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Bloomberg — La OMS ha señalado que es poco probable que el mundo alcance la meta mundial de disminuir en un 30% la ingesta de sal para 2025, y responsabiliza de ello a la inacción de los gobernantes.
En un informe divulgado esta semana, la Organización Mundial de la Salud indica que únicamente el 3% de la población global se encuentra cubierta por programas obligatorios de disminución del consumo de sodio, en tanto que el 75% de los países pertenecientes a la OMS no aplican íntegramente tales directrices.
Aunque el sodio es un ingrediente fundamental de la sal común, su consumo excesivo eleva el peligro de enfermedades cardiacas, derrames cerebrales y muerte prematura. La organización ha pedido a sus 194 países miembros que introduzcan inmediatamente mecanismos para disminuir el consumo de sodio, y ha calculado que unas iniciativas eficaces en función de los resultados permitirán salvar siete millones de vidas globalmente de aquí a 2030.
“No podemos incumplir esta meta de sanidad pública absolutamente asequible y lograble”, declaró el director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la Organización Mundial de la Salud, Francesco Branca.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/Q6ZAJSYSSZFQTCR4L3Y7T6GJQA.jpg "La falta de actividad física le cobra US$27.000 millones al año a la economía: OMS")
Solo nueve países cuentan actualmente con un grupo integral de políticas recomendadas. La ingesta per cápita promedio mundial de sal es de 10,8 gramos al día, más del doble de la recomendación de la OMS de menos de 5 gramos.
Las comidas preparadas y salir a comer pueden amplificar los riesgos para la salud porque los consumidores no pueden controlar la cantidad de sal que se usa. En el Reino Unido, donde alrededor de una cuarta parte de las calorías se consumen fuera de casa, las personas consumen una media de más de 7 gramos de sal al día. Las comidas que se venden en las cadenas populares entre los trabajadores de oficina ocupados suelen tener un alto contenido de sal.
Por ejemplo, el plato de sushi Itsu Classics contiene más de la mitad del máximo diario recomendado por la OMS, según la información nutricional de su sitio web. Las opciones a base de plantas pueden ser aún más saladas: la colección de sushi Veggie de la cadena contiene casi 6 gramos de sal, más que la cantidad diaria recomendada. Julian Metcalfe, fundador de Itsu, dijo que la mayoría de los platos de la cadena son bajos en grasas y calorías, mientras que el alto contenido de sal generalmente proviene del miso y las algas, ambos considerados ingredientes saludables.
Los sándwiches de cadenas como Greggs Plc suelen contener alrededor del 40% de la cantidad recomendada. Un portavoz de Greggs Plc no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/KDGPSYAK55HZVI2CO6PQ5IORO4.jpg "Los países de Latinoamérica en los que es más caro llevar una dieta saludable")
El gobierno ha exigido a las grandes cadenas que agreguen contenido calórico a los menús y envases de alimentos, pero hasta ahora las pautas para la industria alimentaria, incluidos los restaurantes y cafés, para reducir la sal, el azúcar y las calorías han sido voluntarias.
Los supermercados tampoco están logrando avances suficientes en el Reino Unido. Un análisis publicado por la Universidad de Oxford en octubre encontró que, en general, el contenido promedio de sal de los productos alimenticios vendidos en los supermercados no mostró cambios entre 2015 y 2020.
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