Exportación de chatarra: Una vía inusual de ingresos para Maduro con varios escalones

Los ‘mineros del Guaire’ son apenas un eslabón de la venta de chatarra en el país, que desde 2019 se convirtió en un producto importante de exportación, con un ingreso de hasta $454 millones

Chatarra en el río Guaire, Caracas / Foto Raylí Luján
14 de julio, 2022 | 01:36 PM

Caracas — La corriente es fuerte pero el trabajo no cesa. Extraer toda la chatarra que puedan es prioridad para los cuatro jóvenes, que sumergidos hasta las rodillas entre las aguas del río Guaire, esperan poder convertir en sustento esas ocho o diez horas allí, en busca de cualquier objeto metálico que puedan vender.

No es la primera vez ni son los únicos. En varios puntos del caudal que atraviesa Caracas, decenas de hombres, vestidos únicamente con pantalones cortos o shorts impermeables, intentan obtener un ingreso extra con su búsqueda en el contaminado río.

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Desde hace más de cinco años se les observa en el lugar, sobre el que alguna vez reposó la promesa chavista de sanearlo, sin ser cumplida. Algunos viven en los alrededores, entre los escombros y la basura que rodea a la principal vía fluvial de la capital venezolana, otros han encontrado una segunda opción para completar el mes.

Entre ellos hay albañiles y carpinteros, que aseguran obtener con el material extraído del río Guaire, una ganancia mucho mayor que la de sus oficios regulares. Antes, se creía que sólo hallaban oro, o eso intentaban, pero las redes que han improvisado y que se encuentran dispuestas en puntos estratégicos, también les permite alcanzar otros metales o chatarra que son reagrupadas y vendidas a casas de empeño o “clientes”, como ellos refieren, que les han contratado.

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“En un buen mes, dependiendo de lo que traiga la corriente, puedo hacer entre 100 y 200 dólares, depende de lo que saque también. 100 gramos, 200 gramos o hasta un kilo. Aquí hay de todo, bronce, plata, metal, cadenas de acero inoxidable”, cuenta Alejandro*, quien se acerca a las orillas del río desde las 6 de la mañana, y en muchas ocasiones se queda hasta pasadas las 4 de la tarde.

Pero, ellos, los ‘mineros del Guaire’, como se les conoce, son apenas un eslabón de una gran cadena de venta de chatarra en el país, que desde 2019 se convirtió en un producto de exportación, con un ingreso de hasta 454 millones de dólares en 2021, acorde al más reciente informe de Transparencia Venezuela junto a Ecoanalítica.

Las cifras en exportación, según Tradmapdfd

En febrero de este año, Carlos Lozano, exdiputado a la Asamblea Nacional por Carabobo, registró un video en la entidad con un joven que empujaba una carretilla con chatarra, entre ella una gran nevera, lo que una vez procesado y reciclado, equivaldría a apenas 8 dólares. Lozano, sin embargo, hacía referencia al negocio detrás de la exportación de esas pequeñas ruma, sumado a otros mecanismos ilegales, como la extracción de grandes cantidades de material férreo desde empresas del Estado.

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“Una gran fuente de chatarra en Venezuela son las estructuras de hierro previamente utilizadas por empresas del Estado para sus actividades económicas, por ejemplo, las tuberías de hierro de Pdvsa que conectan La Guaira con Caracas y antes transportaban gasolina o derivados de petróleo. Hace varios años se utilizan vías alternativas, por lo que estas tuberías no están en uso y entes privados (muchas veces contratados por empresas estatales) se encargan de cortar y transportar esas toneladas”, reza parte del documento difundido por Transparencia Venezuela, que lo atribuye a una depuración irregular, en búsqueda de ingresos.

Mientras tanto, desde los cuerpos de seguridad del Estado se han impulsado operativos en contra de las supuestas mafias detrás de la extracción, que no cuenta con regulación y a la que recurren funcionarios y civiles, sin acceso al stock de chatarra oficial. El más reciente de ellos alcanzó la detención reciente de un teniente de fragata y varios civiles por vender material de Corpoelec-Portuguesa, encargada del sector eléctrico en la entidad.

Esta inusual actividad, que se ha convertido en un importante flujo de ingresos, si bien se encuentra autorizada por el Estado, que en 2018 creó la Corporación Ecosocialista Ezequiel Zamora, adscrita al Ministerio del Poder Popular para Industrias y Producción Nacional para la comercialización nacional y exportación de chatarra ferrosa y no ferrosa, la realidad es que son cientos las fuentes de este material, que han escarbado los venezolanos para lograr reagruparla y recibir un pago que les permita mejorar su poder adquisitivo.

Las condiciones no son las más óptimas, para quienes desde lo más mínimo, como los jóvenes en el río Guaire, o para quienes aportan el “material estratégico”, como ha sido calificado por el chavismo, en grandes cantidades, proveniente del desmantelamiento de empresas básicas, que contribuyen al negocio de exportación de toneladas, que son adquiridas principalmente por Turquía.

Turquía, que fue el país con el mayor volumen de importación de chatarra en 2021, con 92,32% del total, de acuerdo al informe de Transparencia Venezuela, viene de adquirir 27.800 toneladas de chatarra de metal a Venezuela, solo en 2019, lo que se ha traducido en una válvula de escape ante la situación económica que enfrenta la administración de Nicolás Maduro.