El precio del oro hacia los US$5.000: el cambio estructural que anticipa Saxo Bank

La reconfiguración del sistema financiero global, el dominio fiscal y la consolidación del oro como activo estratégico explican el fuerte repunte del metal y su potencial para subir su precio.

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Bloomberg Línea — El oro ha tenido uno de los desempeños más notables de su historia reciente. Sólo en lo que va de 2025, el metal acumula una ganancia de 64,3% en dólares. En dos años, el precio se ha más que duplicado y ha superado el 110% de revalorización. Para Saxo Bank, este movimiento no es coyuntural, sino el resultado de una transformación de fondo en la estructura del mercado y del orden económico global.

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El banco danés ha proyectado que el oro podría alcanzar los US$5.000 antes de que finalice 2026. La tesis no se basa únicamente en factores cíclicos como inflación o tipos de interés, sino en un viraje más profundo que involucra a bancos centrales, tensiones geopolíticas, riesgos fiscales y debilitamiento del marco macroeconómico tradicional.

Según Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas de Saxo Bank, “el oro ha experimentado un cambio de régimen”. De acuerdo con el analista, antes el metal “estaba impulsado principalmente por los rendimientos reales y el dólar”, mientras que ahora “se ha convertido en un activo estratégico respaldado por la demanda estructural de los bancos centrales, la fragmentación geopolítica y el aumento de los riesgos fiscales”.

El papel de los bancos centrales

El punto de inflexión más importante para la estructura del mercado de oro se produjo en 2022, tras la invasión rusa a Ucrania. La decisión de congelar las reservas de divisas del Banco Central de Rusia marcó un precedente para otras economías. A partir de entonces, diversos bancos centrales fuera del eje occidental comenzaron a revisar su estrategia de reservas.

Desde 2022, la demanda oficial superó las 1.000 toneladas anuales, un nivel históricamente elevado. Las tenencias en ETF, en contraste, se redujeron en más de 800 toneladas entre abril de 2022 y mayo de 2024. “Los bancos centrales se han convertido en el principal comprador marginal”, indicó Hansen.

El analista explicó que este fenómeno “ha absorbido las ventas de los inversores occidentales, reduciendo la sensibilidad del oro a mayores rendimientos y contribuyendo a establecer un precio mínimo duradero”.

El efecto ha sido visible en la evolución del precio del oro frente a los tipos reales. Entre 2022 y 2023, los rendimientos reales de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años pasaron de -1,2% a 2,5%. Aun así, el oro no solo evitó una caída, sino que consolidó su tendencia al alza.

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En ese contexto, Hansen señala que “la resiliencia del oro durante el aumento repentino de los rendimientos reales entre 2022 y 2023 pone de relieve cómo la demanda asiática y del sector oficial ha diluido la influencia de los tipos de interés y las divisas en la formación de precios”,

El nuevo rol estratégico del oro

La demanda asiática ha sido otro de los pilares en este ciclo. La debilidad prolongada del sector inmobiliario chino ha desplazado parte del ahorro privado hacia metales como el oro, la plata y el platino.

El Banco Popular de China también ha ampliado sus compras oficiales de oro. Esta dinámica es relevante porque “la demanda asiática tiende a ser menos sensible a los tipos de interés que los flujos de inversión occidentales”, dice Hansen. Esto ha restado protagonismo a las variables tradicionales en la formación del precio.

Además del rol de Asia y los bancos centrales, la narrativa institucional también ha cambiado. “Cada vez más, se lo considera un activo estratégico: un seguro contra las sanciones financieras, la dominancia fiscal y la erosión de la confianza en los sistemas fiduciarios”, sostiene Hansen.

La proyección hacia 2026 contempla varios escenarios que podrían consolidar el avance hacia los US$5.000. Entre ellos, una inflación persistente que coincida con recortes de tipos, lo cual podría generar un entorno de estanflación. También destaca la situación fiscal de Estados Unidos.

Hansen indica que “el dominio fiscal cobra cada vez mayor importancia, especialmente en EE.UU., donde el pago de intereses se encuentra entre las partidas más importantes del presupuesto federal”.

Otro factor que podría acelerar el alza es el deterioro en la independencia de los bancos centrales. “La preocupación de que la Reserva Federal pueda verse presionada a priorizar el crecimiento o las consideraciones fiscales sobre la estabilidad de precios probablemente socavaría la confianza en las monedas fiduciarias”, según el análisis de Saxo Bank.

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El informe también subraya que el riesgo geopolítico no debe considerarse resuelto ni absorbido por completo en los precios actuales. “La erosión gradual del orden mundial posterior a la Guerra Fría, marcada por la rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China, representa una fuente persistente de incertidumbre”, según el equipo de Saxo. Esto configura un entorno favorable para los activos tangibles.

En la lectura que plantea el banco, la trayectoria del oro no es simplemente el reflejo de un ciclo monetario o de coberturas tácticas. “Señala una transición más profunda en el sistema financiero global, donde la confianza, la diversificación y la resiliencia se han vuelto tan importantes como el rendimiento y el crecimiento”, concluye Hansen.