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No te obsesiones por tu huella de carbono

Bloomberg Opinión
Por Mark Gongloff
27 de abril, 2023 | 09:46 AM
Tiempo de lectura: 3 minutos

Bloomberg Opinión — Hay una famosa viñeta de 2016 de Matt Bors, que desde entonces se ha convertido en meme, en la que un campesino medieval dice: “Deberíamos mejorar algo la sociedad”. Un hombre engreído, tratando de pillar al campesino en la hipocresía, responde: “¡Y sin embargo, participas en la sociedad! !Curioso!”

En lo que respecta al cambio climático, demasiados de nosotros hemos interiorizado al hombre engreído. Quizá aún no podamos permitirnos comprar un coche eléctrico o una bomba de calor. Quizá no nos atrevemos a dejar de comer carne o a renunciar a los viajes de larga distancia. Quizá a veces nos da pereza reciclar. Puede que nos preocupe el cambio climático y querramos cambiar las cosas. Pero después de años de ser amedrentados por nuestras “huellas de carbono”, podemos sentir que estamos demasiado comprometidos para hacer algo bueno.

Vengo a decirte que no seas demasiado duro contigo mismo. Sí, es bueno tener presente la huella de carbono. Pero también es importante recordar que la idea misma de una “huella de carbono” individual fue inventada por BP Plc, una enorme empresa petrolera.

Centrarse en la huella de carbono individual distrae de la necesidad de hacer cambios sustanciales allí donde pueden tener mayor impacto: a nivel corporativo y gubernamental. Una supermayoría de la población de EE.UU. quiere que se tomen medidas contra el cambio climático, pero demasiados de nosotros tenemos miedo de pedirlas.

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“La huella de carbono de los consumidores hace que la gente se sienta tan ansiosa y culpable que cree que no tiene derecho a expresar lo que piensa porque piensa que es directamente responsable del cambio climático”, dijo en una entrevista Miranda Massie, fundadora del Museo del Clima de Nueva York, que trata de inspirar a la gente a la acción individual. “Ha sido un golpe maestro de villanía de dibujos animados”.

Tim McDonnell, de Semafor, señaló recientemente que un cambio en el comportamiento de los consumidores podría reducir un 5% las emisiones mundiales. McDonnell publicó un gráfico basado en las investigaciones de Diana Ivanova, de la Universidad de Leeds, en el que se muestra en qué medida las decisiones individuales de consumo pueden ahorrar carbono. A partir de sus datos, he elaborado un gráfico similar:

Hacerlo requiere grandes compras y cambios de hábito para que un individuo contribuya siquiera un poco a reducir las emisiones. No obstante, esas decisiones se multiplican a nivel sociedad

Como se puede ver en el gráfico, una persona que:

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  • entrega su todoterreno a gasolina al recuperador;
  • deja de comer animales y lácteos;
  • renuncia a sus vacaciones anuales en Grecia;
  • instala una bomba de calor y paneles solares; y
  • manda a su perro a una bonita granja al norte del estado, donde puede correr y jugar

puede ahorrar hasta seis toneladas de dióxido de carbono al año.

Eso es mucho. Pero pensemos en Walmart Inc. En 2021, el mayor minorista del mundo redujo las emisiones de carbono bajo su control directo en 1,94 millones de toneladas. Para igualar ese impacto, se necesitarían 323.333 conversos solares/veganos/sin coches, o más que toda la población de Lexington, Kentucky.

Por supuesto, esta es una forma excesivamente reduccionista de considerar las opciones individuales en materia de carbono. La mujer que compra un vehículo eléctrico y coloca paneles solares en su tejado envía una importante señal a sus vecinos de que está bien hacer esas cosas, lo que les hace más proclives a seguir su ejemplo. Cuantos más individuos tomen estas decisiones, más crecerá la oferta de productos ecológicos para satisfacer la creciente demanda. Esto también hará que sean más baratos, poniéndolos al alcance de más consumidores. Con el tiempo, quizá se consiga algo así como que la gente de Lexington, Kentucky, tome decisiones diferentes y tenga un gran impacto.

Es especialmente importante que las personas que tienen los medios para adoptar un estilo de vida con menos carbono lo hagan. Según la Agencia Internacional de la Energía, el 1% de los más ricos del mundo emite unas 1.000 veces más carbono que el 1% de los más pobres. Los Roy no necesitaban tomar ese jet privado de Santa Mónica a Santa Bárbara, y tú tampoco.

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Pero si eres una persona cuyos medios e impacto en el carbono te parecen demasiado modestos para marcar la diferencia, o si simplemente no puedes soportar desprenderte de vez en cuando de una hamburguesa In-N-Out, no debes desanimarte demasiado. Todavía puedes impulsar el cambio hablando con amigos y familiares, publicando en las redes sociales, escribiendo a los responsables de formular políticas, votando a políticos dispuestos a luchar contra el calentamiento global y haciendo donaciones a causas ecológicas, al tiempo que cambias tu estilo de vida en la medida de lo posible. Tu impacto va mucho más allá de tu huella de carbono.

Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg lp y sus propietarios.