Vicepresidente del CNE: Hay consensos de que el sistema electoral debe ser más transparente aún

Enrique Márquez, uno de los nuevos rectores en el ente electoral venezolano, habla en exclusiva para Bloomberg Línea tras las cuestionadas elecciones regionales del 21 de noviembre

Enrique Márquez, vicepresidente del CNE, en su despacho en la sede principal de Plaza Caracas / Foto Raylí Luján
24 de noviembre, 2021 | 11:24 PM

Han pasado tres días desde las megaelecciones regionales en Venezuela, que contaron con una participación de 42,26%, en medio de expectativas ante la observación de la Unión Europea y una nueva directiva en el Consejo Nacional Electoral (CNE). Desde allí, con un tono de voz grueso, en chaqueta oscura y camisa blanca, el vicepresidente del ente, Enrique Márquez, ofrece a Bloomberg Línea sus primeras declaraciones al respecto.

Se le ve agotado aunque satisfecho, como dice estarlo, desde que asumió esta nueva responsabilidad luego de haber sido parlamentario por el partido Un Nuevo Tiempo, en la Asamblea Nacional electa en 2015. Ahora es un hombre de Estado, asegura, pero ello no lo aleja de su realidad política, de la que ha formado parte durante un largo período.

Márquez, oriundo del Zulia, comenta lo feliz que están sus habitantes con la victoria de la oposición en esa entidad y la salida de Omar Prieto, gobernador por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Habla del daño que le hizo al estado y aprovecha para referirse a cómo el CNE cumplió a cabalidad su función para realizar una “elección de una manera transparente”, con unos resultados que ratifican el respeto del ente electoral a la voluntad de la población.

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Para Márquez, el balance de la jornada sigue siendo positivo a pesar de las múltiples fallas a su alrededor. Considera que el CNE debe tener un proceso de aprendizaje y lecciones permanente, sin embargo, insiste en que fue una elección bien manejada y además con el reconocimiento internacional. Aún así, la abstención resulta destacable, sobre todo por considerarse unos comicios con elementos diferenciadores, que le adjudicaban mayor fiabilidad.

Bloomberg Línea: Analistas aseguran que esta abstención estuvo ligada a la desconfianza del elector al CNE. Las regionales pasadas, en 2017, la participación fue de 61%, esta, con un CNE al que se le adjudicaba más confiabilidad, fue de 42%. ¿Qué cree que pasó?

Enrique Márquez: Yo no estoy contento con la participación, me parece que debió ser mayor. Me parece que está afectado ese valor por varios elementos. La diáspora es uno de ellos, habría que descontarle el número de personas que no pueden votar porque no están aquí. ¿Cuánto es ese número? No lo sé. Se habla de millones, si el registro es de 21 millones, y siquiera fueran 2 millones la diáspora, quedaríamos en 19, eso cambiaría la cifra a casi el 50% y así pudiéramos hacer varios ejercicios. No los hagamos, dejémoslo en 40, pero tenemos un elemento de depuración del registro que es fundamental. Ya tendremos tiempo de hacerlo cuando se actualice el registro de venezolanos en el exterior, ya veremos más el universo interior del registro electoral. Eso por un lado, por el otro, venimos de dos procesos con la abstención de la oposición, eso sin duda tiene un efecto, porque la oposición decidió, en mi manera de ver, acertadamente, recuperar su posicionamiento a lo interno de Venezuela participando en esta elección, pero todo tiene una inercia, y una inercia abstencionista, que hay que considerar también. Creo que hubo un crecimiento en la participación, un 11%, no es depreciable pero no es suficiente, sin duda es una cifra que puede ser mejorada.

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¿Cree que existe desconfianza hacia el CNE todavía?

