Bloomberg — Los países emergentes y en desarrollo se enfrentan a un “huracán” de riesgos derivados del aumento de los costes de la energía y la inseguridad alimentaria, y la capacidad de resistencia que puedan tener algunos países no durará mucho, dijo la presidenta del foro de ministros de finanzas del Grupo de los 20.
“El huracán es definitivamente muy fuerte”, dijo la ministra de Finanzas de Indonesia, Sri Mulyani Indrawati, en una entrevista con Bloomberg News en Washington. Estas dificultades, unidas a la inflación, la fortaleza del dólar y el aumento de los tipos de interés, “pondrán a muchos países emergentes y en desarrollo en una situación muy seria y difícil”.
Con la Reserva Federal emprendiendo la campaña de subidas de tipos más agresiva en una generación para garantizar su credibilidad y atajar la inflación, “la consecuencia no es buena para los países emergentes y en desarrollo” y les dificultará la emisión de bonos, dijo Indrawati.
Alrededor de 15 países en desarrollo tienen bonos del Estado denominados en dólares que pagan al menos 1.000 puntos básicos más que los bonos del Tesoro de EE.UU., lo que supera el umbral para que la deuda se considere en dificultades, según datos recopilados por Bloomberg. Esta cifra duplica el número de países de principios de año.
Indrawati se encontraba en la capital estadounidense para asistir a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, donde pasó más de cinco años como funcionaria número 2 antes de regresar a Yakarta para trabajar para el presidente Joko Widodo en 2016. El miércoles, presidió la cuarta reunión de ministros de finanzas y banqueros centrales del G-20 este año, y la primera desde una reunión en Bali en julio, después de que funcionarios de Estados Unidos, Canadá y varias naciones europeas abandonaran una cumbre en abril cuando un representante ruso comenzó a hablar.
Aunque algunas economías están mostrando resistencia, esto no durará mucho tiempo, y es probable que más países tengan que recurrir al FMI para ser rescatados, dijo Indrawati. El mes pasado, el Fondo aprobó la creación de una “ventana de financiación de emergencia para la crisis alimentaria” para ayudar a cubrir las necesidades de los países.
Indrawati dijo que prevé que 2023 será un año “muy, muy difícil” para muchas economías, una visión que compartió en reuniones con inversores de bonos en Nueva York y Boston en los últimos días. Los países que hoy no pueden conseguir fertilizantes se enfrentarán a la escasez de alimentos dentro de seis meses, al igual que es probable que el invierno de dentro de un año sea más duro que el próximo en términos de aumento de los precios de la energía.
A pesar del torbellino económico al que se enfrentan, muchos países son más fuertes y resistentes que durante las pasadas crisis de 1997 y 2008, sobre la base de una regulación más sólida, tipos de cambio flexibles y un mercado más profundo para la deuda denominada en moneda local.
En este difícil contexto, Indrawati destacó la importancia de que Indonesia acoja el G-20 y siga incluyendo a Rusia. La ventaja del G-20 frente al Grupo de los Siete, un foro más pequeño de países ricos, es que tiene la amplitud necesaria para decidir los problemas mundiales, dijo.
La eliminación de cualquier país supondría el riesgo de una fragmentación de la economía mundial que aumentaría la dificultad para resolver los problemas más acuciantes del mundo, como el cambio climático, el impulso de la inclusión financiera o el logro de un acuerdo sobre el alivio de la deuda de las naciones pobres, dijo.
“El verdadero activo y el verdadero valor del G-20 es que, independientemente de lo que ocurra hoy, el mundo necesitará este tipo de cooperación, y vale la pena continuar, mantener y preservar este foro económico de primer orden como es el G-20″, afirmó.
--Con la ayuda de Soraya Permatasari.
