Bloomberg Línea — El auge bursátil impulsado por la inteligencia artificial consolidó su dominio durante 2025, pero Barclays advierte que este ciclo de entusiasmo está llegando a un punto de inflexión.
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La entidad prevé que 2026 será un año de transición, en el que los portafolios comenzarán a alejarse de la alta concentración en los gigantes tecnológicos, como las Siete Magníficas, abriendo paso a un entorno más diversificado y fundamentado en los resultados corporativos.
Los analistas del banco consideran que el impulso generado por la IA, que llevó a los mercados a máximos históricos, está dando señales de agotamiento. Aunque el tema tecnológico sigue siendo relevante, su peso excesivo ha introducido vulnerabilidades estructurales.
Las compañías tecnológicas y de servicios de comunicación lideraron las ganancias globales con alzas del 31 %y 29% respectivamente, mientras que el índice MSCI All Country World se valorizó un 20%.
“El grupo de las Siete Magníficas aportó más del 20% de las ganancias bursátiles globales en lo que va del año y más del 40% del retorno del S&P 500”, señaló Dorothée Deck, directora de estrategia de activos cruzados de Barclays. Esta concentración de liderazgo dejó a la mitad de los integrantes del S&P 500 y del Stoxx Europe 600 cotizando al menos un 20% por debajo de sus picos previos, a pesar de los récords de ambos índices.
Camino a la exigencia de resultados
La apreciación bursátil reciente se sustentó más en la expansión de valoraciones que en el crecimiento de utilidades. Según Barclays, los múltiplos precio/utilidad aumentaron 14% anualizado en los últimos tres años, frente a un avance del 5% en los beneficios corporativos. Esto ha dejado a las acciones, especialmente las estadounidenses, en niveles de valoración históricamente elevados.
El S&P 500 cotiza a 23 veces sus utilidades proyectadas, lo que implica una prima del 40% sobre su promedio de 20 años. En contraste, Europa, Reino Unido y mercados emergentes se negocian con primas más moderadas, de 13%, 6% y 20% respectivamente.
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En este contexto, Barclays sostiene que la clave del rendimiento estará en la capacidad de las empresas de sostener márgenes y generar flujos de caja. “La entrega de resultados, no la expansión de múltiplos, será el motor decisivo de los retornos”, afirmó Deck.
Ante una economía global que se desacelera hacia niveles ligeramente por debajo de la tendencia, la dispersión de desempeños entre sectores y regiones aumentará. La estratega subrayó que “los inversionistas deberían prepararse para una mayor dispersión tanto dentro como entre los mercados”.
El informe también destaca los riesgos asociados a la sobreexposición a un grupo reducido de acciones. La sensibilidad del mercado a noticias específicas sobre estos títulos eleva la probabilidad de episodios de volatilidad si se produce una corrección en sus valoraciones. Frente a ese escenario, Barclays recomienda ampliar la exposición geográfica, sectorial y por estilos de inversión.
Rotación hacia calidad y regiones infravaloradas
La estrategia para 2026 se basa en una rotación gradual desde los megacaps estadounidenses hacia activos con fundamentos más sostenibles. En particular, Barclays identifica valor en acciones del Reino Unido, Europa continental y mercados emergentes.
“Seguimos recomendando diversificar más allá de los megacaps estadounidenses, donde las valoraciones y la concentración son más extremas”, explicó Deck.
El mercado británico opera con uno de los mayores descuentos frente a sus pares globales en dos décadas. Sus altos dividendos y su sesgo hacia sectores defensivos como energía, consumo básico y servicios financieros lo convierten en una opción para generar ingresos estables. En Europa, la analista señaló que “el impulso de beneficios está mejorando”, con apoyo de grandes compañías de lujo, semiconductores y consumo.
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En los mercados emergentes, las valoraciones siguen siendo bajas. La combinación de una política monetaria más laxa en Estados Unidos, un dólar más débil y el repunte de Asia, liderado por China, crea condiciones propicias para una recuperación selectiva.
Además, el informe resalta que el siguiente capítulo de la IA no estará liderado por los constructores de infraestructura, sino por los sectores que la adopten para mejorar eficiencia, seguridad y sostenibilidad.
“Esto marca el paso de un entusiasmo especulativo a oportunidades estructurales respaldadas por flujos de caja en la economía real”, escribió Deck. Entre los sectores favorecidos se encuentran salud, defensa, ciberseguridad, manufactura automatizada y energía limpia. El informe subraya que el auge de la IA continuará, pero su foco se desplazará hacia sus aplicaciones prácticas.
En este nuevo escenario, Barclays también da prioridad a las compañías de alta calidad, definidas por balances sólidos, retornos sostenibles sobre el capital y crecimiento constante de utilidades. Esta clase de activos, que quedó rezagada durante el rally liderado por la IA, podría recuperar protagonismo en un entorno donde la volatilidad aumente y los fundamentos vuelvan a ser el centro del análisis.
Bonos en el radar
El reporte de Barclays también presenta una visión constructiva sobre los bonos, aunque subraya la necesidad de una gestión activa y selectiva. La rentabilidad de los bonos corporativos BBB a mediano plazo superó el 8 % en 2025, mientras que los de mercados emergentes en grado de inversión en dólares se acercaron al 10 %.
Ante un entorno de crecimiento bajo, inflación moderada y tipos de interés descendentes, la renta fija vuelve a ganar atractivo. “Históricamente, las bajadas de tipos han respaldado los retornos de los bonos”, escribió Michel Vernier, jefe de renta fija.
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No obstante, advirtió que “el éxito en 2026 dependerá de una interpretación oportuna y correcta de los datos entrantes y de una cuidadosa selección entre los segmentos de bonos”.
La presión por el lado de la oferta de deuda pública es uno de los factores que podría introducir volatilidad en el mercado. El Tesoro de Estados Unidos prevé mantener en US$1,5 billones la emisión neta de deuda en manos privadas durante 2026, aunque se espera que aumente a partir de entonces.
En Europa, el diferencial entre los bonos franceses y alemanes a 30 años superó los 100 puntos básicos, un nivel no visto desde la crisis del euro de 2012. El informe alerta que “la falta de una hoja de ruta fiscal creíble en Francia representa riesgos no solo para sus bonos, sino que podría desencadenar preguntas más amplias sobre otros países como Italia y Alemania”.
Ante estas tensiones, los bancos centrales podrían volver a desempeñar un papel más activo. La Reserva Federal ya ha anunciado que dejará de reducir su balance y comenzará a reinvertir todos los vencimientos de bonos del Tesoro.
Vernier señaló que el enfoque para 2026 debe centrarse en “calidad y duración media”, destacando a los bonos BBB y BB como los más atractivos. También mencionó que los híbridos de emisores sólidos ofrecen primas adicionales sin un riesgo excesivo. La clave estará en “mantenerse selectivo”, ya que “no todos los segmentos se comportarán igual”.
Barclays concluye que 2026 marcará el inicio de una etapa más equilibrada en los mercados. La era de concentración extrema y valoraciones expansivas parece estar llegando a su fin. “El superciclo de la IA está evolucionando, pasando de invertir en unos pocos a invertir a través de muchos”, sintetizó Deck.