QUITO — La Fuerzas Armadas del Ecuador afirmaron este martes 21 de junio que la democracia del Ecuador “está en serio riesgo” debido a los desmanes registrados durante las protestas que iniciaron el 13 de junio y que se han tornado cada vez más violentas. Asimismo, los militares mostraron su respaldo al Gobierno de Guillermo Lasso señalando que harán respetar el orden institucional.
“Ciudadanos, las Fuerzas Armadas no permitirán que se intente romper el orden constitucional o cualquier acción contra la democracia y las leyes de la República”, dijo el ministro de Defensa, Luis Lara, en breves declaraciones a la prensa junto al alto mando militar.
Y añadió: “Voy a ser frontal: esta actividad, violenta y criminal, no ayuda a las reivindicaciones sociales, al contrario, les perjudica, porque detrás de esto está la mano del narcotráfico y la delincuencia organizada. Por tanto, convocamos a los ecuatorianos a la unidad nacional, a una defensa activa por la paz y a la defensa de la democracia”.
Lara enfatizó en que las Fuerzas Armadas “contemplan con enorme preocupación la manipulación de la protesta social, el crecimiento de la violencia por parte de quienes han rechazado el diálogo (…) para intentar imponer al Estado sus peticiones” y aseguró que “estas acciones van más allá de la protesta ciudadana”, pues “se trata de un intento deliberado de utilizar la violencia armada para atentar contra la democracia y amenazar a las instituciones”.
Las declaraciones del ministro ocurren en el octavo día de protestas, en el que aún no se avizora una salida al conflicto que únicamente ha venido escalando y que hoy tiene como epicentro a la ciudad de Quito.
Unas 300 organizaciones y colectivos ciudadanos se han ofrecido a mediar, lo mismo la Asamblea Nacional. El Gobierno ya ha aceptado la primera propuesta, pero el movimiento indígena aún no; mientras tanto, la capital del país permanece sitiada, la mayoría de vías de acceso y secundarias bloqueadas. A esto se suma la escasez de productos y el aumento de precios que empiezan a sentir los ciudadanos, junto con las millonarias pérdidas de los sectores productivos.