Gas en Colombia: piedra angular para independencia y transformación energética

Aunque el nuevo Gobierno habla de no firmar nuevos contratos de exploración, la industria cree que el gas está la respuesta al paso a las energías limpias

15 de julio, 2022 | 04:00 AM

Bogotá — La transición energética promete ser un tema cada vez más importante y común en la agenda nacional, por eso para la industria del gas es clave que se tenga en cuenta que es un combustible que puede servir para avanzar en dos propósitos: tener independencia energética de largo plazo y dar el paso definitivo hacia las energías limpias.

Luz Stella Murgas, presidenta ejecutiva de Naturgas habló con Bloomberg Línea de las perspectivas que hay para el sector gasífero colombiano bajo el nuevo Gobierno.

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“El gas natural a mi juicio es consistente con las grandes apuestas del presidente Petro en cuanto a la idea de acelerar la transición energética al tiempo reducir la pobreza a la vez que se trabaja en cerrar la brecha social”, dice Murgas.

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Y es que hay que tener claro que en la apuesta del presidente electo de los colombianos la lucha contra el cambio climático tiene un papel protagónico, al punto, que ha manifestado que acelerará el tránsito hacia las energías limpias.

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“Él ha hablado de apostarle a la justicia social y a la justicia ambiental. Yo creo que el gas es la pieza clave de ese rompecabezas para tener éxito con esos dos objetivos que se planteó”, asegura la presidenta el gremio gasífero.

Antes de que Petro, una vez se posesione como presidente en ejercicio, tome decisiones definitivas sobre la concesión o no de nuevas licencias de exploración, Murgas quiere entregarle un balance del impacto, económico, social, fiscal y de desarrollo que ello conllevaría para que, “con los datos de ellos, más lo que les han dado del empalme y lo que les podemos aportar, tomen la mejor decisión”.

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Advierte que no es solamente una decisión política, sino que puede desembocar en problemas con la ejecución de los contratos actuales.

“Si hay un anuncio específico de no suscribir nuevos contratos el impacto sería que se frenen las inversiones de las compañías en los contratos vigentes. Las empresas que lo hacen son Ecopetrol, y de resto, la mayoría son subordinadas con matrices en el exterior. Suspender la exploración puede llevar a el freno de inversiones. Es decir, que los recursos no se destinen hacia Colombia porque la política pública no es sostener la industria en el largo plazo y mejor hacerlo en otros países en los que tengan mejores proyecciones”, dice Murgas.

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El gas se masificó en Colombia con los descubrimientos de Chuchupa y Ballena, y luego con el descubrimiento de Cusiana y Cupiagua. Estos dos campos llevan 45 y 38 años, respectivamente, abasteciendo de gas natural al país, aunque ya va en declive su producción.

Dice Murgas que en Colombia las reservas son suficientes, pero para poder hablar de soberanía energética hay que desarrollar los proyectos con reservas por confirmar. “Hay un potencial de reservas importante que va más allá de los 11,4 años de reservas probadas, probables y posibles, es de casi de 100 años porque las empresas han descubierto reservas y recursos con mayor incertidumbre de existencia”.

Es por ello que asegura que “si seguimos desarrollando los contratos de exploración vigentes podemos desarrollar ese potencial de reservas y garantizar autosuficiencia hasta por 100 años, si lo frenamos no tenemos cómo garantizarlo”.

Murgas explica, además, que Colombia tiene la ventaja de no depender de las fluctuaciones internacionales del precio del gas. “El gas consumido en Colombia es 100% producido en Colombia y hay una cosa adicional y es que ese gas se negocia con precios del mercado local, entre productor industrial y distribuidor a unos precios relativamente estables a mediano plazo y con una indexación estable. Por eso el país no depende de las fluctuaciones del mercado internacional que por ejemplo en Europa por la escasez de la guerra subieron mucho”.

Murgas asegura que no hay que escandalizarse por lo que ha propuesto Petro tras su elección, porque “está siendo consecuente con lo que anunció en campaña, pero también vi a la ministra decir que va a revisar el estado e las licencias que se hayan expedido para los pilotos de fracking y va a revisar los contratos”.

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Advierte que las reservas que podría llegar a tener Colombia son muy importantes, y que los proyectos hasta ahora dan cuenta de la posible existencia comercial de gas, más no de petróleo.

“Colombia tiene unas reservas importantes que se pueden desarrollar con el fracturamiento hidráulico en el valle medio del Magdalena, pero también costa afuera. Los 6 pozos perforados en costa fuera por compañías como Shell, Petrobras y Ecopetrol entre otros, han dado presencia de gas natural, ninguno de líquidos. Ahí hay unos 30 terapiés cúbicos, las reservas probadas de Colombia hoy, que equivalen a autosuficiencia de 8 años, equivalen a 3,16 terapíes cúbicos. En Costa Afuera hay 30 y en áreas continentales como son los pozos en la cuenca Sinú San Jacinto ahí hay otros 8 terapíes cúbicos más”.

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Sin embargo, aclara que para estas dos zonas no se requiere hacer fracking, pues solamente en los pozos del valle medio del Magdalena se requiere sí o sí esa técnica, no obstante, advierte que ahí hay otros 24 terapíes cúbicos de posibles reservas para el país.

“Esta industria comparte con el presidente que hay una gran crisis social, por eso hay que ver la manera como validamos las necesidades de las comunicades para plantear propuestas de cómo las solucionamos. Si desarrollamos el potencial costa fuera y áreas continentales cobraríamos una vocación exportadora”, añade Murgas.

Sobre un posible endurecimiento de los impuestos para la industria agrega que “la política pública debe construirse en torno a la disminución de las emisiones de gases efecto invernadero y no en torno a la desincentivación de actividades productivas”.