Opinión - Bloomberg

¿Cuál es el mejor lugar para sobrevivir al próximo cataclismo?

Cartelería en el exterior de una tienda Gap en Nueva York, Estados Unidos, el jueves 9 de marzo de 2023. Está previsto que Gap Inc. publique sus resultados el 9 de marzo.
Por Tyler Cowen
08 de abril, 2023 | 03:24 PM
Tiempo de lectura: 3 minutos

El apocalipsis no está cerca, como sostengo desde hace tiempo, pero ¿qué hay de un cataclismo? Me refiero a un acontecimiento violento, repentino y extremo: El mes pasado, un asteroide lo bastante grande como para destruir una ciudad pasó entre la Tierra y la Luna. La posibilidad de un intercambio nuclear es mayor de lo que ha sido en décadas. Los científicos siguen estudiando el impacto global de la erupción el año pasado de un supervolcán en el Pacífico Sur.

Si temes que Estados Unidos se enfrente pronto a un cataclismo de algún tipo, quizá te preguntes dónde deberías aguantar. Tengo una respuesta contraintuitiva: Si vives en una zona urbana densa, quédate donde estás, sobre todo si, como yo, vives en los suburbios de Washington D.C.

La mayor ventaja de la región de Washington es que, en caso de catástrofe real, recibiría mucha ayuda directa. No es sólo que el Congreso y la Casa Blanca estén cerca: también lo están el Pentágono, el FBI, la CIA y cientos, si no miles, de organismos gubernamentales. En la medida en que pueda haber una respuesta de emergencia a un cataclismo, se dará prioridad a la zona de Washington.

La región también cuenta con abundantes hospitales y médicos, y una amplia variedad de unidades de mantenimiento del orden -incluidas las diversas agencias federales, así como la policía de Maryland, Virginia y D.C. Si lo que importa es que se restablezca el orden, Washington será mejor que la mayoría de los lugares.

PUBLICIDAD

Por supuesto, un argumento en contra es que Washington tiene más probabilidades que la mayoría de los lugares de sufrir un cataclismo, especialmente si implica un intercambio nuclear o alguna otra arma de destrucción masiva. Pero hay “buenas noticias”, entre comillas: Si un enemigo extranjero está realmente decidido a atacar la capital de Estados Unidos, el conflicto puede ser tan extremo que no importará a dónde vayas. (Si yo fuera una potencia extranjera que atacara Estados Unidos, Washington no sería mi primera opción como objetivo, ya que prácticamente garantizaría la destrucción completa de mi propio país).

Soy consciente de que mi consejo va en contra de la recomendación habitual de conseguir una cabaña en alguna zona remota del Oeste americano. Y es cierto que podrías ir allí con una escopeta y estar a salvo de los saqueadores y del riesgo de disturbios civiles. Aun así, cuando se trata de conseguir comida o atención médica, por no hablar del servicio de Internet, prefiero estar en una zona densamente poblada. La gente suele unirse en momentos de extrema necesidad, así que me gustaría estar cerca de más gente, no de menos.

Otra respuesta habitual a la pregunta de adónde debería ir es abandonar Estados Unidos y comprar una segunda residencia o un búnker en Nueva Zelanda. Nueva Zelanda tiene grandes ventajas: Es relativamente segura, tiene mucha agua y podría ser autosuficiente en agricultura y alimentación. Su relativo aislamiento podría ser una verdadera ventaja si se produjera un intercambio nuclear.

PUBLICIDAD

No obstante, considero que la opción neozelandesa está sobrevalorada. Recuerden que el país se cerró a los extranjeros durante la pandemia de Covid - ¿podría hacer lo mismo en respuesta a un cataclismo repentino? E incluso si estuviera abierto a los extranjeros, llegar allí podría ser difícil.

Pero el problema no es meramente logístico. Si se produce un colapso de cierto grado del orden civil y económico, las redes sociales informales serán aún más cruciales, no sólo para el compañerismo, sino posiblemente para la supervivencia. Los neozelandeses son generosos -yo mismo viví allí-, pero la idea de que acogerían a un estadounidense rico que se bajara de su jet privado... digamos que podría no salir muy bien.

La historia de la humanidad está llena de catástrofes. Puede que no fueran tan objetivamente malos como lo que estoy postulando, pero no por ello dejaron de ser desgracias extremas. Y una de las formas en que la gente hizo frente a estos acontecimientos fue trasladarse a ciudades y centros de densidad de población. Excepto durante las pandemias, las economías de escala y de alcance han demostrado típicamente ser protectoras de los seres humanos.

Así que para los cuatro de cada cinco estadounidenses que viven en ciudades o suburbios, hay una buena noticia: si le preocupa un cataclismo, lo mejor que puede hacer es quedarse donde está.

PUBLICIDAD

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.

Lea más en Bloomberg.com