Reforma tributaria pone en alerta máxima a startups: “Nos llevaría a la quiebra”

Luego de la ola de despidos y de las dificultades que persisten en el mundo para levantar capital, los emprendedores colombianos reciben otro baldado de agua fría

El proyecto de reforma tributaria que plantea el Gobierno de Gustavo Petro apunta a recaudar $25 billones en 2023 y una de las propuestas es crear un impuesto de manera permanente sobre patrimonios superiores a los $3.000 millones.
07 de septiembre, 2022 | 04:00 AM

Bogotá — El proyecto de reforma tributaria presentado por el Gobierno colombiano mantiene a la expectativa a muchas startups y emprendedores del país ante el supuesto riesgo que suponen los impuestos a la riqueza y a los dividendos para su actividad, el flujo de inversiones y el ecosistema en general.

“La reforma tributaria acabaría virtualmente con el ecosistema de startups o emprendimientos digitales de rápido crecimiento en Colombia, por lo tanto, acabaría con los miles de empleos que genera y con la innovación y competitividad que promueve”, alerta en entrevista con Bloomberg Línea el CEO del marketplace de alquileres de productos y experiencias Lizit, Daniel Botero.

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Para el emprendedor, cuya voz reúne el inconformismo del ecosistema con algunos aspectos puntuales del proyecto, el tributo al patrimonio intrínseco los “llevaría a la quiebra porque el capital líquido disponible no se acerca a los potenciales cobros de impuestos que se generarían”.

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‘’La reforma tributaria que propone el Gobierno está a punto de acabar con el próspero ecosistema de startups de Colombia. El gobierno recientemente elegido está proponiendo un impuesto sobre el patrimonio que considera el valor contable de las acciones como valor imponible”, opinó Cristián Peñaranda, CEO de Wallib.

Del lado de las aceleradoras de startups, el director general de Rockstart en Colombia, Felipe Santamaría, publicó un análisis según el cual la reforma tributaria podría “quebrar a los pequeños y medianos empresarios del país, eliminando cualquier incentivo de contar con nuevos emprendedores colombianos y terminando con todo un ecosistema”.

La discusión sobre los posibles impactos del país la han dado desde diferentes frentes referentes del emprendimiento local como Freddy Vega, fundador de Platzi, o Alexander Torrenegra, líder de Torre, cuestionando los planteamientos del Gobierno.

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Según los cálculos realizados basados en la propuesta de reforma tributaria, entre el 60 y 65% de las startups (o los fundadores de estas startups) superarían el límite propuesto por el valor intrínseco de las acciones que aún tienen en su nombre. Es decir, serían emprendedores/as que deberían pagar impuestos según la reforma tributaria propuesta.

Felipe Santamaría

A ellos se han sumado otros emprendedores como el inversionista de Shark Thank, Mauricio Hoyos, quien en entrevista con Bloomberg Línea abogó por una reforma tributaria que tenga en cuenta “unas reglas de juego privilegiadas para aquellos que están levantando la inversión, sobre todo en compañías que tengan innovación”.

“Yo creo que necesitamos sentarnos con el Gobierno a proponerle del lado de los emprendedores y obviamente a explicar lo que necesitamos para poder tener la gasolina suficiente para continuar con esta innovación y sobre todo, repito, que los jóvenes puedan emprender de una forma eficiente y sacar adelante estas compañías que se puedan tragar el mundo desde el punto de vista de la innovación, eso siento que a la reforma le falta”, indicó Hoyos.

Incluso Miguel Mc Allister, fundador de la plataforma de entrega de mercados a domicilio Merqueo, llegó a denominarla como “la reforma antistartup e indicó que “el problema es el cambio en la definición de cómo se calcula el valor del patrimonio”.

El proyecto de reforma tributaria que plantea el Gobierno de Gustavo Petro apunta a recaudar $25 billones en 2023 y una de las propuestas es crear un impuesto de manera permanente sobre patrimonios superiores a los $3.000 millones.

De otra parte, según un reciente informe del Autorregulador del Mercado de Valores colombiano (AMV), uno de los mayores golpes al mercado de capitales lo darían los impuestos sobre los dividendos, dado que se contempla la eliminación de la tarifa especial que está entre el 0% y el 10%.