Debe existir, porque no hay nada que cambie de la noche a la mañana, menos en sociología y menos en política. Tenemos que seguir haciendo esfuerzo por ser más creíbles, más transparentes, por hacer las cosas mejor. Muchos detalles que deben ser mejorados en el CNE para que la gente confíe más, para que los partidos puedan tener más libertad para participar, para que las postulaciones se hagan de manera más ágil, para que la campaña sea más justa, para que el pueblo se vea más motivado, pero debo decir que las elecciones son un evento en el cual hay varios actores políticos participando y un árbitro, ese árbitro hace lo que puede, y en este caso, hicimos lo que pudimos con las limitaciones jurídicas y políticas por convocar a votar, pero quién realmente saca de su casa al elector son los partidos políticos con su oferta electoral. Obviamente esta abstención tiene que ser una reflexión para todos, para partidos, para el Estado y para el CNE, en este caso creo que tenemos que aceptar que la clase política venezolana está en deuda con el país, entendiendo clase política a todos nosotros, yo soy miembro de la clase política, soy un hombre de Estado en este momento, pero soy miembro de la clase política y no rehuyo de mi responsabilidad, creo que los errores que se han cometido en los últimos años han desmotivado mucho a la gente y es una oportunidad que tenemos a partir de ahora de rescatar la política versus la antipolítica, de rescatar la visión de una sociedad democrática, en vez de una sociedad que busca soluciones rápidas e inexistentes, de aterrizar, de poner los pies sobre la tierra, de saber que este es el único camino que nosotros tenemos. Puede ser duro, pero necesario, y es un proceso. A mi me place pensar, me gusta pensar, que este es un proceso que se inicia, y que en Venezuela hay un proceso de reacomodo. No me gusta la palabra transición, no la quiero utilizar para no herir a esas personas, pero creo que hay un proceso de reacomodo en lo económico, en lo político y en lo social. Ese proceso de reacomodo habla de un país menos polarizado y más tolerante. Los resultados electorales lo muestran, son diversos, de un país reinventándose en lo económico también. Ya no somos un país exportador de petróleo, por lo menos no ahora y por muchos años no lo seremos, hay un sector privado empujando una economía distinta, y la sociedad y la política gira de nuevo hacia un camino, en mi opinión, mucho más sensato, que es el convocado por el CNE, que es el camino absolutamente democrático, por tortuoso, difícil que sea, es el único camino que tiene el país, de tal manera, que el CNE forma parte de eso, de ese ecosistema de cambios, y estoy convencidisimo de que este proceso del 21 es una piedra, pero quizá una piedra angular del futuro del país en los próximos años.

¿Cómo se explica que con un sistema electoral automatizado y avanzado, no se tenga un resultado claro sobre el proceso para la elección de gobernador en Barinas?

Es un buen ejemplo de las cosas que tenemos que mejorar. En este caso, nos faltan 3 actas, al momento de esta entrevista (miércoles 24 de noviembre a las 2:24 de la tarde), nos faltan 3 actas de una zona muy alejada del estado Barinas, del municipio Arismendi, que usualmente en procesos anteriores se han tardado entre 3 y 4 días en llegar. Para el concejo no es extraño el retraso de las actas, son 3 actas que están en manos de los actores políticos ya y que el CNE debe recibir oficialmente el día de hoy, miércoles. Tienen que llegar en físico, porque son en zonas muy intrincadas, donde no hay transmisión. Deben llegar para dar un resultado lo antes posible. Este proceso también ha ayudado a que la gente y los partidos vean cómo el sistema automatizado funciona muy bien, hemos adjudicado alcaldes con muy pocos votos de diferencia, y hemos retado a los actores políticos, amigables retos, a que chequeen los resultados. Los resultados en la página del CNE son los resultados, espero que Barinas no sea la excepción, van a ser los resultados y el que no esté de acuerdo tiene la libertad de impugnar, pero estoy convencido de que son los resultados reales, independientemente de que puedan haber muchas quejas, de que el proceso tuvo inconvenientes, que hubo ventajismo en las mesas, voto a voto ese es el resultado.

Ahora que menciona esas brechas tan pequeñas, ¿por qué entonces se toma la decisión de anunciar resultados el domingo con el 90% de la transmisión de actas, sobre todo en el caso de Barinas?

