Desde el 11 de diciembre, unos 14 buques han cargado, y al menos seis de ellos estaban sometidos a sanciones, según datos de la empresa de inteligencia marítima Kpler.
Detrás del boom productivo hay un problema menos visible. Información fragmentada que demora decisiones y encarece la operación en shale y campos convencionales.
El buque llegó recientemente a Amuay, donde se encuentra el mayor complejo de refinación de Venezuela, según los movimientos de buques rastreados por Bloomberg.
Chevron, que cuenta con una licencia de Estados Unidos para perforar y exportar petróleo desde el país, terminó de cargar un envío en el buque Searuby.
La presión bajista sobre los precios del petróleo a nivel global redefine el entorno externo de Colombia, en un escenario en el que el consenso del mercado anticipa cotizaciones más bajas en 2026 y una dinámica de oferta que supera al crecimiento de la demanda.
Washington impuso esta semana un bloqueo a los petroleros sancionados procedentes de Venezuela, y Trump acusó a Caracas de arrebatar a EE.UU. “derechos energéticos”.