Bloomberg — La región del euro sucumbirá a una recesión independientemente de que el suministro de energía ruso se detenga, según ING, que considera que ese panorama frenará los aumentos de las tasas de interés del Banco Central Europeo (BCE).
“La tan esperada recuperación económica de la zona euro se ha cancelado”, escribió el economista Carsten Brzeski en una nota el jueves. “Es probable que ninguno de los actuales factores de riesgo para la economía de la zona euro desaparezca pronto”.
La institución financiera rebajó su previsión de crecimiento para la zona euro en 2022 al 2,6%, y pronostica una recesión “a finales de año”. Brzeski añadió que “esto es sin llegar a predecir un cese total del petróleo y el gas rusos”.
A los inversores les preocupa cada vez más que los riesgos en torno a la energía puedan sumir a la región en una recesión. Una fuerte sacudida económica dificultaría el endurecimiento de la política del BCE y probablemente ampliaría el diferencial de tasas con los Estados Unidos. Estas preocupaciones han empujado al euro hacia la paridad con el dólar.
Para Brzeski, un deterioro de las perspectivas podría motivar a los responsables de la política monetaria a “adelantar esas subidas previstas”.
El economista espera que los funcionarios puedan subir las tasas sólo en 100 puntos básicos antes de que termine el año. Eso se compara con las apuestas del mercado de subidas que suman más de 140 puntos básicos, que han caído medio punto desde mediados del mes pasado.
“La recesión que se avecina, no sólo en la zona del euro sino también en EE.UU., junto con las dudas sobre la sostenibilidad de la deuda en la zona del euro, deberían impedir que el BCE vaya más allá de la normalización inicial, manteniendo los tipos en pausa en 2023″, dijo.
Este artículo fue traducido por Andrea González