:quality(75)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/bloomberglinea/BMKNNLVLJFHMDMFUU6AV5NW3E4.jpeg "Cómo Peso Pluma lidera la popularización de la música mexicana a nivel global")
Antes de Peso Pluma: el contexto de los 2000
Bloomberg — Bruno Del Granado, responsable mundial de música latina de Creative Artists Agency (CAA), pensaba que la explosión de la música latina llegaría en 1999. En mayo de ese año, Ricky Martin lanzó su álbum homónimo con canciones como Livin’ La Vida Loca, y por las mismas fechas otros artistas, como Enrique Iglesias y Shakira, dominaban las listas de éxitos. Pero cuando el verano se convirtió en otoño, la música latina se desvaneció, al menos en la corriente principal de Estados Unidos.
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No fue hasta 2017, con Despacito de Luis Fonsi y, más tarde, el éxito mundial de Bad Bunny, que batió récords con múltiples álbumes y singles, cuando Del Granado experimentó el momento que pensó que viviría a principios del nuevo milenio.
“Mira cómo los tres primeros meses de 2023 se perfilan como más grandes que el año pasado”, dijo. La música latina, añadió, “no para de crecer”.
El reggaetón, el rap en español y el pop siguen encabezando las listas de éxitos año tras año, mientras que, cada vez más, otro género también ha ido en aumento: La música mexicana. Este amplio género abarca diversas subcategorías, como norteño, corridos, mariachi y banda.
Los artistas más importantes del género aparecen en el nuevo Bloomberg Pop Star Power Ranking, como ya lo han hecho en meses anteriores. Natanael Cano y el Grupo Frontera aparecen entre los 25 primeros, mientras que Peso Pluma, un joven de 23 años de Guadalajara reina en el número uno.
El impacto de Peso Pluma en la música latina 2023
Las canciones de Peso Pluma se escucharon más de 600 millones de veces en Spotify en abril y más de 800 millones en YouTube, eclipsando a artistas de todos los géneros. El cantante, cuyo verdadero nombre es Hassan Emilio Kabande Laija, también se subió al escenario de Coachella y actuó en The Tonight Show Starring Jimmy Fallon .
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A finales de mes colaboró con Eslabón Armado para lanzar Ella Baila Sola, que se convirtió en la primera canción del género musical mexicano en alcanzar el número uno de la lista Global 200 de Billboard. Su música ha llegado a los oyentes en varios lugares en línea, incluyendo TikTok, donde apareció en cuatro de las canciones latinas en los puestos de tendencia en los EE.UU. en la plataforma de vídeo de formato corto en abril.
Tanto él como las demás superestrellas mexicanas de gran popularidad están abriéndose paso en el mercado estadounidense y en el resto del mundo, compartiendo su herencia cultural.
“No han sacrificado la música ni la esencia de lo que son”, afirma Del Granado.
México es el país hispanohablante más grande del mundo, con más de 120 millones de personas, y Estados Unidos también se encuentra entre los más grandes: se calcula que más de 40 millones de personas hablaban español en sus hogares en 2019. Muchos tienen ascendencia mexicana, lo que hace que el género triunfe en las plataformas de streaming. Los ejecutivos del sector afirman que Colombia también se está convirtiendo en un gran mercado, y que también tienen en el punto de mira a Brasil.
Eddie Ramos, vicepresidente sénior de estrategia de marketing y alianzas de DEL Records, y Bruce Ramos, vicepresidente sénior de monetización y desarrollo de negocios, trabajan con artistas como Eslabón Armado, Lenin Ramírez y Ulices Chaidez. Apoyarse en las plataformas sociales ayudó a sus artistas a crecer y llegar a gente de todo el mundo, dijeron.
Ella Baila Sola es ahora una canción global, señalaron. El género -y esta canción en especial- se ha convertido en un éxito tan grande en todas partes que están explorando territorios en Asia donde el equipo podría enviar a los artistas de gira debido a la actividad de streaming que han visto.
“Nos estamos abriendo paso entre gente que puede ser fan de otros géneros”, afirma Bruce Ramos, que destaca una remezcla EDM de Ella Baila Sola que sonó en el festival Electric Daisy Carnival de Las Vegas a principios de este mes.
El lado gris de Peso Pluma
Sin embargo, a pesar de su meteórico éxito, algunos artistas del género, en particular Peso Pluma y Natanael Cano, vienen acompañados de polémica. Ambos jóvenes artistas han sido calificados por algunos de hacer narcocorridos, canciones que glorifican a los cárteles y el narcotráfico. En una conversación con el canal de YouTube Soy Grupero, Peso Pluma dijo que es un artista que canta sobre la realidad de la vida cotidiana de muchas personas y que algunas canciones son “por encargo”, es decir, que la gente le pide que las escriba sobre hechos o personas específicas.
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“Está mal decir que es normal, todos lo sabemos”, dijo sobre cantar narcocorridos. “Pero lo que decimos y cantamos no es mentira”.
Rafael Acosta, profesor asociado de Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Kansas que ha estudiado los corridos, dijo que la crítica es hipócrita. Las películas en inglés también muestran imágenes de violencia y glorifican la idea de contraatacar a los enemigos y defender el propio terreno.
“Se trata de música que se dirige a personas con las que el Estado suele enemistarse”, afirma. “Estos grupos producen entonces este tipo de narrativas en las que refuerzan que se defenderán, que no pueden ser acosados sin consecuencias. No digo que sea una buena política social. Creo que demonizarlos sin reconocer que otros grupos participan en el mismo proceso y nunca son demonizados de la misma manera es hipócrita.”
En general, dice, la música es innovadora y buena, y está claro que resuena en gente de todo el mundo a la que podría no importarle el subtexto.
“Es una parte muy alegre de la experiencia mexicana, y esta alegría no tiene por qué implicar suscribirse a la violencia o participar en el mundo de las drogas, simplemente interactuar con otras personas, tocar y ser tocado por otras personas, comunicarse bailando y compartir una experiencia con la música”, dijo. “Ese contexto casi siempre se pasa por alto debido a todos los demás discursos que demonizan este género”.
Con la colaboración de: Andrea Navarro.
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