pekín hasta altas horas de la noche del lunes, esperando ansiosamente a sus hijos que quedaron atrapados en un cierre repentino provocado por el diagnóstico de Covid-19 a un profesor horas antes.
El director del colegio salió un poco después de la medianoche para informarles que algunos de los niños tendrían que estar en cuarentena. Cada uno podía estar acompañado por un padre durante las dos semanas de aislamiento. Para los alumnos cuyos resultados de las pruebas aún no habían llegado, se pidió a los padres que trajeran colchas y almohadas para pasar la noche en la escuela.
Tal vez en ningún otro lugar del mundo un solo caso de Covid-19 pueda desencadenar un rastreo de contactos y requisitos de cuarentena tan extensos como en Pekín, donde las autoridades están haciendo esfuerzos extraordinarios para detener la transmisión de la variante delta altamente infecciosa. La capital china se encuentra en medio de su mayor brote desde principios de año, ya que se ha visto afectada por el virus en más de la mitad del país.
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Niños en cuarentena
Una escuela secundaria cercana también tuvo que entrar en cuarentena. El hijo de la profesora infectada, un alumno de la misma escuela, se enfermó por el virus. Otras 16 escuelas del amplio distrito de Chaoyang fueron cerradas, ya que los miembros del personal podrían haber estado expuestos al virus al recibir vacunas de refuerzo en el mismo centro de vacunación que la profesora infectada, pocos días antes de que se le diagnosticara.
China está luchando con uñas y dientes contra un resurgimiento de la variante delta que se extendió por todo el país en sólo dos semanas. Mientras las incursiones de Covid-19 son cada vez más frecuentes y causan infecciones generalizadas, China ha endurecido su postura de erradicar el virus de su territorio, desafiando una tendencia mundial que ha visto cómo los llamados países Cero Covid-19 aprenden cada vez más a convivir con la enfermedad.
En una señal de que Pekín está dispuesta a soportar un dolor aún mayor para hacer retroceder las actuales olas de resurgimiento del virus, el Ministerio de Comercio ha instado a los residentes a abastecerse de productos de primera necesidad. Con el tiempo, el enfoque que les ayudará a hacer frente a los cierres también mejorará la preparación para otras emergencias, según un comentario publicado el martes en el Economic Daily, un periódico respaldado por el Estado.
Mientras que países como Singapur y Australia se oponen al costo económico y social de encerrar indefinidamente a las personas vacunadas para sofocar la transmisión de casos a menudo leves, China sigue viendo una relación costo-beneficio positiva. Las estrictas medidas que se están tomando para sofocar el virus son menos costosas que el precio que pagaría el país más poblado del mundo si se abriera y provocara una oleada, dijo uno de los principales asesores de Covid-19.
“Tolerancia cero o transmisión cero, no tenemos otra opción que hacer esto, porque el virus se propaga demasiado rápido y se replica exponencialmente”, dijo Zhong Nanshan, el prominente neumólogo que encabeza un grupo de trabajo de Covid-19 creado después de que el virus surgió a finales de 2019. “En efecto, es costoso adoptar la estrategia de transmisión cero, pero dejar el Covid-19 sin control y abrirlo lo será aún más”, declaró el lunes a la cadena estatal CCTV.
La llegada de la variante delta, altamente infecciosa, a principios de este año obligó a muchos países a abandonar sus políticas de tolerancia cero, ya que el conjunto de medidas que antes los mantenía libres del virus no funcionaba con la misma eficacia con el virus en evolución. Singapur y Australia pasaron a confiar predominantemente en los altos niveles de vacunación y el distanciamiento social para protegerse de la enfermedad grave y la muerte.
Las mismas observaciones sobre el cada vez más infeccioso Covid-19 y el reto de contenerlo tuvieron el impacto contrario en China. El país ha sofocado tres grandes brotes de delta desde que la variante llegó a la provincia meridional china de Guangdong en mayo y ahora está en medio del cuarto.
Las autoridades han redoblado sus esfuerzos, ordenando cierres repentinos, un agresivo rastreo de contactos y la realización de pruebas masivas cuando se detectan infecciones en la comunidad. Sin embargo, la variante delta se las ha arreglado para escurrirse entre las grietas y desencadenar brotes a miles de kilómetros de distancia.
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Caída financiera
En agosto, cuando China estaba a punto de eliminar la variante delta durante su primer brote nacional, el ministro de Sanidad del país declaró a la agencia estatal de noticias Xinhua que el control del Covid-19 era la “prioridad número uno” del país. El enfoque proporciona un fuerte apoyo al desarrollo económico y un entorno sólido para la inversión, dijo.
Aunque el éxito de China contra el Covid-19 se mantiene hasta ahora, los mercados financieros pueden estar empezando a agriar el enfoque. El país está recurriendo a restricciones drásticas con mayor frecuencia, lo que se traduce en perturbaciones que pesan sobre la economía y la vida de los habitantes.
“A los inversores les preocupa que las medidas virtuales de Pekín puedan enfriar las actividades económicas de China y obstaculizar su recuperación”, dijo Steven Leung, director ejecutivo de UOB Kay Hian en Hong Kong.
El índice CSI 300 de China cayó hasta un 1,9% por la tarde, mientras que el índice Hang Seng China Enterprises de Hong Kong borró una ganancia anterior del 2,2%.
Las restricciones han alcanzado un nivel absurdo y de perturbación de la vida cotidiana de muchos, desde el cierre en Disneylandia de Shanghai a decenas de miles de visitantes, hasta los semáforos puestos permanentemente en rojo y las repetidas pruebas a los bebés para asegurarse de que el virus no está ganando terreno.
La actual tasa de letalidad del Covid-19, del 2%, en medio de la creciente adopción de vacunas, no puede tolerarse, dijo Zhong. Un cambio de táctica por parte de otros países con Cero Covid-19 provocó una rápida proliferación de las infecciones, un hecho peligroso, dijo.
“Tienen que volver a apretar y las idas y venidas inducen mayores costes y un mayor impacto psicológico en los ciudadanos”, dijo.
Con la asistencia de John Cheng.