No sabíamos cuán estrecho estaba, no podíamos saberlo con ese nivel de transmisión, y también fue una forma de dar tranquilidad al país, no podíamos retrasarnos mucho tampoco, porque habían estados que ya estaban claros, que ya estaban irreversibles. Fue una forma de darle la cara al país, de darle confianza, de que el CNE tenía el control del proceso, que teníamos los resultados y que podíamos avanzar. Al otro día dimos alcaldías importantísimas y hoy en día, la mayoría de las alcaldías ya están claras y nos queda por definir una gobernación, espero que eso termine el día de hoy y estoy seguro que recibiremos muchas impugnaciones, porque son muchos cargos, y vamos a ir una etapa muy importante del CNE también, que garantiza la justicia. Esas impugnaciones tienen que ser conocidas, espero que admitidas e ir al fondo de la materia, si hay algo de lo que se puede aprender es de las irregularidades que se detecten. Hay irregularidades de ese día que son inmanejables, que no podemos controlarlas, el poder detectarlas, manejarlas y corregirlas es fundamental. Tenemos que seguir generando confianza, no es suficiente. El proceso estuvo bien, pero no fue óptimo en el sentido que no hubo la participación que queríamos, que todavía lo podemos hacer mejor.

“Tenemos que seguir haciendo esfuerzo por ser más creíbles, más transparentes, por hacer las cosas mejor”.

Enrique Márquez

La UE, en su informe preliminar habló sobre algunos refuerzos sancionatorios que debe tomar el CNE ante algunos eventos que violaron el reglamento, como puntos rojos en los alrededores de los centros, uso de recursos del Estado. ¿Qué opina sobre ello y sobre el informe en general?

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Antes del proceso electoral yo di una declaración que generó polémica, yo decía que no teníamos nada que ocultar, y por eso invitamos a la UE y algunas personas lo tomaron por el hecho de que yo estaba diciendo que todo estaba bien y no es verdad. Yo dije no tenemos nada que ocultar, porque luego la UE y el resto de los observadores pueden reportar lo bueno y lo malo, y me agrada del informe que reportan ambas cosas, reporta mejoras en algunas áreas y reporta los problemas que vieron. Es un informe muy valioso para el CNE y debe serlo para el país y para el Estado, porque allí están identificados problemas que son importantes resolver para mejorar la democracia, que no es solo un resultado electoral, son todas las condiciones alrededor de ese evento electoral. Hay algunas que competen al CNE, que tenemos mejorar y otras que competen al Estado venezolano, por ejemplo el tema que ellos señalan allí de la judicialización de los partidos, eso compete al Estado, tiene que haber un acuerdo de Estado para poder generar el cese de la judicialización, que entendamos lo importante que son los partidos para el país y que por lo tanto que es fundamental que tengan vida propia y que el Estado no intervenga. En este caso, yo reconozco que la situación de muchos partidos ha sido irregular, en el sentido de que no son democráticos pero eso no justifica la judicialización. Pienso que el CNE debe dar un paso, tomando esas recomendaciones que hay allí, para ayudar en la democratización de los partidos y bajar la judicialización, hacer las elecciones internas, forzar a los partidos que hagan esas elecciones internas bajo la supervisión del CNE. Estamos planteando para el año que viene hacer todas las elecciones de los partidos que quedan pendiente, por supuesto respetando sus estatutos para hacerlas. Hay otro tema que tampoco competen al CNE pero que podemos ayudar, que es el tema de las inhabilitaciones políticas-administrativas, por parte de la Contraloría General de la República. Yo lo he dicho y lo repito, no estoy de acuerdo con la figura, me parece una figura que no debe ser utilizada, me parece que es una mancha dentro de la democracia venezolana, no es nueva, tiene desde la ley de Contraloría en el año 2002, pero yo creo que hay inconvenientes y que se ha abusado con esa figura, y debe corregirse, ahora no lo puede corregir el CNE, tiene que ser un acuerdo de Estado, buscarlo.

