¿Riesgo de cáncer? los peligros del tren tóxico descarrilado en Ohio

Si bien los residentes pueden volver a sus casas, muchos siguen preocupados por los efectos a largo plazo. La operadora del tren podría ver pérdidas millonarias

Imagen del tren descarrilado
Por Thomas Black
15 de febrero, 2023 | 10:17 AM
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Bloomberg — A casi dos semanas de que un tren que llevaba químicos carcinógenos descarrilara en East Palestine, en Ohio, aún no está clara la magnitud del daño. Los ferrocarriles tienen retrasos y la operadora, Norfolk Southern Corp., podría enfrentar pérdidas de decenas de millones de dólares.

Si bien se ha permitido a los residentes volver a sus casas, muchos siguen preocupados por los efectos a largo plazo del hecho. Algunos vieron como una gran nube se elevaba por sobre el tren luego de que Norfolk Southern, junto con las autoridades, quemara algunos de los vagones para evitar una posible explosión.

“He tenido conversaciones con algunas personas que viven justo cerca de la zona cero y que dudan en volver”, dijo James Wise, un abogado local que presentó una demanda colectiva contra Norfolk Southern en nombre de algunos residentes. “Hay gente con niños pequeños y no saben qué efectos va a tener”.

EAST PALESTINE, OH - 14 DE FEBRERO: Se instalan bombas y mangueras para desviar el agua cerca de las vías del tren el 14 de febrero de 2023 en East Palestine, Ohio. Un tren operado por Norfolk Southern descarriló el 3 de febrero, liberando gases tóxicos y obligando a la evacuación de los residentes. (Foto de Angelo Merendino/Getty Images) Fotógrafo: Angelo Merendino/Getty Images Norteamérica

Es probable que Norfolk Southern tenga que hacer frente a un cargo especial en el primer trimestre para cubrir los costos del accidente, según escribió el martes en un informe Jason Seidl, analista de Cowen Inc. Las acciones de la empresa ya han bajado casi un 7% desde el descarrilamiento. Las operaciones ferroviarias se reanudaron la semana pasada, aunque continúan los retrasos.

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Vertido cancerígeno

El tren de 150 vagones de Norfolk Southern transportaba una veintena de vagones con sustancias químicas como cloruro de vinilo, acrilato de etilhexilo e isobutileno, según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés). El cloruro de vinilo, que se utiliza para fabricar la resina plástica conocida como PVC, es un carcinógeno relacionado con el cáncer de hígado, cerebro y pulmones, según el Instituto Nacional del Cáncer.

Es difícil saber con exactitud qué cantidad de sustancias químicas se quemaron en el incendio y qué cantidad pudo filtrarse al suelo y a los cursos de agua circundantes. Según la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Ohio, las muestras de aguas superficiales tomadas por Pace Analytical Services el 4 de febrero detectaron contaminantes procedentes del descarrilamiento.

El vertido causó la muerte de 3.500 peces, según el Departamento de Recursos Naturales de Ohio. Según las autoridades, no afectó al ganado. Sin embargo, circularon informes en las redes sociales sobre pollos y animales domésticos muertos. No hubo víctimas ni heridos inmediatos.

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Desde que se extinguió el incendio, el 8 de febrero, “el control del aire no ha detectado ningún nivel preocupante para la salud en la comunidad que se atribuya al descarrilamiento del tren”, señaló el martes un comunicado del administrador regional de la EPA.

La EPA ha instado a Norfolk Southern a reembolsarle lo antes posible los gastos relacionados con el accidente, citando su “responsabilidad potencial” en una carta fechada el 10 de febrero. El CEO de la empresa, Alan Shaw, prometió que la empresa se haría cargo de una limpieza a fondo, según declaró el martes el Gobernador de Ohio, Mike DeWine. Un representante de Norfolk Southern confirmó el compromiso.

Fuente: Captura de TV

Decenas de millones

Los ferrocarriles son el medio de transporte por excelencia de los materiales peligrosos que circulan por EE.UU., y en 2021 transportaron 992 millones de toneladas de este tipo de productos, según el American Chemistry Council. Según la legislación estadounidense, los transportistas ferroviarios deben transportar productos químicos incluso si el riesgo potencial de hacerlo supera la recompensa.

Aunque los descarrilamientos de trenes ocurren con bastante regularidad, los que afectan a materiales peligrosos son menos habituales. De los más de 12.000 descarrilamientos registrados por la Oficina de Estadísticas de Transporte en la última década, sólo 224 transportaban materiales peligrosos, según los analistas de JPMorgan Chase & Co (JPM).

En 2005, Norfolk Southern sufrió un descarrilamiento de 16 vagones en Graniteville, Carolina del Sur, que incluía un vagón cisterna con cloro. En aquel accidente murieron 10 personas y se tardó años en limpiarlo, según Seidl, de Cowen. El ferrocarril incurrió en unos US$35 millones de gastos relacionados con ese incidente.

Otro accidente con cloruro de vinilo ocurrió en 2012, cuando un tren de Conrail descarriló en Paulsboro, Nueva Jersey. Ariel Rosa, analista de Credit Suisse Group AG (CS), señaló en un informe del 13 de febrero que ese accidente causó daños por valor de unos US$30 millones.

“Nuestra revisión del historial de este tipo de incidentes no mortales sugiere que los daños suelen oscilar entre varios millones de dólares y varias decenas de millones”, dijo Rosa.

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Wise, el abogado local, dijo que en este momento hay más preguntas que respuestas. Se vio obligado a evacuar su despacho y lo mantuvo cerrado después de que su ayudante regresara el 9 de febrero y encontrara un olor persistente. “¿Cuáles son los efectos duraderos? ¿Se verá afectada el agua? ¿Afectará a nuestra salud?

Wise decidió mantener cerrada la oficina hasta el pasado lunes.

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