Bloomberg — Perú liberará el jueves al encarcelado expresidente Alberto Fujimori, en el desafío más dramático del país andino a un tribunal internacional del que forman parte las principales economías de América Latina.
El martes, el máximo tribunal peruano ordenó la liberación inmediata de Fujimori, haciendo caso omiso de la decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de que debía permanecer en prisión.
La CIDH reiteró su decisión el martes por la noche, cuando la liberación de Fujimori parecía inminente. La autoridad penitenciaria de Perú dijo el miércoles que procedería a la liberación de Fujimori.
“Hay pocos países que se hayan rebelado antes contra la CIDH, son Nicaragua y Venezuela, por lo que Perú se estaría uniendo a un trío de rebeldes que desafían el derecho internacional”, dijo Diego García-Sayán, expresidente de la Corte IDH y más recientemente relator especial de Naciones Unidas sobre la independencia de jueces y abogados.
Fujimori, de 85 años, es una figura profundamente polarizadora en Perú. Bajo su mandato de 10 años, la economía peruana se recuperó de las profundidades de la hiperinflación y un grupo rebelde maoísta fue derrotado a principios de la década de 1990.
Sin embargo, Fujimori se hizo con el poder de forma ilegal y en 2009 fue condenado por violaciones de los derechos humanos, incluido el uso de escuadrones de la muerte.
Su salud es precaria y lleva en prisión desde 2005, cumpliendo ahora la mayor parte de su condena de 25 años.
Abandonar la jurisdicción de la CIDH ha sido durante mucho tiempo un objetivo de la extrema derecha peruana, incluida Fuerza Popular, el partido que ahora lidera Keiko, la hija de Fujimori.
Fuerza Popular ha apoyado a la actual presidenta Dina Boluarte en el Congreso, aunque el índice de aprobación de la impopular dirigente se ha hundido por debajo del 10%.
No es la primera vez que un tribunal peruano intenta liberar a Fujimori. En 2022, el mismo alto tribunal ordenó su liberación, pero el gobierno del entonces presidente Pedro Castillo no ejecutó la sentencia del tribunal local, optando en su lugar por seguir una decisión separada de la CIDH.
Fujimori fue indultado inicialmente en 2017 por el presidente Pedro Pablo Kuczynski, en un momento en que el bloque de Fujimori en el Congreso amenazaba con destituirlo.
Sobrevivió a la destitución de 2017, pero dimitió tres meses después tras otro intento de destitución, que contó con el apoyo del bloque fujimorista.
Fujimori fue liberado en 2017, pero volvió a la cárcel en 2018 cuando un tribunal local anuló el indulto de Kuczynski, diciendo que se había obtenido ilegalmente.
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