El 90 % de los bolivianos tiene empleos informales y carecen de seguro de salud

Según el experto Pablo Mendieta, Director del CEBEC (Centro Boliviano de Economía), la calidad del empleo bajó mucho en Bolivia desde el 2017 y empeoró en 2019. Si bien se suman más empleos, casi todos son informales y precarios.

La precariedad del trabajo, la informalidad y la falta de seguro de salud son los factores que más preocupan a los bolivianos.
19 de agosto, 2022 | 10:58 AM

Santa Cruz — En el día del trabajo en mayo de este año, el presidente Luis Arce celebraba un incremento salarial del 3% en el haber básico y del 4% al salario mínimo nacional. Eso implica que el salario mínimo de los bolivianos subió de 310,92 dólares a 323,27 dólares. La medida parece positiva a primera vista para la población en general. Sin embargo, en el país apenas un 10 % de la población tiene un empleo formal que acate esta medida. El resto de la población vive de empleos informales y carece de beneficios como seguro de salud o ahorros para su jubilación.

Según el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, gracias a las medidas del Gobierno la tasa de desempleo urbano se redujo de 8,1% en 2021 a 5,3% al primer trimestre de este año. Sin embargo, el dato no es tan positivos como parece puesto que la mayoría de los nuevos empleos son informales. Bloomberg Línea entrevistó a Pablo Mendieta, Director CEBEC (Centro Boliviano de Economía), quien explica que no se trata solo de contar números de trabajadores sino de analizar la calidad del empleo.

En 2013 cerca del 20% de la fuerza laboral boliviana estaba en el sector formal. Actualmente solo el 10 % de la población tiene empleos formales. Otro factor preocupante es que “el trabajador en general tiene un ingreso más bajo, en promedio los ingresos de los trabajadores y de las familias son 11% más bajos y esto llega inclusive hasta un 18% más bajo en los extremos donde más pobreza vemos”, explica Mendieta.

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Los datos compartidos por Mendieta desde la Cámara de Industria y Comercio, hacen referencia al sector urbano donde hacen periódicamente encuestas sobre empleo. “Como comparación, según datos de diciembre de 2015 había 460 mil personas que estaban en empresas con empleos formales. Dos años después, en 2017 el dato subió a 500 mil empleos formales en empresas. Ahora se está muy debajo de esos 500 mil empleos. Eso quiere decir que aún no nos recuperamos de la pandemia como se indica en datos oficiales. Además hay que tomar en cuenta que antes de la llegada del Covid 19 ya había caído el nivel de empleo formal en el país”, resalta el experto.

Pero ¿dónde se fue todo se empleó perdido formal? No fueron al sector público porque el Estado ha mantenido en el mismo número de empleos según CAINCO. “Una parte se va a las empresas familiares, entendiendo que son pequeños emprendimientos familiares. Este tipo de empleos ha tenido un crecimiento explosivo y hoy día suman 800 mil fuentes de trabajo. Cuando el gobierno habla de que subió el nivel de empleo, lo que ha aumentado es el autoempleo o el trabajador por cuenta propia”, agrega.

Existen 4 millones y medio de empleos sólo el ámbito urbano del país. Esto es inédito, antes no existía esa cantidad de empleos. Pero según Mendieta, “debemos entender que vienen con una gran caída de salarios y si bien se ha recuperado la cantidad total de empleo, la explicación está en la caída de ingresos que han tenido las familias. Cuando el jefe o jefa de hogar gana menos, otros miembros de las familias se incorporan al mundo laboral pero de manera muy precaria. Es un fenómeno que en economía lo conocemos como el trabajador adicional y aumentan las personas que trabajan en cada familia porque necesitan subsistir de alguna forma”.

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La cantidad de empleos ha aumentado pero porque hay más auto empleo y más empleo en emprendimiento familiares pequeñitos de los cuales solo un tercio es formal.

“Bolivia tiene un alto porcentaje de empleo informal, en 2019 teníamos un 85 % de trabajadores en la informalidad. Las cifras actuales indican un 90 %. Entre los trabajadores formales, el 66% tiene acceso a la caja de salud, mientras que solo el 10% de las personas con trabajos informales tienen un seguro de salud. Esa es la diferencia principal entre formal e informal”, dice Mendieta.

Otro dato que preocupa es que en el sector informal apenas el 20% ahorra para su jubilación. “Las brechas se ven de muchas otras formas en la sociedad porque tenemos menos de medio millón de trabajadores que tienen empleos formales y pueden dar un buen futuro a sus hijos. Y por otro lado, hay alrededor de 4 millones de trabajadores que no tienen esa esa posibilidad porque viven de la informalidad”, resalta.

Según un análisis de Cainco sobre la disminución del empleo en empresas pequeñas, antes había 200 mil puestos de trabajo en empresas pequeñas. Hoy hay menos de 100 mil. Estas empresas con poco colchón económico son las más golpeadas por medidas como el aumento salarial o los llamados doble aguinaldo que suelen ser dados por mandato gubernamental. Todo esto impacta en despidos del sector formal.

¿Qué pasa en el resto de LatAm?

Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2021 el empleo por cuenta propia experimentó un mayor crecimiento que el empleo asalariado en toda la región. Y esto tiene como mayor impacto la caída de la calidad del trabajo y los beneficios sociales que reciben los trabajadores.

Después de la pandemia del COVID-19, la recuperación laboral en LatAm es “lenta, incompleta y desigual”. Y esto sucede en Bolivia así como en todos los países de América Latina. Otro tema que preocupa a todos los países por igual son las brechas laborales entre hombres y mujeres que se han profundizado desde 2021.