Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal
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Bloomberg Opinión — El antídoto de la Reserva Federal contra la alta inflación está funcionando. La demanda se enfría, los aumentos salariales se moderan y los precios suben más despacio que antes. Aun así, todavía es demasiado pronto para confiar en que, sin un mayor endurecimiento monetario, la inflación retrocederá hasta el objetivo del 2% fijado por el banco central.

Tras su reunión de hoy, los responsables de formular la política del banco central deberían dejarlo claro y subir la tasa de interés oficial otros 50 puntos básicos, hasta una horquilla de entre el 4,75% y el 5%. Los mercados financieros esperan un aumento menor, de 25 puntos básicos, tras cuatro subidas consecutivas de 75 puntos y una de 50 puntos el año pasado. A pesar de las buenas noticias recientes, sería pecar de timidez.

Es cierto que la inflación interanual general cayó de su máximo del 9,1% en junio pasado al 6,5% en diciembre. Y, como señalan los optimistas, esto no le hace justicia a la mejora de los últimos meses. Entre septiembre y diciembre, los precios al consumidor subieron sólo un 0,5%, es decir, aproximadamente un 2% anualizado, en línea con el objetivo del banco central.

Lamentablemente, si se excluyen los componentes volátiles, el índice de precios de los gastos de consumo personal básicos muestra un descenso más suave, del 2,9% (anualizado) en los tres últimos meses del año. Últimamente, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ha llamado la atención sobre una medida aún más limitada como mejor guía de las futuras presiones sobre los precios: el PCE de servicios básicos excluida la vivienda, que parece mantenerse estable en torno al 4%.

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La Reserva Federal también presta especial atención a los costos laborales. Estos también están aumentando más lentamente que antes, pero el ritmo reciente de entre el 4% y el 5% sigue siendo demasiado alto para ser coherente con una inflación del 2%. A pesar de los despidos de algunas grandes empresas tecnológicas y otras, el mercado laboral de EE.UU. sigue siendo tenso según los estándares más recientes, con una tasa de desempleo de sólo el 3,5% y una relación persistentemente alta entre vacantes y demandantes de empleo.

También hay que tener en cuenta un tercer factor: A pesar de la subida de tasas de interés en el último año, las condiciones financieras generales (a las que las tasas de interés están destinadas a afectar) se han suavizado últimamente. Según las medidas que tienen en cuenta el riesgo, el crédito y el apalancamiento, el estado de ánimo en los mercados financieros se está recuperando, quizá prematuramente, y de una forma que podría socavar los esfuerzos de la Reserva Federal.

Fijar la tasa de interés oficial en estas circunstancias dista mucho de ser una ciencia exacta. La Reserva Federal se esfuerza por encontrar un estrecho margen entre dar por ganada la lucha contra la inflación, lo que podría permitir que se afianzara una inflación superior a la prevista, y frenar demasiado la demanda, lo que podría llevar a la economía a la recesión. A pesar de su tardanza en subir las tasas, sus esfuerzos hasta ahora han ido bien.

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Aun así, la subida de un cuarto de punto prevista para hoy corre el riesgo de señalar una relajación de su determinación de conseguir que la inflación llegue hasta el final. La Fed debería despejar cualquier duda sobre su compromiso.

—Editores: Clive Crook, Timothy Lavin.