Buenos Aires — El Gobierno argentino se verá obligado a acelerar el esquema de devaluación actual, ante las elevadas expectativas de inflación en Argentina y el riesgo de un nuevo atraso en el plano cambiario, sostienen analistas del mercado.
“De continuar con el ritmo de 2% y tomando en consideración nuestra inflación proyectada (sin cambios en USD a nivel global), el tipo de cambio real de fin de febrero caería por debajo del nivel previo a la PASO de 2019 y de la post PASO 2023, cuando (el entonces ministro de Economía Sergio) Massa devaluó a $350″, calculó Aurum Valores.
De ese modo, estimó que al 29 de febrero próximo se llegaría un dólar equivalente a $512 (base $800 del 13 de diciembre último) frente a $559 del 9 de agosto de 2019, es decir, antes de las PASO de ese año y y los $569 del 14 de agosto de 2023.
¿Es sostenible el ritmo de devaluación?
“Tarde o temprano el Banco Central va a tener que abandonar este ritmo de devaluación e ir hacia algo más rápido”, opinó Alejandro Giacoia, economista en Econviews.
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En diálogo con Bloomberg Línea, analizó que “de seguir así, en poco tiempo el tipo de cambio real va a volver a estar atrasado, teniendo en cuenta que se necesita que esté en un nivel alto para acumular reservas”.
“Creo que todavía está a tiempo de simplemente acelerar el crawling y poder evitar un salto mayor, pero, a medida que pasen las semanas, va a ser cada vez más difícil corregirlo de esta manera y la probabilidad de una suba discreta crece”, puntualizó.
Sin embargo, aclaró que se debe “tener en cuenta que para acelerar el ritmo de devaluación va a tener que mover la tasa de interés, sino los exportadores no van a tener incentivos a liquidar”.
La necesidad de un “plan B”
El Gobierno argentino, en el plano de la macro, deberá contemplar un “Plan B”, en caso de que la inflación no responda a las pautas cambiarias y monetarias de corto plazo. Si el deslizamiento actual del dólar oficial, que implica pequeñas correcciones no logra anclar las expectativas, el equipo económico no podrá acelerar la devaluación y dejar el resto del programa tal cual está.
Así lo expresó un informe de Fundación Mediterránea, que además sostuvo: “Bajo las condiciones actuales, no se puede confiar todavía en una única ancla cambiaria y/o monetaria para hacer aterrizar las expectativas de inflación, debiendo recurrirse a un esquema de `anclas múltiples` que se refuercen entre sí”.
“En lo que va del 2024, el ‘blend` de tipo de cambio de exportación pasó de 841,5 pesos por dólar a 897,9 en el último dato. Se trata de una variación de 6,7 %, conseguida por una ampliación de la brecha cambiaria de 20,4% a 48,4% (el 20 % de las exportaciones se liquidan por el CCL). Obviamente, esta trayectoria abre interrogantes acerca del ritmo al que se seguirán recuperando reservas y cómo habrá de llegar el esquema cambiario a abril, el mes en el que el gobierno espera que ingresen a raudales los agrodólares”, apuntó.
En este sentido, consideró que “la brecha cambiaria opera como el `canario de la mina`, que pone en alerta al campamento cuando falta el oxígeno”.