Al mismo tiempo, se aplicaría una tarifa general que puede llegar hasta el 39% para residentes y se propone que para los dividendos recibidos por no residentes esta aumente del 10% al 20%.

“Para que la reforma incentive la creación, crecimiento y potencialización de las empresas en el país, debe asegurar una tarifa combinada al emprendimiento (renta corporativa + dividendos) competitiva frente a sus pares regionales”, advierte el informe.

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Se encendió el debate

La polémica la desató en días pasados el director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia (Dian), Luis Carlos Reyes, quien comentó en sus redes sociales: “Supongamos que un VC (fondo de capital de riesgo) extranjero invierte US$1 millón en una empresa colombiana y como es común se queda con 50% de la empresa. ¿Cuánto pagan el VC y el empresario en impuesto al patrimonio?: $0″.

“¿Por qué? El extranjero no tiene residencia fiscal en Colombia. Paga $0. El accionista colombiano paga sobre el valor intrínseco de su participación en la empresa: US$500.000 = $2.200 millones, y los primeros $2.700 millones de patrimonio no están gravados”, señaló el funcionario.

Pero para el emprendedor serial Alexander Torrenegra el planteamiento del director de la Dian no es correcto, ya que argumentó que los fondos de capital de riesgo “no se quedan con 50% de una compañía” por invertir US$1 millón.

En cambio, dijo que esto ocurre únicamente “después de múltiples rondas y decenas de millones de dólares invertidos. Tu argumento no da paz mental. Por el contrario, preocupa que alguien en tu posición no lo sepa”, agregó.

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La respuesta continuó cuando Freddy Vega, de Platzi, le contestó a Luis Carlos Reyes que “no hay rondas de US$1 millón que se lleven el 50%” de la empresa. “Una ronda de este tamaño, en esa etapa, solo vende el 10% al 20% y casi nunca es un solo inversionista. En esta etapa son ángeles y un porcentaje grande tienden a ser locales”.

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La visión de los emprendedores

Catalina Acosta, CEO de la plataforma que brinda conectividad gratuita Appen, comenta a Bloomberg Línea que esta propuesta “estaría dañando las reglas de juego”, particularmente para las startups en etapa temprana y a quienes esperan continuar su crecimiento, por lo que pidió “no tirar a la basura el potencial” que tiene Colombia en la región.

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“La plata que se recibe es obviamente capital de trabajo, es para invertirla en empleo, en insumos, esto no va a entrar a la cuenta de ahorros del emprendedor y uno automáticamente no se convierte en un multimillonario, uno simplemente es una hormiga obrera que agarra, inyecta la plata que recibe, para contratar talento, para que la empresa crezca y creo que ese es el punto más ácido en el que hemos estado todos preocupados y con el que estamos levantando la mano y diciendo: Ey, auxilio, y no matemos potenciales de empresas que están por emerger”, añadió Catalina Acosta.

En este sentido, Daniel Botero expuso que en el mundo del capital de riesgo “específicamente en las etapas tempranas, las valoraciones de los startups van de US$2 a US$10 millones”.

“Los fondos o VC invierten para recibir entre el 10% y el 20% de la empresa, por lo tanto, en el caso de recibir US$400.000 por el 20% de la compañía, el emprendedor tendría un patrimonio intrínseco (en papel) de US$1,6 millones de dólares y tendría que pagar impuestos sobre esto; incluso si su empresa no genera un solo peso en ventas”, añadió.

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Es por esto que a su parecer “los emprendedores serían los grandes perdedores de esta reforma”, una conclusión similar a la que ofrece el cofundador de Treinta, Lluís Cañadell, quien consideró en un post en sus redes sociales que el “nuevo proyecto de ley fiscal está a punto de acabar con el próspero ecosistema de empresas emergentes de Colombia”.

En el corto plazo analiza que existe la posibilidad de que los fundadores cambien su residencia fiscal y a la larga será “un gran desincentivo para que los innovadores e inversionistas elijan Colombia, no solo por el precio a pagar por ubicarse en el país, sino también por la incertidumbre que esto traería”.

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