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Buenos Aires — El Gobierno argentino anunció que pondrá en marcha la creación de un fideicomiso que contempla volcar al mercado doméstico unas 800 mil toneladas de trigo. Según indicó la Secretaría de Comercio Interior, la decisión fue tomada ante “la necesidad de proteger el mercado interno y el requerimiento de la industria de contar con una herramienta que permita generar certidumbre”, así como “eliminar la volatilidad de los precios de la harina y el trigo”.
“Esta herramienta permite garantizar abastecimiento y precio de alimentos básicos como son los fideos secos y harina 000, y desacoplar precios para proteger el consumo de los argentinos en un contexto global de conflicto bélico, potencial escasez de productos e interrupción de la cadena de suministro, y con el precio internacional del trigo alto y sostenido”, expresó en un comunicado.
En ese sentido, señaló que “los productos incluidos en el fideicomiso se comercializarán en el marco del programa +Precios Cuidados” y tendrá vigencia hasta el 31 de enero de 2024.
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El impacto de la guerra
“El precio del trigo subió mucho en el mundo como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania. El trigo argentino se paga hoy 32% más caro que hace un mes en el mundo”, explicó el economista jefe del instituto IERAL de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón.
En ese sentido, manifestó que “hay entre seis y siete millones de toneladas de trigo del ciclo 2021/22 que restan comercializar y que en los próximos meses se los disputarán el mercado interno (los molinos) y el mercado externo (exportadores)”.
“La industria local debe asumir ‘lo que valga’ el trigo, si quiere competir con la exportación, es decir debe pagar hoy el trigo con un importante aumento de precios respecto de lo que valía semanas atrás”, consideró.
El fideicomiso y su función
Garzón remarcó que “un fideicomiso lo que hace es interferir en la disputa `molinos versus exportación`, favoreciendo a la industria”. “Se obligará a los exportadores a redireccionar trigo hacia el mercado interno”, puntualizó y estimó que se deberá esperar para conocer más detalles respecto del mecanismo.
“Se habla de unas 800 mil toneladas que entrarían en este fideicomiso, lo que no se sabe aún es a qué precio se venderán estas toneladas. Esto último es muy relevante para evaluar el efecto final que puede tener la herramienta”, expresó.
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En diálogo con Bloomberg Línea pronosticó que “el trigo que va al fideicomiso podría asegurar 1,5 meses de actividad `a precio subsidiado`”.
“¿Alcanza un fideicomiso para evitar que la suba de precios internacionales se transmita a precios internos de panificados y derivados de trigo en el mercado interno? Yo creo que no evita, sólo puede morigerar esta suba. El trigo no es el único ítem en la ecuación de costos de la cadena industrial, comercial de panificados u otros derivados. Hay otros rubros de estos costos que están creciendo por el propio fenómeno inflacionario en el que está inmerso argentina”, analizó.
“Como referencia, en 2021 los panificados aumentaron en promedio un 50%, mientras que el trigo subió un 33%. Es decir, bastante menos. Hay casi 20 puntos porcentuales de diferencia entre lo que se encareció el trigo y lo que subieron sus derivados. Esto se explica por el fenómeno inflacionario. Muchos otros rubros de los costos tienen que haber crecido más del 50% el año pasado”, evaluó Garzón.
Una “penalización”
“El fideicomiso, al castigar el precio interno del trigo, es una política que penaliza la producción y que no permite discriminar entre consumidores”, sostuvo, al ejemplificar que baja el precio de la harina tanto en la panadería del barrio porteño de Palermo como en la de un barrio de menores recursos.
“Además, el uso recurrrente de este tipo de instrumentos genera incertidumbre respecto del futuro del producto afectado y, por lo tanto, causa un efecto desaliento sobre áreas sembradas, tecnologías aplicadas”, subrayó.
La postura del campo
Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina, cuestionó que “es un error cargar con más presión al sector primario y no soluciona el problema de la inflación que afecta a todos los sectores”. “El mejor precio permite un mayor ingreso de divisas y desde ahí debería surgir un mejor acceso a los alimentos de los sectores más complicados económicamente con reintegros de IVA vía tarjetas alimentarias, de jubilación mínima y asignación universal”, opinó.
Al ser consultado respecto de la pérdida económica para el sector, señaló que desde el Gobierno estimaron que “será un efecto como si aumentarán 0,5 las retenciones”, aunque aclaró que todavía no hay precisiones al respecto.
En tanto, el presidente de Coninagro, Carlos Iannizzotto, coincidió en rechazar la iniciativa por entender que es “unilatera del Gobiernol” y “no soluciona la pobreza ni la inflación”.
“Trae más costos para el productor porque es un impuesto más, dibujado en la figura del fideicomiso”, apuntó y resaltó que “la producción no forma precios”.
Por su parte, el ex presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, calificó de “disparate” la medida, “como casi todo lo que hacen en materia de política interna como internacional”.
“Se repiten recetas que ya fracasaron, al intentar tapar el sol con las manos con restricciones al comercio, ante amanazas de desabastecimiento o ante aumentos de precios que tienen otras causas”, insistió.
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