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Hay otras cosas que se mencionan en el informe que tiene que ver con temas mucho más internos del CNE, el control de la campaña, por ejemplo, y las atribuciones sancionatorias que tiene el CNE. Precisamente hoy en la mañana estaba en una reunión con uno de los observadores y le hice esa consulta, hasta dónde podemos mejorar esto del poder sancionatorio sin ser arbitrarios, porque se puede confundir, porque incluso el CNE tiene que dar el derecho a la defensa cuando encuentre una irregularidad y él me decía que eso es un mal latinoamericano. Muy pocos países latinoamericanos tienen un poder sancionatorio real sobre las irregularidades de la campaña y es algo que nos hemos encontrado en toda Latinoamérica. Vamos a encontrar la forma de resolver, plantea una reforma de la ley del Poder Electoral y una reforma de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, buscando llegar lo más que podamos a un poder sancionatorio y que pueda ser disuasivo a las irregularidades. ¿Hasta dónde podemos llegar? No lo sé. ¿Hace falta? Claro que hace falta. Para que el árbitro se gane el respeto de las partes, el árbitro encuentra una irregularidad, abre una investigación y hasta la fecha no han salido sanciones, pero van a salir luego de la campaña por los tiempos asociados al tema de la valoración de la investigación, pero también la intervención de otros órganos del Estado y seguimiento a la campaña, por ejemplo el tema de uso de fondos públicos, eso es algo que no le compete al CNE, porque al fin y al cabo, los delitos de peculado de uso no los controla el CNE, los controla la Contraloría y la Fiscalía, tendría que colaborar con el CNE en el seguimiento. Tiene que haber un acuerdo institucional en Venezuela para que eso ocurra. No podemos conformarnos con eso, no podemos incluso señalar que podría ser un tema cultural, sino que tenemos que buscar solventarlo, la forma es con acuerdos interinstitucional y poder frenar esos abusos a través de la investigación y la sanción oportuna. Señalan otros muchos aspectos que tienen que ver con el día de la elección, logramos bajar los puntos de control político a un mínimo, que yo creo que es aceptable, logramos bajar las irregularidades del día de la elección a un mínimo aceptable, pero todavía podemos avanzar mucho más. El informe ayuda mucho y yo estoy feliz con que haya habido un acuerdo político para invitar a la UE, 15 años de haber estado en Venezuela, para que viniera la ONU y el Centro Carter, sobre todo porque la imagen que tiene Venezuela y su gobierno, fuera del país es una imagen muy controvertida, polarizante de opiniones en el mundo. Eso de que el gobierno y la oposición, reflejadas en el CNE, se hayan puesto de acuerdo para invitar y que esta gente de la UE decidiera venir es sin duda muy auspicioso de lo que juntos podemos lograr. Y cuando digo juntos es que no concibo a Venezuela en la continuidad de la división y la intolerancia. Ningún país dividido puede alcanzar los objetivos de progreso, de justicia social, de la convivencia necesaria. En el CNE estamos conscientes del papel que se jugó en función de generar esa convivencia entre factores y que esa convivencia fuera buena ante el país. Y en este caso en particular, eso de trabajar juntos por conseguir objetivos institucionales va a ser fundamental para el futuro del país. Podemos estar de acuerdo o no con quien gobierna, pero no podemos hacer es destruir al país por un objetivo político que yo tenga, en función de desplazar a alguien del poder. No se trata solo del poder, se trata del país.

Precisamente, Jordi Cañas, el jefe de los observadores del Parlamento Europeo, hizo mención a unos avances en el ente electoral, que pasan por el consenso al que llegan los principales actores del CNE actualmente. ¿Cuáles han sido esos consensos?

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Consensos no exentos de diferencias ni de polémicas, porque creo que privó mucho en algún momento elementos de desconfianza para poder avanzar más y más rápido, se pudo haber avanzado mucho más en esos consensos, pero creo que no teníamos la velocidad necesaria para poder hacerlo, el tema de postulaciones, el tema del control de la campaña, se avanzó sin duda, pero se ha podido avanzar mucho más, sin que eso afectara a ninguna de las partes sino que mejorara la imagen del CNE.

¿Puede mencionar algunos?

