Buenos Aires — La Argentina es el país de la región con menor nivel de bancarización. Los préstamos que otorgan las entidades al sector privado representen apenas el 8% del PBI del país, muy por debajo del promedio de la región, que supera el 50%, según datos del Banco Mundial al 2020. Esto se debe en parte, según alertaron desde el sector, a la alta presión impositiva que sufren los usuarios y a la pérdida del valor de la moneda a lo largo de las últimas dos décadas.
A través de un informe, la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba) advirtió que el bajo grado de bancarización de los últimos 20 años significa menor crédito para las empresas y personas, lo que a su vez limita la capacidad de inversión y consumo de la sociedad. Todo ello, agrega el trabajo, lleva a menor crecimiento económico y del empleo.
Impuestos “malos” y “efecto cascada” sobre el PBI
Para la asociación que nuclea a los bancos de capitales nacionales del país, “la carga impositiva, junto con la pérdida del valor de la moneda, son los principales responsables del bajo nivel de bancarización”. Al respecto, marcaron que “las empresas y personas que usan el sistema financiero están sujetos a una carga impositiva - nacional, provincial y municipal - que no tiene parangón en la región”.
Además, añadieron, la mayoría de los impuestos son “malos impuestos” ya que que generan distorsiones y un “efecto cascada” sobre la actividad económica.
A la hora de señalar a los impuestos que más afectan a los usuarios del sistema financiero, desde Adeba apuntaron al que rige sobre créditos y débitos bancarios, conocido como impuesto al cheque; a los tributos sobre los ingresos brutos por las operaciones de créditos; a los impuestos a los ingresos por servicios prestados; o al impuesto a los ingresos sobre los instrumentos de liquidez del BCRA.
También apuntaron contra al tributo de sellos sobre tarjetas y otras operaciones financieras; a las tasas municipales por sucursales; y a las tasas municipales por cajeros automáticos y terminales de autoservicio, entre otros.
Además de los impuestos, expresó Adeba a través del mencionado informe, hay retenciones y percepciones de IVA, Ganancias e IIBB sobre las operaciones de pagos, que en la práctica constituyen mayor carga impositiva y desalientan el uso de los servicios financieros.
“Estas cargas e impuestos encarecen las operaciones de créditos y de pagos que realizan los usuarios bancarios y reducen los ingresos recibidos por los depositantes. Todos los impuestos distorsivos, tales como ICD, IIBB, tasas municipales desproporcionadas, terminan siendo pagados por los usuarios del sistema financiero”, señala el trabajo.
¿Qué tan elevada es la carga tributaria en Argentina?
Según explica el trabajo de Adeba, las empresas y personas que toman un crédito muchas veces terminan pagando lo mismo de impuestos que por intereses. Para graficarlo, desde la Asociación de Bancos Argentinos citan un estudio de Fundación Mediterránea, que sostiene que los impuestos representan, en promedio, el 44% de lo que se paga al tomar un préstamo, mientras que la tasa de interés sin impuestos representa el 56% restante. Por todo ello es que desde los bancos dicen que “la toma de préstamos, tanto para inversión como para consumo, está penalizada y desalentada por la alta carga tributaria de Nación, Provincias y Municipios”.
El trabajo de Adeba cita también un estudio de D´Alessio Irol y Fundación Capital, que indica que la carga de impuestos directos e indirectos en Argentina son más que el doble del promedio de Brasil, Chile, México y Paraguay.
Repensar el sistema impositivo
Por todo ello es que desde a través del mencionado informe, Adeba llamó a “repensar el sistema impositivo” de la Argentina. “Para poder desarrollar su economía, Argentina necesitará aumentar sustancialmente los volúmenes de depósitos y créditos bancarios los próximos años. Eso solo será posible recuperando la confianza en la moneda nacional y reduciendo la presión impositiva que Nación, Provincias y Municipios ejercen sobre la actividad financiera”, indicaron.
Con la actual estructura impositiva, agrega el trabajo, “será muy difícil alcanzar los niveles de créditos bancarios necesarios para financiar el desarrollo económico requerido para incrementar la inversión, el trabajo y el consumo y así lograr reducir los actuales niveles de pobreza”.
Por ello plantean que “los tres niveles de gobierno deben llevar adelante políticas de gasto público compatibles con una reducción sostenible de los tributos y tasas que imponen a la actividad financiera”.
Las distintas fuerzas políticas y los gobiernos de las distintas jurisdicciones, señala Adeba, deben trabajar para que la financiación de sus necesidades individuales de gasto no termine gravando a los usuarios del sistema financiero y comprometiendo así las posibilidades del desarrollo del conjunto de la economía argentina.
“Es hora de analizar la forma de bajar la carga que Nación, Provincias y Municipios le imponen a las empresas y personas que toman créditos y usan servicios financieros. Solo así se darán las condiciones para que la economía cuente con la financiación necesaria para impulsar el desarrollo económico inclusivo los próximos años”, cierra el trabajo.