Aves, cerdos y agroquímicos: los productos que detonan el contrabando en Guatemala

El comercio ilícito continúa siendo una de las principales amenazas para la economía de los pequeños productores del país, señalaron representantes de varios sectores.

Uno de los productos que más ingresan de contrabando en Guatemala es el cerdo ya sea vivo en pie o como producto congelado. (Foto con fines ilustrativos: Chris Ratcliffe/Bloomberg)
23 de febrero, 2022 | 09:07 PM

Guatemala — Aves, cerdo y productos agroquímicos son los principales productos que ingresan de contrabando a Guatemala a través de puntos ciegos principalmente ubicados en los Departamentos de San Marcos y Huehuetenango. Se consideran productos ilegales aquellos que ingresan de contrabando, no cuentan con registro, están adulterados o son falsificados.

Los primeros dos productos transitan de manera ilegal en las carreteras del país ya que son comercializados en distribuidoras, tiendas y mercados a nivel nacional.

A partir de enero del presente año se empezó a observar un nuevo incremento en el comercio ilícito de este y otros productos relacionados también con el sector de Alimentos y Bebidas.

En ese sentido, se estima que el contrabando en Guatemala representa un ilícito de aproximadamente Q.25.000 millones (US$3,23 mil millones) en pérdidas a la economía.

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Además, de los riesgos de salud y las pérdidas económicas para los productores, el contrabando tiene efectos negativos en la recaudación fiscal y consecuentemente en la inversión social, señaló Charles Bland, Presidente de Cámara del Agro (Camagro) en un comunicado emitido por la entidad.

Cifras alarmantes

Según los últimos datos del Observatorio Contra el Contrabando (OCC) estos productos tienen presencia en el mercado de forma ilegal: 28% de los aceites, abarrotes, boquitas y dulces; 25% del maíz; 20% de los huevos; 14% de las bebidas gaseosas; 12% de la carne de cerdo; y 10% de los lácteos.

En el caso del sector avícola, según Edgar Bailey de la Asociación Nacional de Avicultores de Guatemala (Anavi), se estima que cada semana ingresan entre 100 a 200 mil pollos; y 5 millones de huevos de contrabando diarios desde México, Honduras, El Salvador y Belice, principalmente. También a través de Puerto Barrios y Puerto Santo Tomás.

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Miembros de Camagro coincidieron en señalar que el contrabando representa entre el 18% al 20% del consumo a nivel nacional afectando a los pequeños productores. Además se pone en riesgo la producción avícola nacional por las enfermedades que estos productos pueden traer.

Según Roberto Siguere de la Asociación de Porcicultores y Comercializadores Pecuarios de Guatemala (Asporguate) las redes de contrabando logran ingresar de manera ilegal aproximadamente 6 mil 500 cerdos cada mes, ya sea vivo en pie, o como productos ya procesados congelados, afectando a los más de 38 mil colaboradores del sector porcicultor.

Siguere detalló que las estructuras de contrabandistas de cerdo utilizan camiones acondicionados para el traslado del producto de contrabando. Ingresando y transitando a lo largo de la ruta paralela a la Mesilla y todas las vías que convergen en la CA-1 una de las principales carreteras de Guatemala. Estas estructuras criminales poseen centros de acopio propios, cercanos a la frontera La Democracia en Huehuetenango y Aldea Guaila. Luego, llegan a rastros clandestinos ubicados cerca de la ciudad de Guatemala, lo que permite la distribución y comercialización ilegal.

En el caso de los productos agroquímicos, el sector se ve afectado por la presencia de formuladoras ilegales en todo el país que producen y venden semillas, fertilizantes, entre otros, es decir, que son productos adulterados, no tienen registros y se venden en negocios ilegales que no son fiscalizados, por lo tanto, representan todo tipo de riesgos para la salud y los cultivos, agregó Jorge Hernández de Agrequima.

Llamado de alerta

Representantes de las diferentes organizaciones empresariales que integran la Cámara del Agro se reunieron recientemente con las autoridades del Ministerio Público, Fiscal General, Fiscal de Propiedad Intelectual y Fiscal contra el Contrabando y Defraudación Aduanera. Así como con el Superintendente de Administración Tributaria, el Intendente de Aduanas y el Director de Sanidad del Ministerio de Agricultura con el objetivo que se incrementen los operativos de investigación, persecución penal y prevención del comercio ilegal de los productos agropecuarios.

También, solicitaron que se garantice la asignación presupuestaria para la debida fiscalización de rastros y puntos de venta de productos agroquímicos. Esto con el propósito de proteger tanto la salud animal como la salud humana y la vigilancia fitozoosanitaria.

Carla Caballeros, directora ejecutiva de Camagro dijo a Bloomberg Línea que también el Ministerio de Salud es la institución encargada de proteger la salud humana y garantizar que los productos que se distribuyen y comercializan en el país cumplan con todos los registros y requisitos que garanticen que son aptos para el consumo.

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“El Ministerio de Salud debe verificar, sancionar y clausurar todos los rastros y expendios de carne de res, cerdo, huevo y aves que no cumplan con las condiciones de sanidad”, enfatizó Caballeros.

Por su lado, La Cámara Guatemalteca de Alimentos y Bebidas junto con el Observatorio Contra el Contrabando reiteraron el llamado de alerta al Gobierno de Guatemala para que el delito de contrabando no siga siendo interpretado como “infracción”.

Las leyes de salud no pueden ser obviadas del proyecto de “Ley para Combatir la Defraudación y el Contrabando Aduanero y Leyes Conexas” ya que no tiene sentido el pago de una multa, cuando los productos deben cumplir con disposiciones de control de salud, manifestaron los directivos de la cámara.

Ambas entidades solicitan a las autoridades guatemaltecas proteger a las empresas de la industria y agroindustria de alimentos y bebidas, afectados por el delito de contrabando, lo cual puede generar grandes impactos a nivel macroeconómico debido a la pérdida de mercado, pérdida de empleos formales, y a la competencia desleal y desmotivar la inversión en el país.