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Que el CNE sea más transparente aún. Hicimos dos cosas importantes para la transparencia, el tema de las auditorías, sobre todo la primera que se hizo, que fue una auditoría extensa de todo el sistema de votación, escrutinio y totalización y biométrico, en la cual fue hecha por un grupo de académicos venezolanos, pero aparte fue transmitida en vivo streaming para quien quisiera verla, fue un ejercicio interesante. Igual fue interesante el hecho de que el CNE viera con buenos ojos la invitación a la observación internacional, eso fue transparencia, miren obsérvenme y digan lo que ven, eso es importante, pero a nivel comunicacional veo que el CNE puede ser mucho más expedito, siempre he pensado que el CNE puede llenar más la opinión pública de su visión y de su actuación para no dar espacio a que la opinión pública malinterprete las decisiones del CNE. Por ejemplo, en el tema muy polémico, asociado al caso Miranda: Fuerza Vecinal, MUD, Ocariz, ahí había que llenar la opinión pública con la opinión del CNE unánime, para que no quedaran dudas de lo que estaba ocurriendo. Se generan dudas porque se genera un espacio de desinformación: es hasta el 10, es hasta el 11, ahora qué pasa después del 11, eso se ha podido informar mucho mejor y así hubo episodios durante el proceso que si el CNE tuviera una actitud proactiva hacia la comunicación, se hubieran ahorrado conflictos de opinión pública y polémicas si es necesario, de tal manera que elementos como esos son mejorables de forma muy sencilla, es una decisión política que no afecta a ninguno de los actores y que tiene que ver con el tema de favorecer a la gente de que se entere mejor. Esa transparencia es fundamental, no solo sumar bien los resultados, sino que el árbitro no sea solo transparente sino que aparezca lo qué se está haciendo. Estoy haciendo esto y es mi decisión, y por todos los canales posibles. El CNE puede y debe hacerlo.

¿Hay consenso en eso?

No me atrevo a decirlo, yo creo que todos tenemos que hacer balances y mejorar. Percibo que hay consenso en continuar mejorando, en los aspectos que puedan ser adelantados antes que otros, no lo sé. Eso ya vendrá, yo creo que la continuidad del diálogo en México entre las partes políticas va a tener un efecto en el CNE, sin duda alguna, igual espero que tenga efecto en la mayoría de las instituciones que soportan la democracia, porque los cambios que se tengan que hacer no pueden ser generados y pensados por una sola parte, sino por todo el país. Si esos cambios tienen consenso del país político, entonces iríamos mucho más rápido. La velocidad con la que el CNE pueda avanzar, es la misma velocidad del diálogo.

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Sobre el acompañamiento del expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, ¿no cree que al ser una figura tan polémica y rechazada por la oposición, su participación se prestó para caldear aún más la polarización en el país?

El presidente Zapatero, persona a la cual debo reconocer que respeto, le guardo respeto, considero que cada persona puede aportar, fue invitado como acompañante del proceso y vino por unos días, y creo que al final la polémica alrededor de su presencia es una polémica que creo que se debe profundizar y analizar, no me niego a discutir nada, al igual que él vinieron eurodiputados de mucha polémica también, que pertenecen a bancadas con una posición muy tomada con respecto al país, a favor y en contra de cualquier cosa, y sin embargo vinieron, y gente que acompañó el proceso, desde diferentes aceras, seis organizaciones internacionales observando, es decir hubo de todo un poco, el personalizar en Zapatero si el proceso de acompañamiento estuvo bien o no, me parece muy equivocado, muy equivocado. Creo que al contrario ese tipo de intolerancia, de visiones cortas de la política deben abandonarse, es parte de lo que nos tiene aquí. En el momento en que la clase política venezolana decidió no seguir conversando y pasar de un terreno de la política a un terreno de enfrentamiento fuera de la Constitución, en ese momento nos encontramos en un problema, de tal manera que creo que la tolerancia, la despolarización y la búsqueda de encuentros y entendimientos es la marca de una nueva política en el país. Yo percibo que el país está en reacomodo.

Figuras de la oposición venezolana han mencionado una reforma de las fuerzas democráticas, o incluso una “gran elección popular” para escoger nuevos líderes políticos de oposición. ¿Cree que el CNE que representa estaría dispuesto a organizar/supervisar un proceso interno de reformación de la oposición, o una especie de primarias?

Sí, claro que sí. Tenemos planteado impulsar una democratización de los partidos a través de elecciones, si una coalición nos pide una elección para cualquier cosa, con mucho gusto se analiza y se aprueba, se organizaron las primarias del PSUV para esta elección, no se organizaron las de la oposición porque no fueron solicitadas, sino se les da el apoyo. Yo siento que el país necesita más democracia, y en ese concepto no solo entran los partidos, hay miles de elecciones represadas sindicales y gremiales, dos mil y pico, la idea es ayudar a hacerlas, porque esa es la democracia. La sociedad tiene que volver al canal democrático, al riel de la democracia, y no solo es participar en una elección presidencial, es una actitud frente a diferentes instituciones, gremios, sindicatos, universidades. No solo a la coalición de la oposición sino a quien quiera que lo pida.