Farmacéuticas inyectan una crisis de derechos humanos en vacunación Covid: AI

Amnistía Internacional evaluó la política y propiedad intelectual de seis firmas. Del total de dosis de vacunas aplicadas en el mundo, solo un 0,3% ha ido a los países de bajos ingresos.

Un trabajador de Salud prepara una tercera dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech en París.
11 de octubre, 2021 | 04:14 PM

La creación de las vacunas contra el Covid-19 representó la luz al final del túnel de la actual pandemia que ha afectado a todo el mundo desde comienzos de 2020.

Seis firmas de la industria farmacéutica han protagonizado la lucha contra la pandemia, aunque de manera paralela han provocado una crisis sin precedente de derechos humanos al negarse a renunciar a los derechos de patente, señala Amnistía Internacional (AI).

De acuerdo con la editorial científica Elsevier, la patente farmacéutica es aquel documento oficial que concede el derecho exclusivo para la explotación de una determinada invención. En el caso de las vacunas se trata de un producto, entendido como el principio activo o la composición de principios activos de un medicamento.

La patente de producto “es la protección de un nuevo producto con efectos terapéuticos, sea cual sea el procedimiento con el que se ha obtenido, como consecuencia de un costoso trabajo de investigación. Este tipo de patente se conoce como patente fuerte”, indica Elsevier.

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En marzo, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a las farmacéuticas renunciar a los derechos de patente de las vacunas hasta que la pandemia llegue a su fin, ya que estos “tiempos sin precedentes” justifican la decisión, apegándose a las cláusulas especiales de emergencias del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Esas cláusulas existen para su uso en emergencias”, dijo Tedros. “Si ahora no es el momento para usarlas, ¿entonces cuándo?

Amnistía Internacional analizó: la política de derechos humanos, la estructura de fijación de precios, el historial de compartido de patentes, conocimientos y tecnología, la asignación equitativa de las dosis de vacunas disponibles, y la transparencia de cada empresa.

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Se trata de AstraZeneca plc, BioNTech SE, Johnson & Johnson, Moderna, Inc., Novavax, Inc. y Pfizer, Inc. que han sido evaluadas en el informe Dosis doble de desigualdad: Las empresas farmacéuticas y la crisis de las vacunas contra la COVID-19.

Ver más: Monitor Covid: Así avanza la vacunación y los casos en América Latina

Estas firmas son las mayores desarrolladoras de vacunas en acuerdos de entrega de dosis, según el Tablero de Información sobre el Mercado de la Vacuna contra la COVID-19 de UNICEF (julio 2021).

“Pese a que reciben importes multimillonarios de fondos públicos y pedidos anticipados que en la práctica eliminan el riesgo normalmente asociado con el desarrollo de medicamentos, los fabricantes de vacunas han monopolizado la propiedad intelectual, impedido la transferencia de tecnología y llevado a cabo un trabajo agresivo de incidencia contra las medidas que podrían ampliar la fabricación global de estas vacuna”, indica AI.

Amnistía indica que estas empresas se han negado a participar en las iniciativas internacionales que, como el C-TAP, se han concebido para impulsar el suministro global de las inyecciones mediante el uso compartido de la tecnología. “Ninguna de las empresas ha concedido licencias globales y no exclusivas a otras empresas”, menciona la ONG.

Ver más: Merck busca una autorización de uso de emergencia para su píldora Covid

El programa Covid-19 Technology Access Pool (C-TAP) fue creado en mayo de 2020 por la OMS y socios para proporcionar una ventanilla global para que los desarrolladores de terapias, diagnósticos, vacunas y otros productos de salud Covid-19 compartan conocimiento y datos con fabricantes de calidad garantizada.

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Sobre el acceso en cuanto a tarifas y precios, AI refiere que Pfizer/BioNTech y Moderna son las firmas que “han aplicado los precios más elevados por sus vacunas y han obtenido ganancias considerables”. Según previsiones de Airfinity, empresa de análisis e información científica, sus ingresos estimados durante el periodo 2021-2022 por la venta de inoculaciones ascenderían a más de US$130.000 millones.

Distribución de vacunas

Amnistía destaca que casi ninguna de las farmacéuticas mencionadas da prioridad a las entregas dirigidas a los países pobres:

De alrededor de 6.000 millones de dosis de vacunas administradas en todo el mundo, un “insignificante” 0,3% ha ido a los países de bajos ingresos, y más del 79% va a los países de ingresos altos y medianos altos, según la ONG.

“Están sumiendo a algunas zonas de Latinoamérica, África y Asia en nuevas crisis, llevando así al límite absoluto a los debilitados sistemas de salud y causando semanalmente decenas de miles de muertes evitables. En muchos países de bajos ingresos ni siquiera el personal sanitario y la población en situación de riesgo han recibido la vacuna”, afirma Agnès Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional.

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Airfinity estimó a principios de septiembre que el Grupo de los Siete (G7), conformado por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, y la Unión Europea, en general, tendrán 1.000 millones más de vacunas de las que necesitan para fines de 2021, y se espera que el 10% de estas también expiren en este año.

El número de dosis que potencialmente podrían desperdiciarse alcanza los 241 millones para fines de año, que es una cuarta parte del excedente del G7 y de la UE”, resalta la firma, al referir que estas vacunas disponibles, combinadas con dosis ya compradas y entregas de COVAX, son suficientes para que los países de bajos ingresos e ingresos medios bajos vacunen al 70% de sus poblaciones para mayo de 2022.

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Asignación a países de ingresos altos o medio altos*:

Pfizer/BioNTech: 99% de sus entregas

Moderna: 88%

Johnson & Johnson: 79%, aunque, si cumple sus compromisos, las entregas que tiene previsto realizar al COVAX y la Unión Africana supondrían 53% de sus encargos del año y equilibrarían el reparto

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AstraZeneca: en contraste con las anteriores, destina a esos países aproximadamente 34% de sus entregas

Recuento de Amnistía Internacional*

En febrero de 2021, casi 150 inversores institucionales se sumaron a un llamamiento público para que las empresas farmacéuticas apoyaran “una respuesta global, justa y equitativa a la pandemia”. Sin embargo, ninguno de los 10 principales inversores, como Vanguard Group Inc. o BlackRock Inc., figuró entre los firmantes.

Vanguard Group Inc. posee acciones de AstraZeneca, Johnson & Johnson, Moderna, Novavax y Pfizer. El valor total supera los US$66.000 millones, mientras que BlackRock Inc. tiene un capital invertido de US$62.000 millones en las seis empresas.

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En julio, un grupo de trabajo de la OMS, la OMC, el FMI y el Banco Mundial estableció como objetivo una vacunación del 40% de la población de los países de ingresos bajos y medianos bajos para finales de 2021, y a menos de 100 días para que termine el año, menos de10% de la población de estos países cuenta con esquema completo.

El 8 de septiembre, Covax informó que alcanzaría solo 70% de su meta de entregar 2.000 millones de dosis en 2021.

Amnistía Internacional no tomó en cuenta a las empresas chinas y rusas debido a que “la falta de transparencia en torno a sus actividades impide efectuar una comparación completa”.