Bloomberg — Las Naciones Unidas evaluó por primera vez el riesgo global de los incendios forestales y señaló que, a medida que el cambio climático se acelera, una mayor parte del mundo será vulnerable a los incendios, lo que traerá consecuencias desastrosas para la salud humana, la economía y la biodiversidad.
“El calentamiento del planeta está convirtiendo los paisajes en yesqueros, al tiempo que un clima más extremo significa vientos más fuertes, cálidos y secos para avivar las llamas”, escribieron los autores del informe, publicado este miércoles por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la organización sin fines de lucro GRID-Arendal. “Con demasiada frecuencia, nuestra respuesta es tardía y costosa debido a que muchos países sufren una falta crónica de inversión en planificación y prevención”.
“Esto }debe cambiar”, agregó el informe. “Los incendios forestales deben ubicarse en la misma categoría de respuesta humanitaria global que los grandes terremotos e inundaciones”.
El informe pronosticó que para fines de este siglo, el riesgo de incendios forestales a un nivel catastrófico podría aumentar hasta en un 57%, dependiendo del aumento de la temperatura. “Incluso con esfuerzos más ambiciosos que buscan frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, el planeta seguirá experimentando un aumento dramático en la frecuencia de incendios extremos”, señaló.
En la última década, la intensidad y el impacto de los incendios forestales ha aumentado en todo el mundo, siendo 2020 un año particularmente devastador que parecía anunciar la llegada de una nueva era apocalíptica.
Ese año comenzó con una serie de intensos incendios forestales en Australia que provocaron la muerte de unos 3.000 millones de animales, incluidas muchas especies en peligro de extinción, y arrasaron con selvas tropicales que antes se creían impermeables al fuego. El desastre estuvo precedido por una larga sequía y ocurrió al tiempo que se registraban temperaturas superiores a la media que magnificaron los efectos de los incendios, según el estudio.
Además, tras una ola de calor en la región se produjeron incendios en el Ártico. Por su parte, California sufrió una serie de megaincendios en 2020 que arrasaron vastos bosques y asfixiaron ciudades con humo tóxico.
El crecimiento de los incendios forestales, a su vez, exacerbará el cambio climático a medida que los bosques y la vegetación en llamas liberen dióxido de carbono a la atmósfera. Los incendios forestales representan un peligro particular para las selvas tropicales y las turberas que almacenan enormes cantidades de carbono.
“Los incendios forestales pueden acelerar el ciclo de retroalimentación positiva en el ciclo del carbono, haciendo más difícil detener el aumento de las temperaturas”, según el informe.
Los seres humanos están contribuyendo a ese ciclo de retroalimentación a través de la deforestación en lugares como Indonesia, donde la limpieza de tierras para plantaciones de aceite de palma y otras actividades agrícolas ha generado incendios en bosques y turberas.
Naciones Unidas recomendó que los países inviertan en reforzar a las comunidades con más recursos para reducir los riesgos de incendio. El informe también pidió incorporar prácticas indígenas de manejo del fuego y aumentar la cooperación internacional.
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